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【¿Desconfiar?】

Se sentía pequeño ante aquella intensa mirada y sonrisa divertida. Se sentía hundir en el viejo sillón y era algo ridículo, después de todo, él también tenía tamaño. Probablemente solo era dos o tres centímetros más bajo, pero seguía siendo alto. Apretaba con sus manos los reposabrazos. Se encontraba incómodo. Muy incómodo.

—¿Algo más que agregar?

No había mucho más que pudiera decirle. No después de haberle contado todo lo sucedido. Dejo vagar su mirada unos momentos antes de volver al Alfa, un joven Alfa que parecía ser muy amable, tranquilo y considerado. Le causaba desconfianza, pero no tenía motivos realmente, él no había hecho nada malo en ningún momento, o al menos, no que él hubiera visto.

—¿Ellos cumplirán con su palabra?

¿Qué tal de los Alfas? Fueron muy amables, sí. También carismáticos, pero aún así no podía confiarse en que ellos no fueran a aprovecharse de un Sigma totalmente solo en una cabaña algo alejada, y en pleno celo, el cual para su sorpresa duraba un día, y aunque él lo controlara como todo un Alfa, podía ver que le afectaba como si fuera un Omega. Sin dudas, el Sigma pertenecía a una categoría muy peculiar.

—Ya envíe un escuadrón completo conformado únicamente por los Betas más capacitados, los Alfas que ya se encontraban en el lugar se alejaron un par de kilómetros para estar al tanto si es que los Betas necesitan refuerzos, deben estar llegando en estos momentos, por lo que no debes preocuparte por ello. Sin embargo no creo que hagan falta realmente, esta manada es muy segura.—Con una sonrisa anotó algunas cosas en una de las libretas que tenía en el escritorio. —Te escoltarán hasta una de las habitaciones de la estancia que tenemos. Suele ser utilizada para vacaciones pero dada la situación serás llevado allí.

—¿Se comunicaron?

La pregunta salió de sus labios sin que pudiera haberlo detenido. Él simplemente no quería hacerlo, solo paso. Sin embargo, pensándolo mejor le parecía extraño que no hubieran podido comunicarse con alguna de las manadas de las cuales provenía o tenía contacto. Aunque ellos parecían ser buenos o amables, temía que estuvieran siendo engañados por todos en la manada.  Observo el cambio de gesto del Alfa él hizo una mueca algo extraña, podía sentir que no había maldad en ese gesto, hasta era... Amable, sin embargo, parecía tener algo de incomodidad ahora,  se removió un poco en su lugar antes de  acomodarse un poco mejor en su silla.

—Planeaba contárselos mañana durante un almuerzo al que los invitaría. Pero supongo estas curioso —Tomó alguna de sus tantas libretas esparcidas en el escritorio y se la extendió para luego volver a acomodarse enlazando sus dedos esta vez. —Logramos contactarnos únicamente con una de las manadas. La manada de... ¿Sam? ¿Puede ser?

Se sorprendió ante ello pero rápidamente asintió para leer brevemente las anotaciones hecha por una pulcra letra cursiva. El nombre del Alfa, el de la manada, horarios, número de móvil personal del Alfa, nombre de Sam y el de algunas personas que no conocía. Dejó la libreta en el escritorio para aclarar la dudativa en su pregunta.

—El padre de Keanu.

—Lo suponía. El Alfa me ha contado un poco de la historia de este hombre y realmente fue algo entristecedor saber por todo lo que ha pasado. Así que pensé en mantenerlo en secreto. —Al ver la mirada entre curiosa y de desconfianza que el joven Alfa rubio le envío, rápidamente aclaro. —Él no sabe sobre todo este movimiento que se esta haciendo. Nadie más que el Alfa y sus Betas. Tenemos planeado escoltarlos hasta la manada y luego ese Alfa los movilizara a la vivienda del Omega. 

—¿La otra manada?

—La verdad, lo llamamos en repetidas ocasiones pero nadie contesta. No sabemos cual pueda ser la situación allí pero ante la duda dejaremos de insistir, si te parece bien. Visto que pudimos contactarnos con una y se ha ofrecido y comprometido a escoltarlos no necesitaríamos seguir intentando. 

Asintió dándole la razón, no entendía porque podría darse aquello y aunque quería respuestas, el Alfa no parecía tener alguna más.—¿Cuándo partiremos? 

—Estaba pensando entre mañana por la noche o al día siguiente temprano. No es que los quiera echar o algo por el estilo, pero imagine que querrían irse lo más pronto posible con su familia. Deben llevar largo tiempo sin verlos. —Se levantó de su asiento para acercarse a Kyle y palmear su hombro indicándole que se levantará. Obedeció lentamente caminando a su lado. —Seguiré con el plan inicial, por favor, finge no saber de todo esto que te he hablado para sorprender a Keanu, él merece una sorpresa así. Después de todo, en aquella horrible manada las sorpresas buenas no existen.

Asintió en concordancia para luego ser encargado a un Beta, con el camino lentamente a través de un largo camino hasta donde se encontraban las estancias. La noche comenzaba a caer llevándose consigo la luz proporcionada por el sol. Las luces de las casas comenzaban a encenderse una a una. Cada manada en la que habían estado era diferente. Ninguna se asemejaba a otra. Habían algunas que poseían grandes casas, objetos nuevos e inclusive tecnología en cada esquina. Y luego estaban otras que parecían perdidas en el tiempo con cabañas de madera y con un sistema tan antiguo como el de ir a buscar agua a un río. Pero sin embargo, a vista de Kyle, todas eran mejores que la horrible ciudad, que destroza la vida de cada hombre lobo que la pisa. Parecía una verdadera maldición y agradecía inmensamente que Keanu se hubiera encontrado en aquella manada y no en la ciudad, porque con suerte, ellos no se acercarían nunca más allí.

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