La princesa del infierno, habitualmente calmada y optimista, casi angelical, era ahora una visión infernal en toda la extensión de la palabra. Su cabello flotaba alrededor de su cuerpo, como si estuviese suspendida en algún tipo de liquido. Sus ojos rojos con las pupilas amarillas, brillaban y despedían calor. Su cuerpo seguía esbelto, y perfecto, pero sus manos eran ahora un par de zarpas afiladas, que se hundían en las muñecas del demonio de la radio.
- Alastor... - La voz de la princesa del infierno era dulce, profunda y embriagadora.
El demonio de la radio, analizaba los posibles desenlaces a la situación actual. Considerando todos los proyectos y pendientes por hacer, en beneficio propio y de su villa al sur del pentagrama.
En cualquier otra situación en la que se hubiese visto sometido de esa forma, el atacante podía considerarse muerto. Pero había subestimado los dotes de la hija de una mujer demonio, de naturaleza come hombres, igual que las leyendas sobre Lilith.
Las historias en el mundo humano, hablaban de mujeres hermosas que seducían a los hombres para robarles su aliento de vida, y dejarlos convertidos en ancianos sin una gota de fuerza, abandonados a su suerte. Las describían como altas, esbeltas, con cabello tan rubio que parecía llegar al blanco. A menudo se escuchaban chillidos agudos en el bosque, parecidos al tinar de un pájaro. Los habitantes de los pueblos se cubrían los oídos para no escuchar el lamento de las Banshees, como les llamaban.
Pero en su actual estatus de demonio, Alastor esperaba tener un poco mas de resistencia ante los encantos de un demonio de ese tipo. Considerando que jamás lo había llamado la naturaleza con fines de tipo sexual, ya fuera reproductivo o recreativo.
La princesa le soltó las muñecas y clavó las uñas en sus hombros, rasgando su levita, hasta su pantalón. Los profundos cortes sangraron poco, y aumentaron el gesto amenazador en el rostro de Alastor. Pero el gesto se suavizó y crispó un poco cuando sintió la lengua tibia y suave de Charlotte en sus heridas.
- Ahh... - Charlotte se pasó la lengua por los labios, rebosantes de su sangre roja y brillante. – Ahora entiendo tu fascinación por esto. – En su delicada boca, sus colmillos afilados se asomaron, adercándose a la piel de su vientre.
Alastor la detuvo de los hombros y Charlotte levantó la vista.
- Querida Charlie... - La voz cargada de estática la hizo sentir intimidada.
- Talvez creas que esto es excitante para mí. – El demonio de la radio se limpió la comisura de los labios y ayudó a Charlotte a ponerse de pie. – Pero quiero que sepas que, lejos de estarte vengando. Estas haciendo algo vulgar y sin significado.
Charlie en seguida entendió el mensaje y trató de irse. Pero Alastor la detuvo y la abrazó de espaldas, pegando su cuerpo contra la espalda suave y estrecha de la princesa.
- Deberías ser mas inteligente, querida. ¿Ya escuchaste la opinión de todos esos parásitos? ¿Te sientes defraudada? ¿Crees que haciendo esto vas a vengarte? – Charlie apretó los labios y sintió el llanto subir a su cara.
Pero las garras afiladas de Alastor se clavaron en sus mejillas.
-Tampoco deberías hacer eso. No tienes por que. – Charlie se quedó en blanco. Algo en las palabras del demonio de la radio le estaba calando profundo.
La soltó y la ayudó a ponerse de pie con la espalda muy recta.
- Así es como debes estar siempre, princesa Charlotte. No debes agachar la cabeza nunca. Recuerda quien eres y el legado de tu familia. – Charlie ya no pensaba en nada. Quería escuchar mas.
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Paradise
FanfictionHola a todos. Esa imagen que ven en la portada, me dio la idea para empezar esta historia. Traida a nosotros por la excepcional artista Allison https://twitter.com/astrallyyyy/status/1236069283026939905/photo/1 Los personajes de los que se ha habla...