CAPITULO 14

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LÍA

Hace dos horas Ian despertó, hace dos horas lo están examinando, hace dos horas espero a poder verlo, dos putas horas de saberlo despierto sin poder verlo

-está bien – informa Zoé saliendo con una sonrisa en su rostro

-quiero verlo – pido ansiosa

-el doctor Mckonill esta hablando con él, despertó desorientado, pero nada fuera de lo normal, pregunto por Ethan – cuenta

Es un alivio que su memoria siga intacta después de lo sucedido, sonrío feliz por primera vez luego de varios días

- ¿Lía? – me llama el doctor Mckonill

- ¿puedo verlo? – pido y me mira renuente - ¿Qué pasa? – pregunto

-dice que no quiere ver a nadie – responde

El alma cae a mis pies, rendida, decepcionada

-necesito verlo – ruego al borde del llanto

-no lo hagas difícil – pide y niego – está bien – cede – no lo alteres – ordena

Abro lentamente y me adentro evitando hacer ruido, Ian tiene su brazo izquierdo sobre sus ojos, seguramente tapando la luz molesta de la habitación, me acerco al interruptor y la apago, la cortina deja entrar luz así que la habitación queda un poco iluminada permitiendo ver con claridad.

Me acerco unos pasos sin saber que hacer o decir, y todo se complica mas cuando quita su brazo, abre los ojos y estos conectan con los míos, me detengo en mi lugar, mi respiración se corta y mis manos tiemblan, su mirada me escruta de arriba hacia abajo sin mostrarme ninguna reacción, por último, me fulmina con la mirada haciéndome sentir chiquita

- ¿Qué haces aquí? – su voz sale rasposa pero entendible, sin embargo, me hace notar su molestia al tenerme en frente

Vuelve a tapar sus ojos con el brazo y hace un gesto de dolor

- ¿Cómo te sientes? – pregunto ignorando su pregunta

- ¿Cómo crees? – bufa

Okeyyy, alguien despertó molesto

-deja de portarte con un niño mimado, solo quiero saber como te sientes – gruño de repente molesta por su actitud

-¿Qué esperabas? – pregunta mi consciencia

-bien – responde seco -¿Dónde están los niños? – pregunta mirándome nuevamente

-papás cuidan de ellos – respondo y asiente

Su cuerpo muestra unos pocos hematomas y rasguños, su barba ha crecido mas y su cabello llega a sus ojos, esos preciosos orbes grises que desestabilizan mi mundo

-no debiste venir – dice y lo miro

- ¿Qué? – pregunto atónita

-te expones al estar aquí y dejar a los niños solos – me reprende

Rio irónica sin saber como actuar

-necesitaba saber que estabas bien – respondo sincera

-bien, ya puedes irte, estoy perfectamente – resopla volviendo a tapar sus ojos

-te guste o no, estaré aquí y no me iré hasta que tu no lo hagas conmigo - resoplo y salgo tirando la puerta

Todos alrededor miran la escena y me juzgan con la mirada, los fulmino con la mía y como cobardes rehúyen de ella, paso por el lado de Zoé y del doctor quienes me miran con sorpresa, camino mas rápido bajando las escaleras, si, bajo malditos seis pisos a toda prisa por las escaleras, en este momento siento que soy un volcán de emociones y debo controlarme sino quiero explotar y actuar de forma irracional.

NO TE RINDAS #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora