VIII

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Mis manos temblaban demasiado sin ser capaz de tomar el teléfono móvil de la mesa de noche que se encontraba a lado de mi cama. Las lágrimas corrían por mi rostro sin cesar, una tras otra y sentí un temor horrible. El fluido rojo seguía saliendo hasta manchar mis piernas y parte del suelo, el dolor que sentía en mi estómago era demasiado fuerte y no me permitía casi moverme. Inhale y exhale varias veces tratando de calmarme pero no podía, como pude empece a arrastrarme por el suelo hasta llegar a mi celular. Lo tomé entre mis manos y tecleé rápidamente para llamar a Yoongi.

—¿Que pasa, Sora? Estoy algo ocupado—Respondió, solté un jadeo de dolor y cerré mis ojos fuertemente.

—Por...favor, ven. Estoy...desangrándome—Balbuceé, colgué la llamada y aproveche a llamar a la ambulancia. No tenía tiempo para esperar a que Yoongi llegara y me llevara al hospital, sería muy tarde.

Lleve mis manos al estómago, tenía mucho miedo de lo que fuera a suceder en algunos minutos. No quería ver el fluido porque me causaba más ansiedad pero sabía que era mucho. No se cuanto tiempo había pasado desde entonces pero sentí que había sido rápido cuando Yoongi abrió la puerta de la habitación de golpe y corrió hacía mí.

—Por Dios, Sora. No cierres los ojos, por favor—Dijo asustado, me sentía débil y aunque quisiera responderle no podía. Los paramédicos colocarán la camilla y mi esposo me colocó en ella. Cerré mis ojos por un momento pensando en mi bebé. ¿Estaría bien?


Me adentré a la camioneta rápidamente para seguir a la ambulancia. Todo mi cuerpo temblaba demasiado y temí por su vida por la de nuestro bebé. ¿Que había pasado? ¿Ella misma sea había provocado aquello? Frene frente al hospital y baje de la camioneta, vi como corrían con ella en la camilla para adentraros a urgencias sin dejarme pasar. Limpie mis pequeñas lágrimas y decidí por llamar a su familia.

Me desplome en la silla apoyando mis codos en las rodillas con mi mirada perdida en el suelo. Lleve mi mano derecha a la corbata y la afloje debido a que sentía que me faltaba el aire en el lugar. Sus padres se hicieron presente en pocos minutos preguntando que pasaba con su hija al igual que mi madre.

—No lo sé, ella me llamó para decirme que fuera a casa porque se estaba desangrando. Estaba en el suelo con un camino de sangre y...—Sollocé, eché mi cabello hacía atrás y empecé a preocuparme cuando el doctor no salía de urgencias.

Me dirigí a la cafetería para ir por un café, mi madre me siguió pero ninguno de los dos hablaba. Veía a demás personas esperando por sus familiares con rostros preocupados, no era el único con ese sentimiento. Hice una mueca y tomé la bebida amarga.

—Todo estará bien, ya lo verás, hijo—Apoyó su mano con una perfecta manicura en rojo en mi hombro en señal de apoyo. Asentí y solté un suspiró.

—No se qué pasó, debí estar con ella en todo momento. También tuve mucha culpa en haberles dado el día libre a las sirvientas si Sora está embarazada—Me culpe. Mi madre negó con la cabeza y me abrazó.

—No cariño, no tienes culpa de nada. Tú no sabías que esto pasaría, son cosas que suceden—Susurro. La mire y ella me sonrió sin mostrar sus dientes, recibí su abrazo porque en verdad lo necesitaba.

Tiempo después, el doctor salió de la habitación. Camine rápidamente y pregunte lo que había pasado con mi esposa.

—Lo siento señor Min, ella tuvo un aborto espontáneo debido a que el óvulo fecundado tenía un número anormal de cromosomas. Tendrá que consumir algunas pastillas para que todo este bien y nada de relaciones sexuales por dos semanas, es preferible que la opción de quedar embarazada no esté por un buen tiempo—Explicó, me di la vuelta llevando mis manos a mi rostro en señal de frustración y preocupación. Mi esposa había perdido al bebé que tanto esperábamos. Ella estaba tan feliz por ello al igual que yo, era un sentimiento horrible.

Cada día imaginaba verla con su estómago crecido, tan linda. Mi madre se acercó a mí y me abrazo, sollocé en su hombro sintiendo un dolor horrible en mi pecho.

—Tranquilo, todo estará bien. Ahora debes estar al pendiente de ella en todo momento, llénala de mucho y amor, cuídala—Mi progenitora acaricio mi espalda, asentí como pude y me reincorpore. El doctor dio aviso que podía entrar a verla.

Con los nervios invadiéndome, lo hice. Entre a verla, se encontraba mirando el techo con su mirada perdida como si no estuviera aquí. Me acerqué a la camilla y tomé su mano entre las mías.

—Amor—La llamé pero ella no me respondió ni mucho menos me volteo a ver. Hice una mueca y acaricié su mano derecha. De un momento uno a otro, empezó a llorar.

Me acerqué a un más y la abracé, no dijo nada ni mucho menos me miró, solo permitió que yo la envolviera entre mis brazos.

Louder Than Bombs ✘ Min YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora