III

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¿Porque de repente sentía una desconfianza muy enorme? Mi prima era la razón. Tal vez era una paranoica o algo así pero descubrirla mirando a mi esposo cada que podía, no me agradaba.

—Y dime Yoongi, ¿todo bien en tus empresas?—De un momento a otro empezaba a odiar esta comida. Yo lo único que deseaba era estar sola y tal vez llorar un poco.

—Si, todo va bien. En unos días me daré un descanso para pasarla junto a Sora, serán como unas vacaciones—Sonreí ante sus palabras, ¡era una buena noticia! Yoongi siempre estaba dedicado a su trabajo al cien por ciento y de una forma u otra siempre se disculpaba conmigo, pero yo no podía hacer nada, era su trabajo y lo entendía.

—Eso es bueno, ¿no han pensado tener hijos?—Mi madre siempre era muy directa y en este caso podía decir que la entendía, anhelaba obtener un nieto.

—Probablemente muy pronto madre, ten paciencia.

Observe a mi prima que aún seguía con su mirada fija en Yoongi, ¿porque hacía eso? Me molestaba demasiado. No la quería en casa.

—Tía, ¿les dirá? Es una buena oportunidad que están los dos.—Soyeon hablo esta vez, ¿y decirme que?

Sabía que lo que se aproximaba no me gustaría en lo absoluto, mire a Yoongi y este como siempre mantenía su mirada neutra. Era un hombre tranquilo, con mucha paciencia y rara vez sonreía mucho. Y mientras lo miraba me cuestione, ¿que era lo bueno que había visto de mi? Aún recuerdo aquel día donde nos conocimos.

Era un día lluvioso en la ciudad de Seúl y por segunda vez había logrado olvidar mi paraguas. Solo llevaba un abrigo largo el cual podría taparme un poco hasta llegar a la parada del bus. Aunque no prometía mucho, me mojaría si o si.

En cuanto empecé a caminar, estuve a nada de resbalarme pero logré apoyarme en la puerta de la cafetería donde había salido hace unos diez minutos. La lluvia parecía ser fuerte cada segundo y eso me colocaba en mal humor pues deseaba llegar a casa de una buena vez para estudiar. No debí colocarme en ese lugar pues un auto me salpicó, me insulte miles de veces por ser tan tonta.

—Entra a la cafetería, espera a que pase un poco la lluvia—Una voz gruesa se escuchó detrás de mi, un chico de piel muy blanca como la nieve, medio metro setenta supongo y aquel abrigo negro lo hacía ver muy atractivo.

Sin responderle, entre a la cafetería, no había nada de personas debido a que la cafetería ya había cerrado. El chico me invitó a tomar asiento, se alejó sin mirarme. Decidí sacar mi celular de mi bolsillo y mandarle un mensaje a mi madre para avisar que llegaría un poco más tarde. Lo único que me frustraba en este momento era la cantidad de hojas que tenía que estudiar para mi examen.

—Toma, es de mi parte así que no te preocupes por pagarlo—El chico me extendió una taza de café, la tome algo dudosa y observe como se sentó frente a mi.—Min Yoongi, dueño de la cafetería.

—Kim Sora—Realicé una pequeña reverencia con mi cabeza, él me sonrió un poco.

—Me ofrecería a llevarte pero acabamos de conocernos y se que no confías en mi.

—Estas en lo correcto.

¿Primera vez que nos visitas?—Alzó una ceja, pude deducir que era un chico muy rico pues en el llevaba un reloj Rolex, el celular más nuevo y suponía que su ropa era de marca.

—No, siempre vengo aquí.

—Interesante, nunca te había visto.

Desde ese momento me di cuenta que nos encontraríamos más seguido, juraba qué tal vez él lo hacía a propósito. Estuvimos conociéndonos por cuatro meses donde salíamos a cualquier parte de la ciudad y al ser novios, me había llevado con él de viaje a Japón.

