11

312 22 3
                                    

En casa

Saco mis llaves y entro en casa-Hola Brunito Doblas Rodríguez- acaricio su cabeza.

-¿Y tú?- recibo como saludo.

-Hola- frunzo el ceño.

-Avisa que vas a salir y tardar en venir.

-Soy mayo de edad- aclaro.

-Vives bajo este techo jovencita- responde mamá Mimi con seriedad.

-Entonces deberías estar agradecida- la miro creída. Mamá abandona su supuesto enfado cuando una de sus comisuras se quiebra sin remedio. Me río.

-Ven aquí- dice. La abrazo. Daniela tiene razón, tanto como mi mamá Miriam y ahora mi mama Mimi me relajan.

-Mami- digo flojito.

-¿Dónde estabas?

-Es una larga historia.

-Tenemos tiempo- me siento en el sofá y me acerca algo para cenar ¡me consiente tanto! Se sienta a mi lado y la abrazo. Me declaro con "mamitis"

-Eres tan linda- comento feliz comiendo- cuando eras joven todas y todos estaría locos por ti- miro la comida ¡es como una princesa azul!

-Eh...no ¿Cómo que cuando era joven?

-Ahora eres mayor y de mamá- le aclaro ¡más le vale!

-Está mujer aún rompe corazones- bromea.

-Tú no eres del tipo que romperías corazones- aclaro.

-Ya sabes a qué me refería.

-Lo sé- apoyo mi cabeza en su hombro.

-Eres como un cachorrito.

-Jeje

-¿Y qué tenía Ricky de comer?- me giro y ella me mira con expresión de "te pillé"

-Nada- mamá se carcajea con ganas- así que acompañé a Daniela a una exposición de muertos "Uuuuh"- hago un ruidito de fantasma.

-Ah entonces todo bien- ríe.

-¿No te preocupa que esa me mate?- me sorprende la confianza que le tiene a Daniela.

-Ella nunca te haría daño- dice segura, recuerdo la vez que me empujo y Mario me defendió. -Sabe que me muero sin ti.

-¿Y mamá?

-También se muere.

-¿Y Mario?

-Ese se muere dos veces- reímos.

-¿Y qué tal lo pasaste?- observo a mamá mientras su cara se ve expectante, sus ojos verdes viajan con inocencia por mi cara. Sonrío.

-La verdad es que muy bien, saqué muchas fotos ¿Quieres verlas?- saco el móvil, le mostrare el cerebro de Daniela...

DaniEla

Llego a casa y me encuentro con papá Kibo caminando al salón, la tele encendida es lo único que se escucha.

-¿Y papi?

-Le duele la cabeza, fue a recostarse a la cama- bosteza- ¿Qué tal os fue?

-Genial, fue una exposición muy bien hecha- comento.

-¿Y qué tal Zen?

-¿A qué te refieres?- frunzo el ceño. Observa mi evidente molestia.

-¿Cómo se portó? ¿No te sacó de quicio?

Ella mi Enemiga de pequeñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora