Louder Than Bombs ✘ Min Yoongi

I

Un día más me encontraba aseando cada rincón de nuestra gigantesca casa, no me molestaba en lo absoluto. Era para matar el tiempo mientras me encontraba encerrada esperando que mi esposo llegara de su trabajo.

No teníamos amas de llaves ni nada parecido, solo porque yo quería hacerme cargo de la casa aunque Yoongi de vez en cuando se molestaba por eso, a final de la discusión siempre me daba la razón. No me dejaba trabajar porque según él; para eso trabajaba, para mantenerme.

Odiaba eso, por supuesto.

Pero como dice mi suegra y mi madre, "es tu esposo y tú deber es hacerle caso".

Mi suegra pretendía que le caía muy bien pero era una hipócrita, desde que conocí a Yoongi siempre nos hizo la vida imposible. Solo por ser de diferentes clases sociales, el típico pensamiento idiota de las familias ricas.

—¡Cariño! ¡Llegue!—El gritó de mi esposo me hizo soltar el cesto de la ropa sucia, baje las escaleras cansadamente.

Y frente a mí estaba él, con su típico traje caro y su cabello con mechas. Se dejó caer en el sofá y sabía que se encontraba cansado.

—Preciosa, ¿cómo estás?—Me sonrío, me parecía muy tierno como él me encontraba bonita cuando solo vestía un short y una blusa cualquiera con mi cabello recogido en una cebolla y ni una gota de maquillaje.

—Algo cansada, ¿que tal tu trabajo?—Me encamine hacia la cocina para servirle la comida que había hecho.

Definitivamente este no era mi sueño cuando tenía quince años, siempre decía que un hombre no me diría que tenía que hacer o no ni muchos me mantendría.

Y aquí estoy, no trabajo solo porque Yoongi no me lo permite.

—Te he dicho miles de veces que debemos contratar por lo menos a dos señoras que te ayuden. La casa es demasiado grande para que tu sola te encargues de ella—Y volvíamos al tema de casi todos los días. Sacudí la cabeza en su dirección, no podía permitirme eso.

—No Yoongi, no tengo nada que hacer en mis días. No me dejas trabajar—Le reproché, Yoongi alejo el tenedor de su boca y lo dejo caer en el plato.

—Y sabes el porque Sora, yo trabajo muy duro en mis empresas para tenerte como una reina, es lo que te mereces—Sus palabras me parecieron tiernas pero no podía estar haciendo nada en casa.——Mira, puedes ir al club todos los días a jugar tenis o volleyball con las chicas, hay tantas actividades que puedes hacer que no sea trabajar.

Odiaba decirlo pero tenía razón. No me gustaba ir a ese club con las demás esposas de sus amigos, por ciertos hechos hacia mi las consideraba muy hipócritas. Todas nacieron en cunas de oro y cuando Yoongi me presento a ellas y platiqué un poco sobre mi familia, sus rostros cambiaron por completo.

—De acuerdo, tratare de hacerlo—Le sonreí, no podía seguir discutiendo cuando él llegaba demasiado cansado, sólo con ganas de comer y descansar.

No teníamos hijos. Tenemos dos años de casados y cinco de conocernos pero aún no decidimos llegar a ese punto. Queremos disfrutar y viajar más.

—Puedes llamar a mi madre para que vayan juntas, se que ustedes se llevan muy bien—Bebió de su copa, quise reírme por eso pero no podía hacer nada. Era su madre y tenía que respetarla aunque ella fuera una total hipócrita, que pesar.