14

410 20 1
                                    

Ricky

Conduzco a casa, nos quedamos un rato con unos amigos para que nuestro cuerpo funcione en todos sus sentidos. Kibo va bebiendo café a mi lado, se gira a mirarme y me ofrece. Me río y bebo un sorbo sin dejar de mirar hacia delante.

-Gracias.

-No hemos dormido nada.

-En 40 minutos estaremos en la cama- solo de pensarlo siento ansiedad.

-¿Ela estará bien?

-Con resaca- bromeo- por la tarde ya nos contará.

-Ojalá la casa esté intacta o la mato.

-Ay Kibo- me rió- Ela es un ejemplo de niña.

-De mujer.

-Como sea- gruño- escucho una risita- para mí nunca crecerá.

-Es casi igual de alta que tú.

-Ya sabemos a lo que me refiero ¡No quiero que crezca y abandone el nido!

-Pasará- dice simplemente. Pido más café y me limito a guardar silencio.

DaniEla

-Oh- jadeo- diablos- me muevo sobre ella. ¡Zen es increíble! No sabía que podía poner esas caras. Nuestro sudor empieza a aparecer, pone una mano en mi barriga, y me detengo aprovechando de acariciar su pecho desnudo.

-Espera- susurra respirando agitada.

Me inclino para besar uno de sus pechos y siento como reacciona a mi lengua. Me abraza y me presiona contra ella. Cuando ya me quité las ganas (por ahora) recorro su cuerpo hasta su boca y nos volvemos a besar, al separarnos veo sus labios sonrojados, el sudor en su frente y su pelo pegándose a este. Acaricia mi boca y me mira a los ojos.

-¿Ya?- pregunto.

-Sí, es sólo que estábamos demasiado...- ríe bajito- ¿entusiasmadas?- sonrío besándola.

-Y acabamos de empezar- respondo coquetamente en su oído dejándole una lamidita. Se siente tan bien desnuda.

-¿Ah sí?- me salgo de encima y separo sus piernas, mi sonrisa se apaga y la miro con deseo. Me muero por ver su cara cuando esté dentro de ella.

-Quita esa mirada- bromea- ¿Qué te hace pensar que me va a gustar?- mueve la cejas.

¿Me está desafiando, eh?

-Sólo tengo que llegar al punto perfecto- Le informo con cara de sabionda.

-Interesante- besa mi hombro. Bajo mi mano delineando su cuerpo y llego a su entrepierna, nos besamos hasta que empiezo a acariciarla, gime durante el beso hasta que ya no podemos seguir coordinándonos. Cierra los ojos, se ve incluso más madura. La observo un rato.

-Ya estabas muy mojada- no puedo evitar picarla ¡Son muchos años viviendo así!- ¿Me vas a decir que no te gusta esto?- presiono con mi pulgar.

-¡Ummm!- sonríe provocándome- Jodete Daniela- me rió incrédula. Entro despacio notando como se acostumbra al tamaño de mis dedos. Me quedo sólo al principio y muevo con suavidad.

No soy la más experimentada, pero seguro que cerca de aquí, hay una parte que estará mucho más feliz de que la toque.

-Imbécil- susurra. Introduzco sólo un poco más y por instinto presiono un poco. Zen retiene sus jadeos para dejar salir al final uno más fuerte que el resto.

-Que te dije- respondo en su oído un poco fuerte- te tengo.

Me abraza y me dejo llevar escuchándola. No puedo creer que lo esté haciendo con Zen, no puedo creer la euforia que siento en este momento. Lo único que pido es que no se termine, beso su cuello y mando todo a la mierda.

Ella mi Enemiga de pequeñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora