Capítulo V. Sensación a flor de piel

214 12 1
                                    

El dolor era insoportable al ponerme el suéter gigante de mi padre, debía usar ropa holgada para evitar esa sensación que me carcomía la piel, no podía subir las escaleras sola así que me senté con sumo cuidado en el sofá de la sala.

—¿Y si ven una película mientras nosotros salimos a comprar cosillas? —mi madre nos habló con tacto a Jhoney y a mí.

—No tengo problema señora Natalia... pero ¿Cómo vamos a ver una película? —preguntó Jhoney. — No hay internet todavía.

—Yo tengo una película descargada en mi laptop. —dije acomodándome en el sofá ¡Cómo duele mi piel!

Jhoney se volteó a a mí con una sonrisa de lado y asintió alzando las cejas.

—Pueden usar el proyector. —sugirió mi papá.

—¡Uy! Sí —mi madre aplaudió.

—Iré a buscarlo. —mi padre subió las escaleras.

—¿Estás de acuerdo, hijo? —la señorita Rita posó su mano sobre el hombro de Jhoney, él era unos centímetros más alto que ella. —Solo saldremos a comprar comida y algunas cosas que faltan.

—Claro, está bien. —Jhoney alzó sus hombros, no le podía importar menos.

—Debes cuidar de la pequeña Elizabeth, está muy delicada. —escuché que le susurró al oído.

En eso mi padre volvió a la sala para conectar los aparatos y Jhoney se ofreció a ayudarlo, dandome una buena vista de su trasero. Al terminar de conectar el proyector a la laptop y que la pantalla se reflejara en la pared mostaza, Jhoney buscó la película mientras los adultos se alistaban.

—Tengo una pregunta. —Jhoney se levantó y se dirigió a mis padres. — ¿Por qué no han llevado a Elizabeth al hospital? —preguntó con seriedad cruzando los brazos, tal preocupación por mí me hizo sentir especial.

—Ay, no seas capullo Jhoney, ella estará bien. —mi madre dijo sin cuidado. —Ya le he puesto cremas, va a estar bien, ella es fuerte, no ha sido una tragedia. —vi que Jhoney no estaba convencido y mi madre puso su mano en su mejilla. —No se va a morir ¿Vale? —asintió.

—Vale, solo que no soy doctor ni enfermero.

—¿Y tú crees que soy cirujana plástica? —se mofó.

—Ya nos vamos. —dijo mi padre y todos salieron por la puerta haciendo que Jhoney suspirara y se sentara a mi lado.

—¿Estás bien? —busco mi mirada, realmente me intimidaban sus ojos azules pero al final me perdí en ellos.

—Podría estar mejor ¿Sí sabes que solo me he quemado no? Tengo la piel muy delicada.

Se rió y fue a apagar la luz y poner la película. Antes se quedó mirándome, no pude evitar sentirme amenazada por su aura galante, achinó sus ojitos y cruzós los brazos, ya me estaba incomodando con tanto misterio.

—¿Qué? —pregunté, ya estaba impaciente, se veía tan precioso.

—Tienes la piel delicada y dijiste que ibas a broncearte.

Mire hacia otro lado, me atrapó. Cambió su expresión de detective serio a una burlesca.

—¿En serio te has jodido la piel por mí? —sonrió.

—Me jodería hasta los huesos por ti. —tapé mi boca inmediatamente, y la piel me ardió. Metí la pata hasta el fondo.

—¿Qué...? —susurró cambiando su expresión e hizo una pausa.

Lo estaba procesando al igual que yo, no hemos tenido mucho tiempo juntos como para decirle aquello, pero se me escapó por andar pensando cada minuto de cada hora en él; su cuerpo delgado deambulaba entre los pasillos de mi mente y su voz retumbaba dentro como una canción pegajosa, se había adueñado de mi cordura, no obstante se sentía bien... la mayoría del tiempo.

—No encuentro palabras para esto, Elizabeth...—respiró hondo y exhaló. —Me halagas y mucho, eres bella, hacker... pero aparte de eso no sé más de ti, no te comunicas y eso es un problema...

—Intento abrirme... —mi voz se volvió temblorosa, todo lo que me decía me agujeaba.

—Te creo. —se acercó a mí. —No puedes estar conmigo ni yo contigo. Esto solo será un romance de verano.

¿Disculpa? ¿Está accediendo? ¡Está cediendo!

—Somos diferentes, tú tienes 15 años y yo 22. Vives en Rusia y yo en Inglaterra. Me gusta hablar, salir y descubrir, y por lo que he visto, tú mueres si no hay internet en esta casa, te encierras por lo que no puedes soltarte. Puedo ayudarte pero no estaremos juntos, solo es un pacto de verano, así podrás presumirme con tus amigas del colegio cuando vuelvas y tendrás más experiencia ¿Aceptas?

Me tomó un momento descifrar lo que me pedía, no había pensado en un futuro sin él cuando ya se lo estaba planteando. Quería estar con él de alguna forma lo arreglaríamos si nos iba bien, pero no podía sugerir una alternativa todavía, quería saber como eran los fuegos artificiales explotando! las mariposas revoloteando y las hormigas caminando entre nosotros, el solo hecho de pensarlo me emocionaba y me ponía nerviosa a la vez.

—De acuerdo. —sonreí y él le dio "play" a la película, se sentó a mi lado y puso su brazo sobre el espaldar.

—Por ahora no haremos nada, estás delicada. —susurró en mi oído provocando que una sensación vibrante fluyera por mi zona baja. Asentí y después de sus palabras prestamos atención a la película.

Al final, le gustó la película y le hizo gracia que el co-protagonista se llamara igual que él y me confesó que él sabía bailar cha-cha, nos reímos mucho con sus pasos.

Al otro día me tocó otra sesión de curación con mi madre, me dijo que hoy no saldríamos a ninguna parte y que todos irían a cabalgar, la casa de la abuela tenía un establo y habían dos caballos en él : Vogue y Erica. Sin embargo, mi padre compró tres caballos más a los que prometió que yo le pondría los nombres.

En la tarde, Jhoney se ofreció a hacer el almuerzo haría un típico plato venezolano de arroz, carne pellizcada, plátano y caraotas negras, mientras nuestros padres estaban afuera con los caballos, quise ayudar pero él me sentó en la mesa, no quería que lo ayudara, temía que me malograra la piel.

—Jhoney... —murmuré desde mi puesto, se veía muy concentrado hirviendo las caraotas.

—Miss...

—Ah... quiero decirte algo...

—Dime.

—¿En qué consiste eso de "experiencia" que dijiste anoche? —pregunté en voz baja.

—Masturbación y material visual. —dijo sin cuidado mientras ponía a hervir el arroz.

—Oh...

—¿Algún problema? —comenzó a freír las rodajas de plátano.

—Quiero perder la virginidad antes de cumplir los 16. —finalmente lo dije provocando que soltara una de las rodajas y el aceite le salpicara un poco.

—Mierda... —se quejó y puso su mano debajo de la llave de agua—¿Cuando cumples años?

—En tres días.

—No creo que sea posible, Elizabeth. Es muy pronto.  —negó con la cabeza. —Además no hemos comenzado con el romance erótico de verano. El sexo no está en mi lista contigo, lo siento.

Mis ilusiones de chica decidida se esfumaron, me enoj y salí de la cocina, no sabía que hacía ahí si el internet ya había llegado la noche anterior, podía estar encerrada en mi habitación hasta que el almuerzo estuviera listo, de todos modos, Jhoney aún no me estaba ayudando como había dicho.

—Debes estar lista, Elizabeth. La primera vez va a doler. —me dijo mientras caminaba fuera de la cocina. —Lo mejor es esperar.

—Solo quiero saber.

—Y lo sabrás, pero no conmigo, no voy a invadirte.

—Pues ya me invadiste. —salí de ahí y me dirigí a la sala.

...
Jujuju, Elizabeth está como que desatada 🤭

Hasta los huesos // #PGP2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora