11. Musica de Fondo

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- Bienvenido al palco VIP, caballero. –

El hombrecillo encargado de ceder el paso a los asistentes lucía cansado y abrumado. Sobre su cabeza un par de cuernos largos de color blanco y negro intercalado, daban el toque final a su estilo. Se podría decir que era guapo, dentro de los estándares de belleza de los IMP's, pero en este lugar, los demonios tenían una apariencia tan sofisticada, que lo hacían ver feo y desaliñado.

- ¡Maldita sea! Moxxie dijo que sería un trabajo fácil. Estoy exhausto. – Una de las charolas de bebidas preparadas para el palco, pasó muy cerca de él. Tomó una copa de Martini y lo apuró, lanzando la evidencia por un costado de la plataforma. En realidad, no había hecho mas que permanecer en ese punto, y decir palabras amables de bienvenida a los Overlords y miembros de la realeza infernal, la mayoría jóvenes, que asistían al evento. No era un trabajo especialmente agotador, pero el Imp en cuestión, no era el más trabajador de todos.

- Loona no debe tardar en llegar. Espero que traiga mi merienda. – Se recargó en el barandal y buscó con la mirada la copa de cristal que acababa de lanzar. Pero no estaba ahí.

- Disculpe, mozuelo. – El Imp no conocía esa voz melosa con acento británico. 

En todo el día, nadie se había dirigido a él, y esto no era una buena señal.

- ¿Es de usted esta copa? – El demonio guardaba la apariencia de una especie de lechuza elegante, con el cuerpo ligeramente perfumado. El imp asintió tímidamente.

"Y hasta aquí termina otro trabajo a tiempo parcial" pensó. Nunca había durado más de un día trabajando para alguien, por eso fundó su propio corporativo, el cual estaba en bancarrota desde el primer día.

Mientras divagaba, el demonio lechuza se inclinó frente a él y pasó una mano por su cabeza, acariciando uno de sus cuernos.

- ¿Cómo te llamas, pequeño? – Su voz era cada vez más dulce.

- Blitzo, señor. La o es muda. – Había pronunciado cientos de veces esa frase en su vida, y en todas, el interlocutor soltaba una risita. Pero el elegante demonio sonrió y ladeó su cabeza.

- Blitsy... Es una suerte que la copa cayera en mi cabeza, así no se rompió y puedo pedir que la rellenen para ti. – Las manos finas del demonio le extendieron la copa, dejándola en sus manos. Hecho esto, se irguió y acarició su mentón con suavidad.

- Ese color de tu piel, es fascinante. - Blitzo no pudo mas que sonrojarse y observarlo mientras le daba la espalda y entraba al palco.

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- Stolas... creí que no te vería por aquí. ¿No habías dicho que estos eventos eran para jóvenes? – El demonio lechuza tomó asiento junto al enorme demonio con forma de reptil.

- Sabes mejor que nadie que la música actual es... una decepción. – Hizo una seña al mesero y le dio un par de indicaciones en voz baja.

- En seguida su excelencia. – La sonrisa traviesa en la cara de Stolas, hizo que la conversación con el otro demonio, pasara a segundo plano. El palco tenía suficiente espacio para mesitas, el bar, y la terraza desde la que se podría ver el concierto a solo unos metros del escenario.

Aún no estaba lleno, así que se podía distinguir a los presentes.

- ¿Cuánto tiempo tiene Lucifer ahí sentado? – Ambos voltearon un par de segundos y se miraron.

-Me parece que Lilith va a presentarse más tarde. Pero está agendada hasta dentro de un par de horas. - Stolas asintió.

- Definitivamente, el esposo que todas las mujeres querrían... - El demonio reptil levantó una ceja y cruzó los brazos.

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