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【El más fuerte】

Había un silencio casi sepulcral, y no por incomodidad o algo por el estilo. En absoluto. Ellos esperaban las palabras del Alfa más grande que se encontraba en el final de una llamada telefónica, al parecer, importante.

—¿Qué dijeron?

La voz de Sam fue lo primero que se escuchó cuando él se acercó, y se tomó el tiempo para observar curiosamente al Alfa que se sentaba frente a ellos como único lugar disponible dado que él ya se encontraba sentado junto al Omega, y Kyle al otro lado de éste.

—Ellos están viniendo ahora. —Cambio su objetivo para mirar a Kyle ahora, con mirada increíblemente dura. —Lo que hiciste estuvo terrible, no sabes todo lo que sucedió luego de que desaparecieras de esa forma. Casi matas del susto a papá Blaise. Él no debería haber pasado por esto una segunda vez.

Con un gruñido el nombrado respondió.

—Traje a Keanu y tarde menos. 

—Pudiste haberte puesto en peligro.

Recién en aquellos momentos comenzaba a caer en cuenta de todo lo que Kyle tuvo que pasar y a los riesgos que se sometió, con la probabilidad de no volver a ver a su familia. Él inclusive había olvidado la posibilidad de que Kyle tuviera una familia detrás preocupándose por él.

—Lo hizo. —Todos lo observaron, y se sintió incómodo. No había sido su intención hablar en voz alta, aquello era más para él que para cualquier otro de los presentes, pero ya había hablado, no podía retroceder. —Nos persiguieron, trataron de asesinarnos, le dispararon...

—¿¡Qué hicieron qué!?

El grito de Sam lo asustó, por lo que no evito verlo de forma algo exagerada en sorpresa, ver como se levantó completamente asustado, dejando caer la silla en la que estaba sentado inclusive, todo para tratar de revisar a Kyle, el cual tomó amablemente las manos de éste. Él parecía tener siempre una mirada dulce para el Omega.

—Estoy bien, descuida.

—¿Dónde le dispararon?

Se sobresaltó un poco al escuchar la pregunta por parte del Alfa, del que aun no sabía el nombre.

—En el pecho.

Pronunció rápidamente para apuntar a Kyle, el cuál lo miro de forma no muy amable.

Quería una mirada dulce también.

—Déjame ver.

—Estoy bien. En serio.

—Kyle, te estoy diciendo que me dejes ver.

—Más te vale dejes que Sam te revise porque juro por lo que más quieras que apenas lleguen les diré, y si se enteran que no te haz dejado revisar será lo último que hagas. 

Luego de un gruñido hacía el Alfa, el rubio se levantó para quitarse la camiseta lentamente. Y aunque él supiera que se trataba de Sam, quien era su padre, y un Alfa, que por lo que dijo, supuso que era hermano de Kyle, y con todo eso en mente, no pudo evitar sentir... Celos. Mordió su labio tan fuertemente cuando el Omega comenzó a tocar el pecho vendado del Alfa, con la intención de quitar la venda para ver la herida, que comenzó a sangrar.

No le gustaba que lo estuvieran tocando, pero, al ver la herida por primera vez, todo sentimiento anterior se esfumó para reemplazarlo por preocupación y tal vez algo más.

Ver las heridas cicatrizando le erizo cada vello del cuerpo. Había visto heridas en su vida, curado las propias en diversas ocasiones, pero nunca había visto tal daño.

—Son de balas de...

Kyle asintió, cortando sus palabras, como si no quisiera escuchar la palabra.

—Dime que las quitaron.

—Es obvio que de las quitaron, no podría estar aquí de otro modo.

Sam buscó nuevas vendas para Kyle, el cual se mantuvo callado y evitando miradas.

—Dime que otra cosa sucedió.

Se tomó unos minutos para examinarlo antes de proseguir.

—No mucho más. Luego de la confrontación escapamos y pedimos ayuda a la manada que nos trajo hasta aquí. Ellos nos ingresaron a un hospital y nos permitieron salir cuando estábamos mejor. El más herido sin duda fue Kyle. El tomó todo por mi.

—Entonces tú no recibiste daño alguno.

—No.

¿Por qué se sentía mal eso? ¿Por qué se sentía como si lo estuvieran acusando? ¿Quién demonios era ese Alfa para hacerlo sentir tan incómodo?

Un nuevo gruñido por parte de Kyle llevo su atención a éste. Pudiendo ver a Sam colocarle algo a las heridas antes de venderlo una vez más, permitiéndole poner su camiseta.
Pudo verlo decirle cosas, más no escucho ni una de sus palabras. Y se sentía curioso, y a la vez, excluido.
Estaba incómodo en el lugar. Al no estar junto a Kyle, a que lo estuviesen mirando.

—¿Qué categoría eres?

La pregunta lo descolocó, no porque lo viera como algo malo, si no porque no se había percatado de que lo estaban olfateando.

—Alan, eso no... —Sam pareció tomarse el tiempo para olfatear, y al parecer, tampoco pudo encontrar su categoría. —Pregunta...

—Sigma.

Lo observaron curiosos, como si no conocieran aquella palabra, y no los culparía, no todos los días podían encontrarlos.

—¿Es en serio?

—Si, es una categoría más... Extinta podría decir. No suelen haber muchos como yo.

Sam hizo una mueca, y no supo la razón de eso. ¿No estaba de acuerdo? ¿Había perdido el interés?

—Creo que... Tengo mucho que hablar contigo.

¿Se sentía culpable?

—Kyle me contó mucho. Habló sobre ti, sobre mi, sobre mi... Padre.

El silencio los invadió, podía sentir la mirada acusadora del Alfa al que atribuyó, su nombre era Alan, la mirada de dolor de Kyle, pero ninguna por parte de Sam. Él simplemente esquivo aquello centrando su atención en algún punto en el suelo.

—Lo siento.

—No es tu culpa. —Intervino el Omega. —Es parte de la historia. Sin él, no habrías tú, y sin ti, nada de esto habría sucedido. No me arrepiento un instante nada.

Algo cálido se instaló en su pecho. Y por primera vez desde que lo vio, le pareció ver al Omega como un hombre fuerte, increíblemente fuerte. Ese sentimiento logro que sus ojos se cristalizaran. Pero el sentimiento fue interrumpido por el motor de automóvil que se detuvo a los momentos.

Llegaron.

SigmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora