5

273 20 0
                                    

DaniEla

Sábado

Espero impaciente fuera de la puerta de la casa de mis tías. Bruno me lame las manos hasta que me rindo. Me agacho un poco y lo acaricio detrás de las orejas. Al parecer eso quería porque se queda quieto.

La puerta se abre y Zen nos mira seria, sus ojos van del perro hacia mí. La miro agachada y me levanto, me siento un poco tonta y se me olvida que decir.

-¿Hola?- ironiza Zen.

-Este... sí, hola. Lo siento- susurro- ummm bueno.

-¿Sí?

Exhalo rendida, su puta mirada me molesta y sé que la cagué.

-Escucha lo siento, estaba enfadada esa mañana, pero de verdad que necesito tu ayuda. No te molestaré después de que pase esto... por favor- suplico pensando en Sofía. Si no jamás le pediría un favor a esta.

-Ummmm- Zen abre la puerta y puedo verla en pijama algo pensativa. Brunito entra en la casa. ¡Vamos! ¡Vamos! Suplico internamente. Me agacho un poco sintiendo un impulso.

-Te ves tierna en pijama- sonrío. Zen se ríe negando con la cabeza.

-Definitivamente me necesitas- ¡Maldita creída! Después sus ojos se vuelven intensos- pero eso no quita que haya olvidado lo que me dijiste- trago saliva- te hablaré cuando se me pase un poco.

Noto lo silenciosa y vacía que esta su casa.

-¿Y tita Mimi?- pensaba entrar a saludarla.

-Salió con mamá- dice como si nada. Otra cosa llama mi atención.

-¿No saldrás hoy?

-No ¿Por?

-No sé, pensaba que salías siempre- Me mira en silencio.

-¡Zen!- escucho la voz de Mario- ¡Ya va a empezar!

-¡Ya voooooy!- grita. Y se dirige a mí- me voy, y no. Hoy me quedaré con mi mitad.

-Pero los mellizos no son...- comienzo a decir.

-¡Nadie te preguntó!- sus cejas se juntan- adiós Daniela- y cierra la puerta. Respiro hondo, que paciencia. Camino a mi casa esperando a que se le pase pronto, se supone que no es rencorosa.

Miércoles

Estoy sentada aprovechando el calor del mediodía, Sofía y su amiga están a mi lado. Esperamos a un par de compañeros que aún no salen del examen.

-Y entonces...- escucho a mi compañera- En la pregunta del hígado...

-Yo necesito uno de esos- bromea Zen acercándose. Sofía se extraña y me mira de reojo, sabe que nos odiamos- Hola chicas- dice tranquilamente. Después de un débil hola mío y de mi compañera que está algo perdida me mira significativamente, como diciendo "tenemos que hablar en privado"

-Oh si- digo como acordándome de algo- voy y vuelvo- me disculpo y la sigo un poco más adelante. Se detiene y me observa, elevo ambas cejas esperando a ver lo que dirá.

-He decidido darte una décima oportunidad- bromea. Sonrío débilmente.

-Supongo que gracias.

-Deberías estar de rodillas- se enoja- el sábado a las 4.

-¿Por qué más temprano?

-Jeje- ríe con una cara maligna que me hace fruncir el ceño.

-¡No me mires así! Dame tu whatsApp.

Ella mi Enemiga de pequeñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora