Cita.

104 6 2
                                    

EMILIO. 

Desperté con dolor de cabeza. Parpadee varias veces antes de conseguir levantarme. 

Mi teléfono sonó.

-¿Bueno? - conteste sin si quiera ver el identificador. 

-Emilio - dijo un alegré Joaquín. 

-Joaquín ¿Que sorpresa? - sonreí. Esuchar su voz me daba vida. 

-Me preguntaba. ¿Quisieras salir? 

-¿Quieres salir? - pregunté con asombro. 

-Sí, bueno. Joseph me sugirió que debía despejarme. 

-Oh, si claro. Te veo en un rato. 

-Bien, te espero. 

Colgué. Rayos. Necesitaba ducharme. Me quite toda la ropa y entre a la ducha. Vamos, vamos. 

Me di un baño express, salí y comencé a vestirme. Bien. Agarré un poco de dinero y salí. 

-¿A dónde vas? - preguntó mamá. 

-Me quedé de ver con Joaquín. 

-Lleva a Camila. 

-Es algo de chicos. 

-Pero es tú novia querido, anda no me desobedezcas. 

-De acuerdo. 

Cuando ella se fue. Salí por la puerta. 

A mitad de camino alguien me llamó. Era mi papá. 

-¿Qué sucede? - pregunté. 

-Mañana grabaras las canciones para el nuevo disco. Ya tengo al diseñador de la portada. Necesito ahora hacer las fotografías y después de todo esto nos iremos de gira para que la presentes. 

-Que cool, gracias papá. ¿Joaquín podrá cantar unas canciones conmigo? 

-Este disco solo sera tuyo. 

-Bueno si, pero la gente nos ama juntos, así incrementarán las ventas. 

-Lo pensaré. 

-Gracias papá. 

Colgó. Si lograba convencer a mi papá podía de nuevo viajar con Joaquín, quizá esta vez como novios. 

Aunque el día lloviera me sentía más feliz que nunca. 

JOAQUÍN. 

Voy a salir. - dije. 

Darío estaba en el sillón trabajando junto a mi mamá observando todo lo que hacía. Joseph se hallaba en la mesa del comedor con un montón de papeles y Renata caminaba de un lado al otro observando a nuestros dos invitados. 

-¿Como que vas a salir? - preguntó mi mamá asustada - Estas en peligro. 

-Necesito respirar. Distraerme. 

-Tranquila señora - dijo Joseph - También necesito despejarme. Me encargaré de protegerlos. 

-No sé. 

-No dejaré que nadie le toque ni un solo pelo. 

-De acuerdo. Mantén tu celular a la mano. 

-Claro mamá - la abrace. 

Después de unos minutos Emilio llegó. Le sonreí al abrir la puerta. 

-¿Listo? - preguntó. 

Perfecta Obsesión. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora