15. Malestar

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Narra Guillermo:

Acabábamos de subir en el avión, ya no estaba tan nervioso como la primera vez, pero debo admitir que un poco de miedo tenía. Cerré los ojos y miré hacia arriba. Noté que Vegetta tomó mi mano pero no le di importancia.
A los pocos minutos de haber despegado me dieron ganas de ir al baño. Me levanté de mi asiento y un leve movimiento del avión provocó que cayera sobre Vegetta, el cual se encontraba dormido.

-¿A dónde ibas?

-L-lo siento. -dije incorporándome.

-No respondiste mi pregunta.

-Voy al baño. -Él tomó mi muñeca con fuerza para que no pudiera irme.

-Voy contigo.

-¿Qué? ¿Estás loco?

-Por ti.

-¿Eh? -No estaba seguro de haber oído bien.

-Vamos. -Caminamos por el largo pasillo y nos encerramos en el baño.

-Da-date la vuelta. -dije tímidamente.

-Sabes muy bien lo que me molesta que me den órdenes. -articuló, tomándome por el mentón y depositando un suave beso sobre mis labios. -Bueno, haz lo que tengas que hacer. -Me sonrojé, pero ya no podía más, iba a estallar.

Desabroché el botón y bajé la cremallera del pantalón, pero no podía orinar con él observándome. Él lo notó y soltó una leve risa. -Ok, no miro. -Se colocó de espaldas a mí, y sentí un gran alivio.

Acomodé mi ropa, y el avión comenzó a hacer movimientos extraños y esta vez Samuel cayó sobre mí, escuchamos una voz por el altavoz que pedía que nos abrocháramos los cinturones y que permaneciéramos sentados.

Me abrazó por la cintura y, besándome el cuello, me susurró: -Vamos.

Salimos del baño por fin, mi respiración estaba agita debido a la incómoda situación que acababa de atravesar.

La gente nos miraba de manera extraña, fuimos hasta nuestros asientos y Vegetta se quedó dormido sobre mi hombro. No me canso de decir lo inocente que se ve cuando duerme.

-Hmm W-willy, s-sigue. -Me sonrojé al oírlo gemir mi nombre en sueños, lo desperté antes de que alguien en el avión lo escuchara. -Tendrás que ocuparte de esto cuando lleguemos a casa. -Susurró desviando la mirada hacia su entrepierna.

Me avergoncé y disimulé mirando el cielo celeste a través de la ventanilla.

Me puse a pensar en mi vida, en qué sería de mí cuando esto acabase, claro si es que acababa... Y si terminara... ¿Por que sería?

No quería ni pensar en la imagen de Vegetta en la cárcel, aunque sería lo justo... De hecho me tiene secuestrado, pero por algún motivo ya no me parece tan mal. No es que me gustara estar en esta situación de estar siendo abusado por un hombre pero ya no es como antes.
Recuerdo cuando me besó por primera vez, me dio asco y fue bastante bruto, ahora lo hace suavemente y yo no opongo resistencia... No, esto no es normal, no lo es.

Intentaba convencerme a mí mismo de que lo que me pasaba no era real, que lo odio y que no quiero estar con él.

Aterrizamos y una sensación de mareo se apoderó de mí.

No sentía ganas de vomitar, se sentía peor, todo me daba vueltas.
No le di importancia y bajé del avión junto a Vegetta, pero mientras íbamos por el equipaje todo se volvió peor; mi vista se nubló un poco, tenía los oídos taponados, parecía que mi cabeza pesara treinta veces más que mi cuerpo.

-¿Te sientes bien? Estás pálido.

-S-sí. -contesté sin pensar y caí al... ¿Suelo? No, estaba en los brazos de Vegetta, me cargó y yo escondí mi cabeza en su pecho por alguna razón que desconozco. Para mi suerte había una enfermera, no recuerdo mucho, sé que me dio sal y algo más que no recuerdo, pero me hizo sentir mejor.

Buscamos el equipaje y por fin nos fuimos a casa. Me tumbé en el sillón sintiendo esa horrible sensación de nuevo.

-¿Otra vez? -preguntó al verme tirado con un brazo cubriendo mis ojos.

-S-sí.

-Pues si tienes la tensión baja, sé una manera de aumentarla. -Se acercó y empezó a besarme y a acariciar mi torso por debajo de la camiseta.
Yo no podía moverme, mi corazón comenzó a latir fuertemente debido al contacto de sus manos sobre mi piel, el mareo se había pasado y eso era realmente bueno, estaba agotado y me acabé quedando dormido.

(Autora: Aitak672)

¿Tragedia o fortuna? [Wigetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora