CAPÍTULO 33 - FINAL

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Pasamos la noche abrazados bajo las mantas, mi cabeza contra su pecho y su mano acariciando mi cabello hasta que su respiración fue ralentizándose cada vez más hasta quedar dormido. Yo todavía permanecí despierta un rato más, pegada a él y pensando en todo. Por supuesto sabía que nos habíamos precipitado demasiado, que apenas habíamos pasado tiempo juntos y ya habíamos vivido demasiadas cosas. Siempre había pensado que el amor tardaría en llegar, que no se pude querer a una persona en tan poco tiempo. Pero estar en aquella situación, haber conocido a Colton, me había hecho cambiar de opinión radicalmente. Podía afirmar que el amor era algo espontáneo, que elegía a alguien que parecía estar predestinado y te lo lanzaba, de tal modo que modificaba todos los esquemas, todo lo que creías conocer y tener claro para darte una nueva perspectiva del mundo.

Acerqué mi mano a su pecho y no pude resistirme. Acaricié su pectoral tatuado siguiendo el camino que dibujaba la tinta en su piel. Mi dedo lo rozaba con delicadeza, con temor a despertarlo. Alcé mi mirada hasta sus ojos cerrados decorados por la tira negra y espesa de sus pestañas, su nariz recta y tan atractiva, la forma de su mandíbula tan masculina.

James apareció en mi mente, no porque sintiera algo por él, simplemente lo recordé, a él y a los pocos momentos que pasamos juntos. Yo intentaba convencerme de que James era el adecuado para mí. Traté de verlo con otros ojos. Y lo hice, solo que el sentimiento que tenía por Colton era mucho mayor.

Me apreté más contra él y cerré los ojos, aspirando el aroma que desprendía su piel. Era solo Colton. Sin perfume ni el olor de la ropa. Era solo él. Y me encantaba.

Cuando la luz del sol comenzó a filtrarse por la ventana me vi obligada a abrir los ojos, sabiendo que era hora de levantarse. Quizás ya sería muy tarde. Me desperecé levemente y lo primero que vi fue la sonrisa y los ojos brillantes de Colton. Tumbado a mi lado y con el pelo revuelto me pareció increíble.

-Buenos días.-dijo antes de inclinarse y besar mi mejilla.

Le dediqué una sonrisa que imitaba la suya y me incorporé, siendo consciente de que continuaba desnuda.

Mi mirada se detuvo en el brazo herido de Colton, la venda algo manchada de sangre. hice una mueca y lo señalé.

—Deberías ir a que te lo miren, podría ser peor de lo que parece.

Negó con la cabeza y frunció el ceño por un segundo.

—No es nada. Es tan solo un corte. Se curará—aseguró.

No deshice la mueca de mi rostro hasta que él sonrió de nuevo de y se levantó de la cama, con su desnudez en toda su esplendor. Comenzó a vestirse y no pude apartar la mirada de él. Vi el tatuaje de su pierna y sonreí. Era aún mejor visto ahora.

Yo salí de la cama y busqué mi ropa, que había sido lanzada al suelo desordenadamente. Mi sujetador un poco más allá, las bragas junto a la cama, la camiseta y el pantalón más apartados. Eran las pruebas de un caos espléndido. Recordé lo que habíamos hecho, las sensaciones, el hormigueo, el placer. El placer era tan intenso...

Nos quedamos de pie, vestidos y mirándonos sin saber qué hacer o decir en aquel preciso momento. Fue él quien se acercó y me estrechó rápidamente entre sus brazos. Entonces unos golpes leves se oyeron en la puerta para y esta fue abierta al instante, dejando ver el rostro de Mary, sonriente en cuanto vio a Colton a mi lado.

—Suponía que estaríais juntos—dijo ella entrando en la habitación.

Se acercó a mí y me guiñó un ojo, observó la cama, posiblemente sopesando el sentarse en ella, pero en cuanto vio el estado en el que se encontraba -desordenada y con las sábanas arrugadas- hizo mueca, pensándoselo mejor y sentándose en la silla junto al escritorio.

—En primer lugar—dijo—, sé lo que pasó con esos traficantes y me alegro de que todo saliera bien. Thomas habló conmigo y me aseguró que no volvería a pasaros nada.

Mi cara se relajó sentí una gran ola de alivio. Odiaba vivir preocupada, con ese miedo siempre persistente en mi cuerpo, pero saber que no volverían a acecharme me tranquilizaba.

—Yo no volvería a permitirlo. Llegué un poco tarde y desearía que no le hubiesen puesto ni un dedo encima—añadió Colton con un mohín en su cara, recordando lo sucedido la noche anterior.

Apreté su brazo en signo de apoyo y agradecimiento. Pero yo no quería que él se preocupara por mí. Sin embargo, si él no hubiese llegado, posiblemente aquello hubiese acabado muy mal.

—Bueno, y me alegro de veros al fin tan juntos. Por eso he pensado que quizá os interesaría que hiciésemos una cena todos juntos. Vosotros, Will y yo.

Colton y yo nos miramos, buscando en los ojos del otro una respuesta a la propuesta de Mary. Vi sus labios alzándose un poco en sus esquinas. Miré a Mary.

—Supongo que sí lo estamos.

La cara de Mary se iluminó, se acercó a mí y me estrechó con gran fuerza entre sus brazos. Yo acaricié su espalda mientras tanto y escuché lo que susurraba en mi oído.

—Te dije que Colton era un gran capullo, y lo sabías. Pero lo que yo sabía también era que él era capaz de dar mucho. Jamás lo había visto así.

Se alejó de mí, dio un apretón a Colton y dijo antes de marcharse:

—¡A las siete en el aparcamiento!

Cerró la puerta y Colton se encogió de hombros mientras me miraba. Se acercó a mí y me alzó en sus brazos, girando por la habitación, haciéndome reír.

Si él se sentía tan feliz como yo lo estaba, entonces me parecía perfecto. Y en sus ojos cuando me soltó y me puse frente a él, vi un sentimiento profundo. Acaricié su pecho, sintiendo el latido de su corazón y después moví mis manos hacia su cabello, tocándolo. Sus manos se posaron en mi cintura y me estrechó contra él, ansioso, necesitado. 

—Sabes que contigo...—comenzó a decir, pero me pareció que las palabras se atascaban en su garganta—. Siento que contigo he encontrado una parte de mí que creía haber perdido.

Supe a lo que refería y solo susurré un "te quiero" antes de juntar mis labios con los suyos y que nuestras lenguas de nuevo se buscaran con desesperación.

Pensé en un Colton más joven, deprimido y en graves problemas con la drogas y con sus padres. Y pensé en quien se había convertido ahora. Era alguien que había aprendido a encontrar su camino, a superar las adversidades y hacer lo que quería sin saltarse necesariamente alguna regla. Era Colton. Y ahora era mío y yo era suya.


Alguien ImperfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora