¿Tragedia o fortuna? [Wigetta]

14. De vuelta

Narra Samuel:

Me dirigí a la lavandería pensando en lo que había dicho Guillermo. Realmente me había hecho gracia, pero no podía permitir que el chaval tomara esas confianzas, al menos no tan pronto. Busqué a la persona que se dedicaba a tratar la ropa sucia, le entregué la camiseta y marqué rápidamente a Ricardo, el cual aún guardaba la mercancía.

-Necesito que la dejen hoy mismo donde acordamos.

-Mandaré a mis hombres y lo entregarán sin falta.

Esa fue la corta conversación que tuvimos.
Con esa simple llamada me aseguré de obtener la pasta. Ya mismo podría volver a Madrid junto a Guille.

Me dirigí de vuelta a la habitación y entré sigilosamente. Me encontré al chico recostado en la cama con la mirada perdida, parecía preocupado. Él no notó mi presencia, por lo que decidí sorprenderlo, dirigiéndome hacia donde estaba, me coloqué sobre la cama, quedando encima de él, apoyé mis brazos en el colchón a cada lado de su cabeza, acorralándolo.

-¿Así que tonto? -Lo miré lo más serio posible.

-S-samuel, l-lo siento... N-no quise... -Así que recordaba mi nombre...

-Veo que recuerdas mi nombre. -dije con una sonrisa en los labios.

-S-si te molesta... Si te molesta no volveré a llamarte así. -respondió sumiso.

-Me gusta como suena mi nombre pronunciado por ti. -le susurré cerca del oído. Él soltó un suspiro.

-¿Por qué haces esto? -Preguntó volteando su cara para que no lo viera.

-¿Por qué lo dices?

-M-me tratas como... A-a veces me tratas... C-como si te gustara o algo así... -Soltó casi temblando de los nervios.

-Pero si tú me gustas. -dije con una sonrisa. -Y mucho. -Comencé a besar su cuello delicadamente.

-¿Y quién es Frank? -Esa pregunta me dejó helado.

-¿F-frank? -Ahora fui yo quién se puso nervioso. -¿Cómo sabes de él? -Pregunté en un bajo tono de voz, mientras me alejaba de él lo suficiente para mirarlo a los ojos.

-Hablaste de él mientras dormías... Es... ¿Es tu novio? -me preguntó. A lo que yo reaccioné con una sonrisa nostálgica.

-¿Novio?... Lo fue... pero... Ellos lo mataron. -Mi corazón se encogió de repente, sentía una fuerte sensación de vacío y dolor.

-¿Ellos? -preguntó inocentemente.

-Sí, ellos. -Mis ojos comenzaron a cristalizarse. Las lágrimas ya eran incontenibles, había soñado con Frank y eso me dejó bastante "sensible".

Sentí como unos brazos débiles y temblorosos me rodearon, Guillermo estaba abrazándome.

-Lo siento, no quería que te sintieras así. -Hundió su cara en mi cuello y yo lo apreté contra mi cuerpo. ¿En qué momento llegamos a esta situación? ¿Por qué me estaba abrazando sin que yo se lo pidiera?

Estuvimos así por un buen rato hasta que recordé que había decidido irnos hoy mismo de Barcelona, mi trabajo aquí ya había terminado.

-Guille, es hora de irnos. -dije una vez en pie.

-Está bien. -respondió con una media sonrisa.

Después de empacar nuestras cosas, emprendimos el viaje de vuelta a nuestro hogar. Este viaje resultó bastante bueno.

(Autora: palomakiessling)