Capítulo IV. De "Baby" a "Frances"

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Pasaron 30 minutos y la luz volvió, pero el internet seguía caído. Fue cuando Jhoney aprovechó para mostrarnos las fotos que había tomado: en una aparecían mis padres, el señor Adrián y él en lo que describió mi madre como "suelo infernal" por lo rojo que estaba; la segunda era mi padre sonriendo y con los brazos abiertos frente a una de las montañas; la tercera mostraba el paisaje inmenso y en la última aparecían los cuatro sentados sobre el suelo con muecas graciosas.

Nos contó unos datos curiosos a la señora Rita y a mí, que no recuerdo porque no lo escuchaba, solo miraba sus expresiones y apreciaba su divina carita de ángel que Dios me había permitido conocer, no pensaba perderme ningún detalle de su ser.

Luego de eso, todos se despidieron de todos, subí con un sandwich de atún a mi habitación y me puse a ver a una película que había descargado hace dos semanas y no había visto, "Dirty Dancing".

Se trataba de una chica joven, inteligente y torpe de familia adinerada que fue a pasar vacaciones a un centro turístico con sus padres y hermana; y por pura casualidad conoció a un empleado de ahí que la llevó al lugar donde estaba el personal del hotel, bailaban de forma descarada y fue donde se encontró con un bailarín que trabajaba ahí, la química que sintieron fue muy fuerte y le enseñó abailar, entonces la clase social en la que cada uno estaba no importaba mientras pudiesen bailar jy estar junto al otro.

Inevitablemente me identifiqué con "Baby" el apodo de la joven torpe, llamada Frances, niñita de papá y mamá; ella cambió durante toda la película, se volvió más segura de sí misma y más decidida con las acciones que tomaba.

Yo quería ser "Frances", pero seguía helada en la etapa de "Baby". Me planteé cambiar este verano y ser más extrovertida por lo menos un poco. Debía hacerlo por mí y para llamar la atención de Jhoney.

A la mañana siguiente estaba decidida, pero me iba a dar un ataque de pánico, terminé de anudar la parte de arriba de mi bikini de rayas verticales blancas y verdes, tenía un solo hombro y la parte de abajo dos lazos.

Suspiré y me puse mis shorts deportivos grises y un top corto del mismo color. No nadaría, pero usaría el bikini de excusa para broncearme y que Jhoney se diera cuenta de que mi cuerpo no estaba mal y que podría ser suyo si solo preguntaba.

—¡Elizabeth! ¡Ya nos vamos! —mi madre me llamó desde la sala.

—¡Ya voy! —grité y agarré mi bolso de playa.

Bajé las escaleras buscando con disimulo los rulos dorados de Jhoney, mis padres me vieron y se asombraron, este conjunto me lo había regalado mi mamá y nunca me lo puse, no soy de usar prendas que muestren mucho la piel, pues parezco un fantasma por lo pálida que es mi tez.

—¿Por qué te has puesto eso? —preguntó mi mamá.

—Ha sido lo primero que he visto y me lo puse... —alcé los hombros con naturalidad. —¿Y los Burke? —pregunté mirando a mi alrededor.

—Esos traidores se fueron antes...—mi papá bromeó.

—Oh...

—Vamos, que quiero aprovechar el sol y el mar. —dijo mi madre y salimos de la casa caminando hacia el auto.

Fuimos a la playa Montaña Pelada, caracterizada por una arena negra y formaciones de piedras por todo el lugar. Me sentía tan calmada y dichosa al ver ese espectáculo de sedimentos en el mar que olvidé por completo el objetivo de mi bikini, hasta que vi los rulos dorados que había estado buscando. Jhoney estaba tomando fotos con su cámara digital a los preciosos riscos que estaban muy lejos de nosotros.

Respiré profundo y caminé hacia él, aún no me había notado lo cual era al mismo tiempo buueno y malo. Toqué su hombro al estar suficientemente cerca y él volteó.

—Hola. —sonreí.

—Muy buenos días, señorita hacker. —saludó y me dio un beso en cada mejilla.

—¿En dónde están tus papás? —intenté dejar de lado mis titubeos.

—Oh... no lo sé... —miró hacia el mar. —Ahí están. —señaló.

Los señores Burke estaban hablando abrazados en el mar, luego mis padres se unieron y comenzaron a hablar con ellos, se les veía muy a gusto, eran muy extrovertidos y espontáneos.

—Bien. Voy a broncearme. —saqué una toalla de mi bolso y la tendí en el suelo ante la mirada de Jhoney.

—Voy a buscar mis cosas para acompañarte. —asentí y él se alejó.

Mi respiración se tornó lenta cuando comencé a desvestirme, era la primera vez que me exponía así ante un extraño que conocí hace pocos días, pero mi corazón anhelaba el suyo y un hombre joven como él no podía dejar pasar la oportunidad para observar el cuerpo de una mujer. Me quedé en bikini y me puse mis lentes de sol, entonces Jhoney llegó y tendió su toalla al lado de la mía.

No pude evitar sentir celos  cuando un grupo de tres chicas pasaron cerca de él y lo miraron con lujuria, a él no le importó recibir atención y les guiñó el ojo haciendo que las tontas se derritieran por él.

Finalmente se sentó sobre su toalla y yo me recosté, no hacía mucho sol, las nubes lo tapaban a cada momento, me sentí ridícula esperando los rayos intensos para que doraran mi piel y me viera tan increíble como una estrella de Hollywood.

Miré de reojo varias veces y Jhoney no se atrevía a mirarme, estaba ensimismado en un libro de historia, así que saqué de mi bolso un bronceador, abrí la tapa y me apliqué el contenido lenta y sensualmente, y obtuve el resultado que quería, Jhoney me miraba de forma diferente, volví a acostarme y Jhoney seguía mirándome.

—Me gusta tu bikini. —elogió provocando cosquillas dentro de mí.

—Gracias. —musité.

—No quiero que tomes esto como algo extraño pero, el bikini se ve bien porque el cuerpo se ve totalmente asombroso. —dijo mirandome a los ojos a través de mis lentes oscuros.

Quise controlar mi respiración, no respondí solo sonreí y cerré los ojos. Al abrirlos me ardía el cuerpo, me quité los lentes y vi que mi piel estaba rosada. Jhoney venía con mi mamá a mi encuentro y ella se paró en jarras, tenía una expresión seria que paulatinamente fue cambiando a una de burla, comenzó a reírse. Para mí el dolor en la piel que sentía, no era gracioso.

Volvimos a casa cuanto antes y mi madre me aplicó sávila y varias cremas para aliviar mi dolor, el intento de ser sexy para Jhoney terminó en un completo bochorno y total fracaso.

...
Espero estén bien, cuidense mucho.

Hasta los huesos // #PGP2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora