Capítulo 23

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DESDE EL PUNTO DE VISTA DE PETER.

Lali la estaba rompiendo en la gira. Las ventas de sus discos habían subido como la espuma, tenía muchas propuestas musicales y hasta para actuar en películas.
A veces era difícil cuadrar horarios para charlar, porque sino estaba ensayando, estaba en pleno concierto, o preparándose, o descansando para el siguiente día pero siempre nos dejábamos audios para darnos las buenas noches y contar algo del día.
Las ventas de ESME iban cada vez mejor, Maxi estaba haciendo un gran trabajo y se notaba mucho en los números a final de mes.

Llegué a casa, descargue el arma y la dejé encima de la mesa. Después encendí la cafetera y puse la tele para ver las noticias.

—¿Ya se lo contaste? —Preguntó Maxi, que había aparecido de la nada.
—Parece que seguís viviendo acá —. Suspiré y reí, ya estaba acostumbrado a que estuviera haciéndome compañía —. No se lo conté, quiero hacerlo por llamada, mínimo, no por mensaje.
—Hace un mes que dejaste la empresa y es mejor que se entere por vos del motivo.

Lali no tenía ni idea de que había vuelto a la policía y no sabía como iba a decírselo pero había extrañado mucho el trabajo de investigación y quería seguir por ese camino.

—Espero que no se enoje mucho y lo entienda.
—Creo que le va a molestar más tu nueva compañera de laburo —Se rió —¿Como se llamaba?
—Belén —Contesté —Pero Lali no tiene de qué preocuparse, no me interesa Belén ni ninguna otra.
—Pero a ella si le interesas.
—Estas igual que Eugenia, no para de decir lo mismo y la mina no me tiró ninguna señal.
—¿Cuando vuelve de la misión con Vico?
—En unos días ya debería de estar cerrado el caso —Le contesté y le serví una taza de café para después servirme una a mi.
—Por cierto, me llegó la confirmación del pedido de catering.
—Ya está casi todo arreglado.
—Creo que nadie en la historia de las bodas, ha planeado una en tan poco tiempo.
—¡Lo que hace el amor! —Exclamé y le di una palmadita en el hombro. —Y la ayuda de grandes amigos.

Maxi se fue a la habitación de invitados y yo me quedé en la sala rellenando informes y esperando el llamado de Lali.
Tocaron el timbre, era tarde, así que agarré el arma y miré por la cámara, pero era Belén.

—¿Que te pasó? —Estaba temblando y se largó a llorar cuando se lanzó a mis brazos.
—Perdón que vine así... Pero vos sos lo más parecido a un amigo que tengo acá.

Belén había sido trasladada hacia poco tiempo y con todo el laburo que teníamos encima era difícil que se pueda relacionar con mucha gente. La hice pasar y le ofrecí una taza de té.

—Me dejó por teléfono ¿Entendés? Después de ocho años de relación me dejó un mensaje de voz diciéndome que se acabó... —Me contó triste y le dio un sorbo al té.
—¿Te dijo el motivo?
—Dice que como estoy lejos y él tiene necesidades que yo no puedo complacer a la distancia, no puede seguir conmigo ¿Te das cuenta de que estuve ocho años de mi vida con semejante boludo egoísta y me vengo a enterar ahora?
—Es un pelotudo, está claro que ya no te quería y es una excusa. Pero mejor así, no te merece. Vos sos muy buena mina y vas a encontrar a otro rápido, en la comisaría más de uno te tiene fichada —Le conté y reí para intentar sacarle una sonrisa.
—Lástima que el único decente seas vos —Contestó mirándome a los ojos y agachó la mirada —Perdón si te hice sentir incómodo.
—No pasa nada ¡Ya sé que soy un buen partido! —Intenté disimular pero al final Euge y Maxi tenían razón y yo empezaba a ponerme nervioso.
—Lali tiene mucha suerte de tenerte, la verdad que todo lo que hiciste por ella estos años es muy lindo.
—Por amor se hacen locuras.
—¿No te sentís un poco solo?
—Un poco... Pero lo voy llevando.
—Debe se difícil estar viendo imágenes de tu novia rodeada de músicos que se la deben querer levantar cada dos por tres.

El presente y nada más ||Laliter||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora