【A salvo】
Abrió sus ojos encontrándose en una habitación tan blanca que lograba lastimar sus ojos. Con pesar trato de hacer memoria para saber donde es que se encontraba y que es lo que había sucedido. Hasta que finalmente los recuerdos llegaron.
Flashback.
Apenas escuchó el intento de aullido proveniente del moribundo Alfa detuvo el vehículo lo más cerca de la orilla que pudo, puesto que tenía que arrastrar al gran lobo hasta el interior de la manada y no sabía por cuanto tiempo podría cargarlo hasta pasar los límites, los cuales, ni siquiera sabía donde comenzaban o finalizaban. No tenía idea de como pedir el asilo a la manada, nunca lo había hecho antes, pero se esforzó en pensar lo que haría apenas tuviese la oportunidad.
Bajó al Alfa del automóvil y lo arrastró con las pocas fuerzas que le quedaban para internarse en el bosque frente a ellos. Trataba de mantenerse tranquilo y preparado para cuando escucho el aullido de múltiples lobos. Ellos sabían que habían entrado a la manada.
Fueron rodeados por grandes lobos y Alfas en su forma humana que parecían dispuestos a atacar. Sus piernas temblaron a causa del cansancio y simplemente sus rodillas tocaron el suelo, sintiendo las pequeñas piedras y montones de tierra. Observó a Kyle entre sus brazos, el quejido que éste soltó cuando cayeron hizo que se preocupase por él. Tratando de ser fuerte elevo su mirada a los hombres.
—Por favor... Ayúdennos.
Y eso fue todo para que su cuerpo se rindiera quedando en inconsciencia.
Fin del flashback.
Abrió sus ojos asustado y rápidamente se sentó. Dedujo que estaba en algún hospital muy lujoso pero no encontraba a Kyle y no tenía idea de donde es que éste estaba. La puerta se abrió dejando entrar a un grupo de personas. Los aromas hizo que identificara las categorías de cada uno en instantes. Sintió un leve mareo pero trato de disimularlo.
—Afortunadamente despertaste ya.
—¿Y Kyle? Y-yo...
—Primero necesitamos aclarar algunos puntos. Tu amigo se esta recuperando pero necesitamos que nos hables sobre ciertas cosas.— El hombre se acerco a la camilla sentándose a una distancia considerable, utilizo feromonas para no mostrarse amenazante, pero al ver la mala reacción del menor, con una seña, logró que todos disminuyeran aquellas para dejarlo más tranquilo. Los otros hombres tomaron asiento por distintas zonas de la habitación al pendiente de la conversación que se mantendría. —Soy el Alfa de esta manada, y estas personas aquí son mis Betas y Alfas. Cuando llegaste aquí pediste ayuda, nosotros podemos ayudarte, pero necesitamos saber sobre ti. ¿Por qué estaban heridos? ¿Cuánto tiempo llevan viajando? Y demás. Todo lo que puedas decirnos sobre ti será de gran ayuda.
Sin mucho reparo comenzó a contar todo lo que había sucedido, la manada a la que pertenecía, como conoció a Kyle, como inicio la persecución y demás. Contó todo lo que pudo contarle y les hablo sobre la idea del Alfa en pedirles asilo.
—¿Qué es lo que sabes de ese lobo?
—No mucho más de lo que conté, se llama Kyle Van... Van S, no lo sé, no lo recuerdo.
—Investigaremos sobre la manada de la que proviene, por lo mientras te conseguiremos ropa y un hogar sustituto.
—¿Podría ver a Kyle? Sé que han dicho que esta bien pero quiero verlo, me gustaría quedarme junto a él.
—No podemos mantenerte en el hospital hasta su recuperación.
—Puedo ayudar, puedo hacer muchas cosas, sé limpiar, cocinar, desinfectar, curar, inyectar, tengo fuerza y sé controlar muchas situaciones.
—No pondremos a trabajar a un menor de edad. Ahora quédate aquí hasta que consigan ropa para ti, luego podrás ir a ver a tu amigo y podrás permanecer a su lado hasta que encontremos el hogar. Si necesitas algo puedes decirlo a cualquiera de ellos.— Con su mano hizo un ademán para señalar a un Alfa y un Beta. Luego se levanto y se acercó a la puerta. —Nos veremos pronto.
Finalmente se vio obligado a quedarse quieto en aquel lugar hasta recibir un atuendo. Se maravillo al ver aquello, no espero haber recibido algo nuevo, en su bolsa de empaque. Constaba de unos pantalones de mezclilla, una camiseta y una sudadera de color azul oscuro.
—Tibio.
Susurro a gusto luego de haberse vestido.
—Vamos, ya es tiempo de que veas a tu amigo.
Asintió y siguió al Beta, siendo a su vez, seguido por el Alfa que los vigilaba desde muy cerca. A medida que más se acercaban a la habitación más nervioso se sentía. Apretaba sus manos en los bolsillos esperando no ver una horrible imagen. Y lo primero que encontró en la habitación fue un Kyle dormido, inyectado y con vendas en su torso, donde supo que se ocultaban las balas. La manta lo cubría desde la cintura hasta sus pies y sintió una punzada en su pecho al verlo así, hasta en cierto punto, sintiendo culpa por la situación en la que se encontraba.
Se acercó a la camilla cubrió rápidamente al Alfa, autoconvenciendose de que lo hacía para evitar de que cogiera un resfriado y no porque hubieran otros dos hombres en la habitación. Ignorando aquello, se mantuvo observándolo por largo rato, tratando de mantenerse al margen en sus pensamientos.
Allí se mantuvo un buen de horas, jugando con el cabello del Alfa o simplemente mirando la pequeña pantalla del aparato a un lado de la camilla reparando el sonido que este producía. Cansado, sabiendo que el sueño se acercaba, susurro aquellas palabras que había estado conteniendo desde que lo vio ensangrentado. —Ya estas a salvo. — Y eso fue lo último antes de cerrar sus ojos y dormir junto al aun dormido Alfa.