Louder Than Bombs ✘ Min Yoongi

XI

Tome el pequeño frasco de pastillas que se encontraba en dentro un cajón donde reposaba mi ropa interior. Saque solamente una y la introduje a mi boca para después tomar un vaso de agua y que esta resbalara.

Mis manos temblaban demasiado, me sentía muy mal. Y cada que sucedía, recurría a pastillas para ingerirlas y así sentirme un poco mejor. Yoongi no estaba en casa, tenía aproximadamente doce horas sin poder verlo. Pero entendía que su trabajo era muy cargado, solté un suspiro aliviada y me deje caer en la cama.

El teléfono móvil empezó a sonar por toda la habitación, toda la casa estaba en completo silencio, como si estuviera sola en ella. Aunque eso era bueno, me gusta ese ambiente, y agradecía que también a Yoongi. Tome el artefacto entre mis manos percatándome que se trataba de un mensaje de texto donde habían adjuntado una fotografía. Por alguna razón, mi corazón empezó a acelerarse más de lo normal, mis manos sudaban horrible en tan solo poco segundos y unas náuseas se apoderaron de mí. Deslice mi dedo para abrir el mensaje que el número desconocido me había enviado.

Hubiera preferido mil veces que no me lo mostraron, automáticamente, las lágrimas se hicieron presente y el dolor en mi corazón. Aquella fotografía se trataba de Yoongi junto a una mujer mientras conversaban alegremente, podía decirlo así porque sus sonrisas los delataban, era un restaurante que se encontraba cerca de la empresa de Min. Se que el tiene todo el derecho de tener amigas pero esto... esto no es normal. Porque la segunda foto se puede ver claramente como la ayuda a que se adentre al auto. Lancé mi teléfono móvil a cualquier lugar de la habitación.

— Por favor, no actúes como una tonta Sora. Primero pregunta y después actúas ¿si? — Me dije a mi misma, no podía armar un escándalo sin haberle preguntado. Primero lo que haré será esperar que llegue a casa y preguntarle donde se encontraba y como le había ido.

Tome un poco de aire, tratando de estar tranquila. Y de la nada, escuché la puerta principal cerrarse después de un grito llamándome. Pase las manos por mi cabello que se encontraba un poco desordenado y me dirigí a bajar las escaleras. Desde aquí arriba vería a Yoongi deshacerse de su corbata junto con el saco negro, trague saliva y me dedique a seguir bajando los escalones que parecían no tener un fin. Min me sonrió un poco y abrió sus brazos para que me acercara y le recibiera de esa manera, lo hice. Notando que en su perfume estaba mezclada con otro desconocido.

— ¿Como te fue? — Le pregunté, empezando con algo muy normal, de todos los días y que nunca faltaba. Él me tomó de la cintura guiándome hasta el comedor donde las sirvientes ya habían depositado la cena en la mesa.

— Todo bien, preciosa. Fue un trabajo muy complicado pero lo disfruto, es algo que me agrada — Sonrió, asentí imitando su acción pero sin llegar a mostrar mis dientes.

— Bien, ¿comiste algo en la empresa?

— No, no tenía nada de tiempo. Ya sabes, tenía que arreglar algunos papeles de ciertos empleados — Se encogió de hombros, después, depositó un pequeño beso en mis labios.

— ¿Porque me mientes? — Le pregunté con dolor, Yoongi me miró extrañado, sin entender. Cerré mis ojos fuertemente, pensando en aquellas fotografías.

— ¿De que hablas, Sora? — Estuvo a nada de sentarse pero mis palabras lo habían detenido. Me miraba serio, pero a la vez como si supiera de lo que hablaba.

— ¿Quien era la mujer con la que estabas en el restaurante? — Solté sin más, él retrocedió un paso llevando la mano derecha a su cabello negro y lacio. Tal vez se preguntaba como es que yo sabía de ello, podía deducirlo por la forma en cómo negaba su cabeza y retrocedía dos pasos más.

— No es alguien importante. Solo se trataba de mi secretaria, amor — Trato de tomarme la mano pero la alejé, quería soltarme a llorar como una niña pequeña delante de él pero había veces que solía pensar que Yoongi estaba harto de mí por ser una total infantil.

— ¿Que harías si me encuentras con algún empleado? ¿Y lo invito a cenar, lo llevo a su departamento? Pienso, ¿mi esposo lo tomará bien? — Alcé ambas cejas, Min chasqueó la lengua y negó con la cabeza, se desplomó en la silla del comedor para empezar a comer. Me quede pie mirando el living, solté una risita sarcástica y me di vuelta para imitar su acción. Limpie mis lágrimas rápidamente, las sirvientas se colocaron en la puerta del comedor como siempre lo pedía Yoongi.

— La cosas no son como las piensas — Susurro después de varios minutos, alce mi mirada de mi comida, solté el cubierto sin ganas de seguir comiendo.

— ¿Entonces? Te hice varias preguntas que no respondiste, se que te volverías como loco si me encontraras de esa manera. Te conozco Yoongi.

— No hicimos nada malo, solo acepté su comida y me ofrecí a llevarla. Nada del otro mundo — Lo observé tomar la copa de vino y llevarla a sus labios para beber, Min volvió a pasar su cabello hacía atrás, en signo de frustración.

— Ese no es el problema, Yoongi. Simplemente no es algo muy bien visto, quiero decir, las cosas se mal interpreten. Y vuelvo a repetirlo, te molestaría que yo lo hiciera, ¿si o no? — Le reclame, no me importaba si las sirvientas o el demás personal de enteraban de nuestras discusiones. Yoongi lanzó el plato de cristal hacía el suelo de un solo golpe, solté un brinquito en cuanto realizó aquella acción.

— ¡Si, Sora! ¡Me molestaría verte con alguien así! — Me gritó, se levantó de golpe de su lugar y salió del comedor. Deje caer mi espalda en el respaldo de la silla, mi mirada condujo hasta los vidrios que yacían en el suelo.

— Los levantare señorita, no se preocupe — Me indicó una señora en cuanto me había acercado para recogerlos, negué con la cabeza con una pequeña sonrisa.

— No, no te preocupes. Lo haré yo, esto ha sido mi culpa — Tome el recogedor que ella tenía a su lado para empezar a limpiar el desastre que Yoongi había ocasionado.

— Sora, vamos a la habitación. Tenemos que hablar — Su voz ronca se hizo presente por toda la cocina, solté un suspiro y me enderecé,  lo miré, ahora llevaba puestas unas gafas con su cabello un poco húmedo y vestimenta en color negro.

Sin decir alguna palabra más, lo hice. Cuando estuve cerca de él, se dio la vuelta para seguir el camino a nuestra habitación.

— Sora, se que estuvo muy mal lo que hice. Tal vez en ese momento mi mente pensaba que no era con malas intenciones, perdóname. Sabes que lo único que deseo es que te encuentres bien, debo cuidarte y amarte pero de vez en cuando hay este tipo de discusiones. Y es normal, supongo, pero debemos arreglarlo rápidamente — Me atrajo hasta sus brazos, deposite mi cabeza en su pecho escuchando los latidos de su corazón. Yoongi es el amor de mi vida, siempre lo supe, desde que nos conocimos sabía que había cierta conexión entre nosotros.

— Está bien, lo siento, solo que... hace un rato llego a mi teléfono móvil la imágenes donde estabas con esa mujer.

— ¿Que? ¿De que hablas? — Frunció el entre cejo, se veía muy lindo de esa manera. Asentí y señalé el artefacto que descansaba en el buró. Yoongi se acercó y lo tomó, no tenía nada que esconder así que me daba igual si lo tomaba o no.

Estuvo por cinco minutos observando las fotos y creando teorías en su mente de quien podría ser, hasta que me miró con molestia.

— Envíalas a mi celular, se quien hizo esto. Mi madre no entiende que con la persona que quiero estar toda mi vida eres tú, por Dios, tantos años y aún no lo entiende — Negó en desaprobación, realice una mueca con mis labios, ya no era de sorprenderse. Así era esa mujer. Siempre me ha tratado de lo peor y le encantaría que me divorcie de Yoongi, creo que haría una fiesta a lo grande.

No le daría el gusto. Estoy enamorada de Min Yoongi. Y así será siempre.