DaniEla
Llego a casa y mis padres están cenando relajadamente delante de la tele, papi Ricky se ríe y al acercarme a ellos se giran.
-Hola de nuevo- dice este burlón- ¿Quieres comer? O ya se te pasó el hambre- Mi padre, Kibo, se ríe y le da un codazo.
Frunzo el ceño.
-¿Perdón?
-Te tiene loca esa chica- me mira de reojo- quien te viera y quien...
-Si, sí- gruño- no fue mi intención, pero es lo que hay. Acostúmbrense- me cruzo de brazos.
-¡Hasta eres capaz de responder así a tu padre!- papi Ricky hace un puchero- anda enamorada, siéntate y come con tus padres.
-¡No estoy ena...!- empiezo avergonzada... hasta que me supone una pésima sensación en mi interior seguir con esa frase.
Se me quedan mirando e incómoda me giro y voy a la cocina a por un vaso. Lo bueno es que cuando vuelvo a comer no insisten con el tema y empieza el de la universidad.
Mejor no cuento mi suspenso o la tomarán con Zen
Viernes
-¡Aaaaah!- suspiro, último día de la semana. Inmediatamente pienso en pasar el tiempo con alguien... alguien de pelo castaño, rizado y ojos verdes despiertos e intrépidos.
Me avergüenza reconocer que ese pensamiento me alegra mucho el día. Debería dejar de depender así de su presencia, apuesto a que ella tiene muchas cosas que hacer.
Salgo de mi facultad más tarde pensando en encontrar a Tina, cuando en la cera de enfrente veo a Zen caminar lento con su mochila afirmada en un hombre.
¡Es cierto que salíamos a la misma hora!
Cruzo la calle sintiéndome como una mocosa y sonrío dándole un toquecito. Ella me mira animada y sonríe de oreja a oreja. Me inclino a besar su mejilla y miro sus ojos. Tan lindos, tan despiertos... me pregunto qué pensará.
-Hola Daniela.
-Hola Zen- susurro. Doy un respingo ruborizándome ¡casi me quedo pegada!- ¿Te vas a casa?- retengo un puchero.
-Sí...- ella no retiene el suyo- ¿Tienes algo en mente?- me escruta con la mirada.
Como decirle que lo único que tengo en mi mente ahora es ella...
-Emmm, sí- miento- ¿Podemos hacer algo?
Sonríe coqueta.
-¡No pienses en eso!- salto ruborizada- ...- bueno si quieres pensarlo no me voy a enfadar.
-Ya es tarde- bromea y empezamos a caminar- jeje, me gusta tu cara cuando...
-¡Qué bueno!- digo más fuerte.
-Daniela que tímida eres- bromea dándome un golpecito- ¡UH!- se detiene de repente- ¿Acompáñame?- hace un puchero manipulador que cumple su cometido.
-Claro. ¿A dónde?
-A casa de tita Aiti, me va a prestar un libro y creo que hoy sale con tita Pau así que será rápido- sonríe mirándome a los ojos, estos viajan a mi boca y pestañeo como imbécil.
No sé explicarlo, me siento como "aficionada" en todo esto y no es así
-Vamos.
Subimos a un autobús que va hacia las afueras de la ciudad, al menos 30 minutos más allá de donde vivo yo. Llegamos a una casa de estilo rústico, las paredes me parece que de piedra, tienen ventanales enormes y a lo lejos se ven una televisión encendida. Pasamos por la puerta de hierro y madera para encontrarnos con varios montoncitos de tierra recién cavadas, algunas macetas frente a la ventana nos indican que estuvieron en plena jardinería.
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Ella mi Enemiga de pequeña
Hayran KurguContinuación de Ella es perfecta. Daniela (Ela) de 21 años es una chica aburrida, se encuentra en el limbo entre poner fin a su relación porque su novia la deja o hacer lo posible por conquistarla de nuevo. Desesperada, le pide ayuda a la persona má...