Y no estaba equivocada, venía de familia muy importante y Yoongi próximamente obtendría algunas empresas en su poder. Mi familia estaba feliz que empezara una relación con él pero sabía las intenciones de mis padres con tan sólo enterarse de lo rico que es, aunque eso a mi nunca me importó. Recibí regalos de marcas demasiado caras como: Louis Vuitton pero aún así siempre le dejaba en claro que no era necesario aquellos regalos. Salir con él a comer un poco de ramen o quedarnos en casa viendo películas toda una tarde con palomitas, era suficiente para mí o con tan solo verlo, me hacía feliz.

En tan solo dos años de relación, Yoongi empezó a dar frutos en las empresas por lo tanto, inauguró dos más aunque ya poseía tres y no solo en Seúl. Decidió crear más cafeterías en algunas ciudades de Corea del Sur así como algunas tiendas de ropa.

Pero lo único que a mi me molestaba era si madre, siempre trataba de hacerme menos solo por ser de familia humilde. Me había presentado a algunas mujeres dentro de su entorno quienes platicaban de sus lujos y demás, pero yo no. Llegue al punto de llorar demasiado por no sentirme suficiente para Yoongi. Pero él siempre estuvo conmigo dándome buenos consejos y diciéndome que no debía estar de esa manera porque lo único que importaba era nuestro amor.

Nos casamos con tres años de relación y supe que fue la mejor decisión que tome.

Actualmente, Yoongi me obsequió todas las cafeterías, ahora estaban a mi nombre. Por lo tanto yo las controlaba. Mientras que él, hacía más y más empresas, como tanto pequeñas así como muy grandes.

Oh claro, Soyeon quiere acompañarte un par de días. ¿Será posible?—Mi madre se dirigió a Yoongi, nunca a mi. Mi opinión también contaba.

—Lo siento pero creo que escucharon que Yoongi tendrá unas vacaciones, por lo tanto, queremos disfrutarlas. Tal vez y viajamos, estaba planeado—Trate de que mi tono fuera suave para que no hubiera mal entendidos. Soyeon hizo una mueca y siguió comiendo.

Y ni siquiera teníamos planeado un viaje.

—Si, así es. En verdad una disculpa, tal vez podría ser después.

—No se preocupen, ustedes disfruten su viaje. ¿A donde irán?—Tome mi copa y bebí de poco a poco para evitar la pregunta y que Yoongi contestará.

—Posiblemente Suiza, Sora ama el país—Respondió.

Y así era, Suiza era mi país favorito. Yoongi había logrado cumplirme el sueño de visitarlo hace un año. Y volver a hacerlo no me caería nada mal.

—Que suerte—Soyeon susurró, eso causó que frunciera mi ceño. Solo la había escuchado yo y ahora desconfiaba mucho de ella. Definitivamente no la quería en casa.

La comida terminó, empece a conversar con mi madre preguntándole sobre mi padre y hermanos. Pero en ese momento mi atención fue desviada hacia mi prima quien parecía no querer alejarse de Yoongi que se encontraba en el sofá, a un lado de él, estaba ella y cada que podía se apegaba más a él. Por último, Yoongi se levantó y camino hacia mi tomándome de la cintura.

—Claro madre, comunícales que los extraño mucho—Ella asintió y me regaló un gran abrazo. Me despedí de Soyeon como si me estuvieran obligándolo a hacer pero no tenía otro remedio.

—Tu prima no me agrado mucho—Yoongi besó mis labios, suspiré algo frustrada.

—Créeme que a mí tampoco.

Yoongi decidió darse una ducha mientras yo me encerraba en la otra habitación de baño, llevaba mucho tiempo guardándome las lágrimas. Me sentía muy triste, decaída, solo lloraba. Pero no podía contárselo a Yoongi, al menos no por el momento, tal vez en unos días más me encuentro perfectamente bien. Y esto habrá pasado.

Louder Than Bombs ✘ Min YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora