17. Cosas inesperadas

7.7K 629 81
                                    

Narra Samuel:

Durante la ducha, Guillermo prácticamente no me miraba, se le veía sonrojado en todo momento.

-Hombre... Mírame a los ojos ahora. -Le ordené, a lo que él levantó su mirada, cruzándola con la mía. Le costaba mantener la vista al frente.

-¿P-por qué ha-has hecho eso? -preguntó nervioso. - Estuvo... Muy mal. -dijo casi en un susurro.

-Porque puedo. Además... No me digas que no te gustó. -Me acerqué peligrosamente a él, lo acorralé contra la pared y comencé a besar frenéticamente su cuello, Guille jadeaba al sentir mis labios contra su piel y mis manos recorrer todo su cuerpo. Al principio intentó separarse de mí, cosa que no logró, así que sólo decidió seguirme.

-V-vegetta... P-para un segundo. - me pidió. Yo le hice caso, sólo por esta vez.
En el momento en que nos separamos, él me tomó del rostro y me plantó un beso. Creo que la calentura lo transformaba. El beso se tornó apasionado, estaba seguro que si esto seguía así no duraríamos en llegar a la cama.

-Eh chiqui, ven aquí. -Levanté al menor y este enredó sus piernas en mi cintura, salimos de la ducha y me encargué de secarnos rápidamente para luego ir a la cama. Lo tiré sobre esta y me lancé sobre él.

Observé su cuerpo por un momento, aunque es muy delgado es hermoso.

Me puse de rodillas sobre él, con mis manos en sus costados, sin echar mi peso sobre él. Lo besé de forma salvaje, pero al mismo tiempo delicada, tierna pero deseosa, de forma única.

Él disfrutaba cada segundo; nuestras respiraciones mezcladas, nuestros cuerpos juntos, nuestras miradas unidas... Todo estaba siendo perfecto. Mis manos viajaban por todo su cuerpo, dibujando pequeños trazos entre su abdomen y entrepierna. Guille disfrutaba cada detalle, al igual que yo.

-Tócame. -le dije al oído. Él, torpemente, empezó a pasar sus manos por todo mi cuerpo, llegando a mi miembro, el cual acarició delicadamente, ambos nos estábamos tocando. -Guillermo, no sabes cuánto deseo estar dentro de ti. -Faltaron esas palabras para que su cara mostrara terror, sin borrar del todo aquella mirada de deseo. Quería esto tanto como yo, pero eso no le quitaba el miedo.

-Ha... Hazlo... Samuel. -soltó en un gemido, mientras yo hacía un corto vaivén en su ya erecto miembro. Quedé totalmente sorprendido, nunca creí poder escuchar a Guille gemir mi nombre. Esto me encantaba.

Me levanté un momento, busqué un condón en mi mesa de noche y volví donde el menor.

-Sabes que esto dolerá, ¿verdad?

-Sí... lo sé. -dijo con la respiración entrecortada.

Tenía mi miembro apuntando a su entrada, y a él debajo de mí mirándome con lujuria... Cuando de repente llamaron a la puerta.

-¡¿Quién coño estará llamando?! -grité apartándome de Guillermo.

Entré en el baño, para colocarme una toalla por la cintura, y me dirigí a la puerta para abrirla.

-¡Vegetta! -Mangel se lanzó a mis brazos, se veía bastante aterrado. -¿Podemos quedarnos aquí unos días? -Se hizo a un lado, dejando ver a Rubius a su espalda, quién también tenía la misma expresión en su rostro.

-No. -dije bastante serio.

-Por favor, nos están buscando. Necesitamos unos días, para deshacernos de este problema. -habló de nuevo Miguel Ángel.

-Tengo compañía. -volví a repetir. Estaba furioso por haberme interrumpido en tal momento.

-Ayúdanos, por favor...

Suspiré pesadamente y cerré la puerta tras ellos.

-Está bien... -respondí al fin. -Pero no os quedaréis aquí, os llevaré a un lugar seguro.

-Gracias. -agradeció Mangel, quién sonreía amablemente.

Miré a Rubén, quién me miraba con mala cara, y fruncí el ceño.

Nunca me había caído bien ese chico, pero tuve que tenerlo conmigo por Mangel... Siempre me liaba para ayudarlo...

-En dos horas salimos para allá.

Con eso di por terminada la conversación. Esperaba que después de eso, pudiera tener mi momento a solas con Willy...

(Autoras: palomakiessling y Mrsdesrosiers17)

¿Tragedia o fortuna? [Wigetta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora