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Sora no quería dirigirme la palabra en ningún momento, ahora mismo nos encontrábamos en el avión privado para ir a España pero ella se sentó en un asiento muy alejado de mí. Trataba de que no se sintiera de esa manera pero era muy terca, se que le dolía mucho haber perdido a ese bebé pero...¿que se podía hacer? ¡Nada! Solo seguir adelante y esperar unos meses para volver a intentarlo y tal vez ahora todo estará muy bien. Pero sabía que mi esposa era así, la veía muy descuidada y decaída desde que había sucedido lo del bebé.

—Sora, ven aquí—La llame sin siquiera mirarla, en pocos segundos escuché sus pasos para luego tomar asiento a un lado de mí. Sus ojos seguían muy rojos y cada segundo la veía más pálida. La mire con tristeza y solo opté por estrecharla entre mis brazos y darle un beso en sus labios que se encontraban un poco maltratados. Volvió a soltarse a llorar— Vamos, preciosa, tienes que empezar a trabajar en ello. No puedes estar toda tu vida llorando por ese bebé, vendrán más.

—Tú no entiendes Yoongi, me duele demasiado. Parece que a ti no te importo, lo único que hiciste fue trabajar más y más mientras yo me hundía en casa—Me reclamó, solté a Sora y la mire con seriedad. ¿Que tontería acababa de decir? No puedo creerlo, de verdad.

Decidí no seguir discutiendo por qué las cosas se pondrían mucho más mal y era lo que menos deseaba. Ahora se encontraba deprimida por ese bebé, la entendía, ella cree que a mi no me dolió. Por Dios, me tocó verla desangrándose...diez minutos tarde y Sora no estaría aquí conmigo.

—Lo siento, siento mucho comportarme de esta manera pero...me siento muy mal Yoongi, yo quería a ese bebé, de verdad que lo quería—Susurró después algunos segundos, realicé una mueca por ello, su voz se escuchaba destrozada y parecía que tenía mucha dificultad para hablar.

—Amor, también esperaba ese bebé pero no pudimos hacer nada, no fue tu culpa. Mira, te prometo que después de algunos meses, podríamos intentarlo de nuevo y te conseguiré a los mejores ginecólogos que haya para que lleves un embarazo muy bien cuidado. ¿Que dices?—Le dediqué una pequeña sonrisa, ella asintió dejando caer su cabeza en mi pecho. Al poco tiempo, noté que se había quedado dormida. La miré, miré cada detalle de su rostro e imperfección, pero eso no me hacía dejarla de amar. Es más, la amo mucho más cada que suelo mirarla con mucha atención.

Sora es preciosa, aún recuerdo aquella vez en la cafetería, la vi muy indefensa y pequeña bajo la lluvia. Ella ha pasado por tanto, parece ser fácil, pero no es así. Mi madre no la quería en la familia por ser de bajos recursos, me lo decía muchas veces y es por ello que me incomodaba llevarla a casa. Solía presumirla pero las personas son horribles, tan cerradas de mente y demás, la veían con un rostro indiferente. Como si ella hubiera hecho algo malo, al contrario, cuando la vi me di cuenta que la quería conmigo para siempre. Sora no merecía nada malo, haría lo posible para verla feliz.


Después de haber bajado del avión sanos y salvos, la lleve al hotel. Se veía muy cansada, no ha parado de dormir. Y prefiero eso a que solo esté llorando sintiendo su mundo venirse abajo.

—¿Estaré aquí sola?—Me preguntó en susurros, aunque no quisiera hacerlo, debía permanecer en el hotel. Tenía una junta muy importante, es por ello que estamos aquí. Aunque trataré de invitarla a algún restaurante después de esto.

Asentí mirándola sin ninguna expresión en mi rostro, Sora formó una mueca con sus labios maltratados. Me acerqué a ella, se encontraba sentada en la orilla de la cama jugando con los dedos de sus manos y pude notar que deseaba llorar de nuevo. Tomé sus pequeñas, pálidas y delgadas manos entre las mías, deposite un beso en su torso y la miré fijamente. Volvía a repetir esto pero, Sora era muy preciosa aunque no llevara maquillaje, cuando solía hacerlo, hacía resaltar cada bonita facción de su rostro.

—¿Recuerdas la vez que nos conocimos? El día estaba perfecto, justo como me encanta, tú estabas fuera de la cafetería debatiendo entre quedarte por minutos o mojarte por completo. Fuiste inteligente, decidiste esperar aunque la lluvia no cesó hasta el día siguiente. Aún recuerdo verte con un rostro de preocupación sin saber que hacer o como salir de ese lugar, te invite a pasar por el mero hecho de que deseaba conocerte más. Quería saber tu nombre. Me alegre cuando accediste, escuché salir de tu boca tu nombre, te veía sin despegar mi mirada y dije..."Esta chica es preciosa". Te fuiste y, desde entonces, has estado en mis pensamientos. No se que me hiciste Sora, pero lo que si sé es cuanto te amo. Tan solo recuerda mis palabras al casarnos "vendrán días difíciles pero estaré contigo en todo momento, pase lo que pase". Este momento lo es pero saldremos adelante, en pocos meses más podremos acudir con profesionales y veras que un hermoso bebé nacerá. Sea niño o niña, será amado de igual manera. Pero ten presente que tú serás como mi reina, vamos preciosa, quiero verte sonreír porque es lo que me alegra los días.

Si, había soltado lagrimas mientras sostenía su precioso rostro entre mis grandes manos, sus ojos color miel estaban muy rojos causando que se intensificaran. La atraje hacía mi pecho, Sora rodeó sus brazos al rededor de mi cintura y se dejó amar.

—Suelo pensar que soy una carga para ti, todos los días parece que lo único que hago es llorar y sentirme horrible. Tú tienes tanto trabajo y no lo sé... ¿llegó a frustrarte?—Susurró en mi pecho, le devolví el susurro en su oído, respondiendo un "No, cariño". Sora se reincorporó y quedó frente a mí, la altura no era muy diferente, solo le llevaba algunos centímetros de los cuales se notaban un poco.

—No eres una carga amor, estas en unos momentos difíciles que debes superar. Sé que en poco tiempo volverás a ser la misma Sora de antes, la que tanto amo—Me acerqué a sus labios resecos y la besé, algo lento y cuidadoso de no lastimarla. Ella estiró sus músculos formando una preciosa sonrisa, dando a relucir sus dientes perfectos.

Mi esposa pasó sus brazos por mi cuello y enterró su cabeza en el espacio del mío. Depósito un beso en el lugar y se aferró a mí así como yo lo hice con ella. Lo único que necesitaba era amor y comprenderla. Ella estaría bien, supongo.

Louder Than Bombs ✘ Min YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora