Colton #2

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Thomas entró en la que ahora era mi habitación cuando yo ya iba por mi tercer cigarro en una hora. Había cumplido mi propio récord personal y llevaba ya unos días sin probar las drogas, aunque en contraposición me inflaba a fumar tabaco como un poseso, algo que tendría que dejar más tarde, cuando la tentación ya no lo fuera.

—Colega, esta tarde vendrán a comprar. Supuse que te interesaría saberlo para...

—Sí, sí. Gracias.

Sostuve el cigarro en la boca y metí los libros en la mochila. Le di una palmada al pasar por su lado a modo de despedida. Thomas y yo habíamos acordado que cada vez que en casa tuvieran lugar actos ilegales él me avisaría para que yo no estuviera delante. No quería verme más implicado de lo que ya lo estaba y tampoco quería verme demasiado tentado, ya que por el momento iba por buen camino. De hecho no podía sentirme mejor conmigo mismo. Al fin estaba dejando eso que tantos problemas me había dado. Aunque en realidad muchos todavía preguntaban por mí, queriendo comprar droga, y Thomas tenía que explicarles que ya no me dedicaría más a ello.

Salí de casa con la mochila al hombro y echando el humo del cigarro por la boca y la nariz. Había cogido el hábito de estudiar siempre que pudiera, ya que ahora también trabajaba para poder ganarme un poco la vida. Tenía que contribuir a los gastos de la casa y estaba ahorrando para poder ir a la universidad, y para ello también tenía que estudiar bien duro para poder conseguir una beca lo más completa posible. Nunca me había esforzado tanto por nada y estaba empezando a aprender lo que realmente costaban las cosas y lo que había que luchar para conseguir lo que uno realmente quería. Y he decir que no estaba haciendo un mal trabajo.

Esperaba que mis padres algún día supieran verlo y apreciarlo, aunque por otro lado no se enterarían nunca. Habíamos cortado cualquier lazo y era algo que no me entristecía realmente. Vivir sintiéndome una mierda no era lo correcto.

Caminé hasta llegar a la biblioteca, pero no entré. No pude. 

Alguien estiró de mi mochila y casi me hizo caer. Me di la vuelta, enfurecido pero confundido y vi el rostro duro y horrible de uno de los drogados clientes de Thomas. Era un chico enorme de mi edad que aparentaba por lo menos cinco años más y que parecía encontrarse la mayoría de ocasiones en la mierda. 

—¿No te acuerdas de que le dije a tu amigo que quería hierba de buen calidad? ¡No pienso pagar de nuevo por esa puta mierda que me vendió la última vez!—gritó, salpicando saliva por todos lados.

Reprimí una mueca de asco y me obligué a no retroceder ni un solo paso para no dar la impresión de que me daba miedo. 

—Ey, J, no sé nada. Lo que tengas que arreglar lo haces con Thomas. A mí me dejas en paz. No se nada más de estos asuntos.

—Y una mierda, Colton. Dile a tu amigo que no me time la próxima vez o lo vais a pagar él y tu bonita cara.

Me dio un empujón y yo apreté la mandíbula. Desde luego que le hubiese dado una paliza si me hubiese puesto un solo dedo encima o si yo no estuviese renovándome. No meterme en palizas inútiles era una de las nuevas resoluciones. 

Lo vi marcharse con sus andares bastos y yo dejé escapar un gruñido. Sin duda me llevaría tiempo desentenderme de todo ese mundo.

Entré en la biblioteca y me senté junto a una chica de melena oscura que estudiaba bastante concentrada, pero que se paró a mirarme mientras yo sacaba las cosas.

—Hola, Colton. ¿Cómo te va?—dijo ella con una brillante sonrisa.

—Bien, Mary.

No era la primera vez que nos encontrábamos. Desafortunadamente o no, depende de cómo se mirara, ella tenía relación con alguno de nosotros, incluido yo, y aun así ella nunca se vio involucrada en ningún problema, principalmente porque yo me encargué de que así fuera. Tenía algún año menos que yo y la quería como a una hermana.

—No vas a volver a seguir a Thomas en sus andadas, ¿verdad, Colton?—preguntó ella, con cierta nota de temor y preocupación en la voz y el ceño fruncido.

—Eso intento, cielo, eso intento.

Y abrí uno de los libros y comencé a estudiar, intentado no darle demasiadas vueltas.




Alguien ImperfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora