La voz de Maxi me despertó. Me levanté de golpe y miré por toda la habitación pero Peter se había ido.
—Esto te va a interesar. Te dije que te mentía —me dio un sobre —El detective me dijo que lleva acá seis meses, ahí tenés el contrato del alquiler del departamento y además, vino varias veces a lo largo de estos años. Pero que raro que estando acá en vacaciones nunca vino a verte ¿no?
Tenía delante copias de los pasajes, había venido todos los años desde que se fue y se quedaba un mes.
—Y me parece que tiene novia.
Había unas fotos con una chica.
—¿De cuando son estas fotos?
—De estos días, ese es el edificio donde vive Peter.
—Vamos, quiero verlo con mis propios ojos.
Me cambié y Maxi me estaba esperando en la puerta con mi coche en marcha. Quería creer que para todo había una explicación. No podía ser verdad todo aquello.
Llegamos a la puerta del edificio y lo llamé.
—Hola.
—Que lindo escuchar tu voz tan pronto.
—Es que ya te extraño y te fuiste sin despedirte.
—¿Nos vemos otra vez?
—Esperaba que dijeras eso, ya sé donde es tu departamento así que pienso ir ahora para ahí y besarte.
—¿Qué? ¿Ahora?
—En diez minutos estoy ahí.
—Está bien, voy a arreglar esto que es un desastre — colgó.
Nos quedamos esperando y a los pocos minutos la chica de la foto salió del edificio y Peter detrás de ella. Ella parecía molesta y él la acompañó hasta el coche.
Me bajé y me vio desde el otro lado. Suspiró y comenzó a caminar hacia mí.
Me subí al coche enseguida y le pedí Maxi que arranque.
Peter gritaba mi nombre pero había visto suficiente.
—Hice el amor con él. No sé por qué me hizo esto… Soy una idiota.
—No sos idiota Lali, sos buena mina y lo querés… Era una cuenta pendiente que tenias. No sé en qué se convirtió Peter, no sé a qué vino todo esto que hizo… Seguramente tenga alguna explicación.
—¿Lo estás defendiendo?
—Yo también me equivoqué.
—Me mintió diciendo que vino a verme ni bien llegó, me mintió cuando dijo que nunca volvió a casa… me dijo que me quería, que quería estar conmigo… Que le daba igual que me case con vos porque sabía que lo quería a él… Quería ser mi amante porque para él yo era la suya. No quiero saber nada de él nunca más en mi vida.
Empecé llorar. Lloraba sin parar y me faltaba el aire.
Maxi frenó el coche y me abrazó.
—Menos mal que mañana nos vamos a Aruba…
—Tranquila, vas a estar bien.
—Perdón Maxi… Yo estaba ciega con Peter y al final… Vos tenias razón…
—No pasa nada y tranquila ni yo me creo que tuviera razón.
Sinceramente no esperaba encontrar nada malo de él.
Peter me estaba llamando y mandándome mensajes.
Le di mi teléfono a Maxi, le pedí que lo bloqueará y borrará todo. Llegamos a casa y me metí ecama seguir llorando. Le pedí que me dejara sola y cuando estaba por irse escuchamos un coche llegar a toda velocidad.
—Es Peter —me dijo mirando por la ventana.
—Que se vaya…
Maxi bajó y empecé a escuchar gritos. Miré por la ventana y estaban discutiendo. Los de seguridad lo agarraron. Miró hacia mi ventana.
—TE AMO, NO ES LO QUE PENSÁS.
Salí fuera y pedí que lo soltaran.
—¿Es verdad que hace seis meses estás acá?
—Si.
—¿Es verdad que viniste todos los años?
—Si.
—¿Esa chica que salía de tu apartamento es tu novia?
—No Lali de verdad que no.
—Pero tuviste algo con ella.
—Antes de volver a verte.
—No te creo y no quiero verte nunca más.
—Hablemos solos, te amo… Hace un rato nos dijimos cosas hermosas.
—Antes de descubrir que me mentiste en la cara.
—No, La…
—¡Jodiste todo! —le di una cachetada y empecé a llorar.
Maxi me agarró y me llevó dentro mientras Peter me suplicaba que lo escuche y lloraba.
***
Tenía todo listo para irme. Le di la última maleta al chófer y fui a despedirme de Rosita.
—Cariño… Peter me pidió…
—No quiero saber nada. Me mintió.
—Escucha —me agarró por los hombros— Peter me dijo que te dijera que no dudes de todo lo que te prometió.
—Estoy cansada de escuchar eso… Desde que llegó no hizo más que mentir Rosita, lo siento pero no voy a insistir. Me voy a casar con Maxi, voy a hacer mi vida fácil y voy a olvidarme de él.
Megan se acercó a mi y me dio un abrazo.
—No dudes de… — susurró pero mi padre interrumpió.
—¿Qué? —pregunté.
—Vamos Megan, se tienen que ir —papá me abrazó.
Me subí al coche y pusimos rumbo al aeropuerto. Dormí todo el viaje.
Cuando llegamos a la casa me metí en la habitación, cerré con llave y volví a dormir.
Me desperté por los golpes en la puerta que daba Maxi.
—¿Qué? —me apoyé en la puerta y me senté en el suelo.
—Abre…
—No quiero hablar.
—Sé que estás triste y lo siento muchísimo. Voy a hacer todo lo que pueda para que estés algo más contenta…
—Solo quiero estar en la cama y llorar.
—Está bien que sueltes todo lo que tienes dentro. Te dejo una bandeja de comida fuera, si querés algo hay una cocinera. Esta vez no tengo que cocinar yo —rió — Buenas noches La.
—Buenas noches Maxi.
Esperé a qué se fuera y abrí la puerta. La habitación tenía una terraza con una mesa. Me senté ahí y comí mirando el mar. Lupe me había llamado un par de veces, así que le hice una videollamada.
—No puedo creer todo lo que me pusiste en ese mensaje ¿Cómo me contás eso y desapareces así?
—Estoy muy mal Lupe… primero me sentí en una nube, estaba feliz… Estaba ilusionada y al momento se hundió todo mi mundo.
—Yo no conozco mucho a Peter y sé que cuando se fue siempre te dije que lo olvides pero me parece raro todo esto. Ya es raro desde el segundo que te cuenta que se tuvo que ir por tu familia… A lo mejor deberías escucharlo.
—La verdad es que no quiero, prefiero no saber. Me duele demasiado como para escuchar sus excusas…
Hace unos años…
Estábamos lejos de casa e íbamos andando en bicicleta bajo una lluvia terrible. Llegamos al bosque y nos refugiamos debajo de un gran árbol. Peter sacó de su cesta una torta pequeña y me sonrío.
—Felices trece —encendió una vela— Que los cumplas feliz, que los cumplas feliz, que los cumplas Lalita, que los cumplas feliz.
Pedí un deseo y sople.
—Menos mal que trajiste algo para comer —reí y le saqué la torta de las manos.
—Tengo platos y bebida.
—Y yo que me reía porque tenias una cestita en la bici.
—Es que pienso en todo.
Comimos la torta, hablamos, reímos… Peter puso en su teléfono Let It Be y nos quedamos en silencio mirándonos a los ojos.
—Me gustas mucho La.
—Vos también me gustas mucho —sonreí tímida.
—¿Puedo darte un beso?
—Si… claro.
Nos acercamos despacio, sin dejar de mirarnos a los ojos. Sentía un cosquilleo en la panza y me sudaban las manos. Nuestros labios se rozaron y de repente nos estábamos besando. Algo torpes y tímidos pero ese beso era todo lo maravilloso que había imaginado.
Cuando nos alejemos reímos. Peter se rasco la cabeza y yo aparte la mirada avergonzada.
—Fue mi primer beso —me confesó.
—El mío también —sonreí.
—Lali… sé que somos chicos pero ojalá estemos toda la vida juntos.
—¿De verdad?
—Me encantaría.
—¿Me besas otra vez?
Peter sacó una navaja de su bolsillo y se giró hacia el árbol que teníamos detrás, talló un corazón y dentro puso L+P Siempre.
Después de aquel día nos pasamos una semana encerrados en nuestras casas por un catarro pero había valido la pena.***
Componer canciones era algo que me hacía salir de la tristeza. Aunque estuviera muy mal siempre tenía ganas de escribir. Tenía sentimientos encontrados por un lado mi cuerpo recordaba la piel de Peter y temblaba pero por otro mi cabeza sentía dolor al recordar su sonrisa. Lo quería odiar pero lo amaba y me sentía tan decepcionada que me odiaba a mi misma.
—Ojalá esto fuera una pesadilla… Mami… te necesito tanto —abracé la almohada —Ojalá estuvieras acá, seguro sabrías que decirme, que hacer… No aguanto tanto dolor. Siento como si mi corazón se hubiera roto en mil pedazos.
Me quedé mirando la luna desde la cama y me dormí llorando. Deseaba que todo aquello fuera una pesadilla pero sabía que no tendría esa suerte. Mi vida era horrible y quería desaparecer.
A la mañana siguiente el sol me despertó dándome de pleno en toda la cara.
Me levanté para darme una ducha y había una notado abajo en la puerta.
“Pedí el desayuno especialmente para vos. Nada mejor que chocolate frío y medialunas con dulce de leche para alegar un poco el corazón. Te quiero. Maxi”
Abrí la puerta, recogí la bandeja y salí a la terraza. Maxi estaba en la playa haciendo ejercicio y mientras lo miraba pensaba en lo fácil que habría sido que las cosas entre nosotros hubieran ido bien. Enamorarnos de verdad y aceptar nuestro destino. Sabía que no iba a poder amarlo como a Peter pero al menos tenía que intentar quererlo como el año pasado, para no ser una infeliz el resto de mis días.
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El presente y nada más ||Laliter||
Fanfiction||Laliter|| El amor puede con todo ¿o no?