Capítulo 17

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Estaba en la sala, con el libro de economía delante de la cara pero mirando por la ventana. Me resultaba difícil concentrarme con todas las cosas que tenía en la cabeza.
Ya hacía tres meses que Peter estaba en Europa y casi no hablaba con él, era lo mejor para dejarle vivir. Lo estaba pasando bien o al menos eso se veía en las fotos que subía a Instagram.
Euge era una más de nosotros, se había vuelto una gran amiga, pasaba mucho tiempo con Maxi y conmigo. Entre ellos había química, aunque lo negaban, se notaba que les gustaba estar juntos y yo estaba segura de que algo había pasado estos meses, aunque Maxi no sacaba de su cabeza a Pablo, quien a pesar de que yo hablé con él para que entienda que todo lo que hizo fue por amor, no quiso saber nada y prefiero alejarse. Igualmente, lo comprendía.
Mientras tanto yo había dado varios conciertos, vuelto a la vida pública y seguía mostrándome felizmente casada con Maxi. Estudiaba a distancia e iba a los exámenes, pero no era mi prioridad.

—Ya está todo preparado para España, el avión sale a la noche.
—Gracias.
—¿Viene Luca?
—Eso espero —lo miré y sonreí.

Llevaba un mes viéndome con Luca, no era nada serio, Peter no se iba de mi cabeza, pero lo pasaba bien y me distraía. Él había viajado con nosotros un par de veces y como nos movíamos siempre en grupo, se lo veía como un amigo más así que podíamos estar juntos. Nunca íbamos a ningún hotel. Sino teníamos una casa de la familia en el país al que iba a dar show, se alquilaba una para poder tener privacidad y así, evitar a la prensa.

—¿Viste el Instagram de Peter? —Euge me puso su teléfono delante de la cara— Esta mina es la que te dije que le había gustado un poco.

Peter salía abrazado a ella con la Sagrada Familia de Barcelona de fondo.

—Se llama María y resulta que es modelo de tu empresa en España.
—Ah mirá vos.
—¿No vas a decir nada más?
—No me importa, yo le pedí que haga su vida.
—¡Lali! —me agarró de los hombros y me sacudió —¡Despertá porque te lo van a quitar!
—No es un bolso que me pueden robar, si él decidió estar con ella, que sea feliz.
—Sólo esta con ella porque vos estás con Luca, la verdad es que son dos estúpidos.
—Peter no tiene ni idea de que estoy con Luca.
—Lo sabe, ve que va para todos lados atrás tuyo. Es obvio que lo sabe, además me lo preguntó...—confesó y soltó una risita —¡Perdón pero yo no le puedo mentir a ese lunar!
—¡Sos una traidora! —contesté ofendida.
—Es culpa tuya, por gritar como una desquiciada cuando sabés que estoy en la habitación de al lado —se cruzó de brazos.
—¡Eugenia! —me tapé la cara porque sentía que me estaba poniendo roja.
—Yo entiendo que tengas buen sexo con ese pedazo de hombre pero Peter es tu amor.
—Euge, ya está hablado esto. No puedo obligarlo a ser mi amante, no puedo hacer que tenga que ocultarse para poder estar conmigo...
—¿Pero Luca si puede ser tu amante?
—No lo quiero, lo pasábamos bien a veces y punto. Él hace su vida y yo puedo hacer la mía. A la mínima que le moleste algo, se acabó y ya está. Con Peter tendríamos mil problemas porque hay amor... Y no quiero tener problemas con él, sé que ni lo entendés pero prefiero no tener nada antes que estar juntos y mal por estar en clandestinidad.
—¿Y cuando Bedoya esté preso?
—Si eso llega a pasar, estaré con Peter, si aún quiere estar conmigo. Pero ya viste como Bedoya se salió con la suya...
—Por ahora, no te olvides que lo seguimos investigando para intentar demostrar todas sus mentiras.
—Cuando esté en la cárcel o muerto, recién ahí, me avisás y corro a buscar a Peter, mientras tanto, sigo mi vida infeliz.
—Te mataría —suspiró fuerte.
—¿Y vos cuando me vas a confesar que te acostás con mi marido?
—Jamás porque eso no pasa.
—¿No era que no podías mentir? —levanté una ceja e intenté aguantar la risa.
—Vos no tenés el lunar de Peter, te puedo mentir descaradamente —nos reímos.

***

Después de el show en Barcelona y el de Madrid, tenía dos libres más antes de tener que volver a casa, así que aprovechamos para ir a Sevilla, el lugar que más amaba Luca y al que insistía con llevarnos hace semanas.
Caminaba por la plaza de España con él al lado, que me iba contando los detalles de cada esquina. Maxi, Euge, Marcos y Lupe iban detrás, discutiendo sobre si era mejor el cocido andaluz o el bacalao con tomate.
Una brisa de aire fuerte hizo que se vuele mi pañuelo verde y fue directo a los pies de una chica, el chico que estaba con ella se agachó para agarrarlo y yo me acerqué corriendo a ellos.

El presente y nada más ||Laliter||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora