Ayuda

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-No me interpretes mal pero eres pésima curando-rió Will.

-Me importa poco, quiero aprender-le contestó Senia levantando y bajando los hombros.

-Bien, te lo repetiré de nuevo : -dijo levantando unos frascos- Estos violetas son...

Un portazo se escuchó en la enfermería.

-Will, necesitamos tu ayuda- lo interrumpió un chico morochos de ojos verde mar, alto y fornido.

Rápidamente Will dejó los frascos, por ende su labor como maestro de la chica y corrió junto con Percy a la sala de entrenamiento. 

Senia lo siguió, ardía de curiosidad.

Nadie decía nada cuando entraron los tres. Todos rodeaban a una cosa.

-¿Qué sucede?-preguntó apartando a las personas para que lo dejaran pasar.

-Es Rachel, no despierta desde que recitó una profecía.-responidó una hija de Démeter.

-Debería haber salido de su trance hace cinco minutos pero sigue tirada.-agregó un hijo de Hermes.

Will se arrodilló junto a la chica, tomó su pulso y sus respiraciones. Mientras Senia trataba de memorizar cada cosa que Will hacía.

Todo normal.

-Chicos, Rachel sólo se desmayó, hay que llevarla a la enfermería.-les comunicó al levantarse del suelo.

Unos chicos ayudaron a levantarla y Senia continuó acompañándolos.

-Pareces plasticola.-comentó Will cuando los dejaron solos. Ya le había tomado cariño a esa chica.

-Eres quien me salvó, te estoy agradecida.

-¿Y por eso me acompañas a todos lados, como una sombra?-preguntó cuando revisaba a Rachel.

Senia jugaba con los frascos violetas.

-Sip.

Él rió y le puso una manta al oráculo del campamento.

A continuación se sentó en una camilla y ella en frente de él. Lo observaba divertida.

-Estás cansado.-dijo después de un rato de observación-Ve a dormir, yo te reemplazo por un rato.

Will hizo una mueca.

-Ni siquiera eres hija de Apolo.

-¿Y? ¿Qué importa?-rió.

Ambos tomaron unas bebidas frutales y descansaron. Senia todavía no organizaba sus ideas, el simple hecho que su padre natural era un dios lo consideraba descabellado. Pero ahí estaba, en un campamento para semi-dioses, como se llamaban; en una enfermería junto a otro semi-dios hijo de Apolo y una oráculo de cabellos rojos alborotados.

Todo normal.

Su madre le dijo que entendería todo con el tiempo. A ella le había costado también entender que se había enamorado de dios y tenido una hija con él. 

Senia realmente la extrañaba, cuando Quirón le dijo que no la podría ver por todo un año por órdenes del Olimpo ella enfureció tanto que no habló por un día y se limitó a llorar en un bosque que apenas conocía.

Sí, todo normal.

La caracola sonó, ella debía sentarse con la cabaña de Hermes. Sinceramente preferiría estar con Will, ya que era el único que conocía, mas los directores del campamento y los líderes de la cabaña de Hermes. Nadie le había prestado atención, porque era sólo una campista más. 

Aunque no estaba mal pasar un buen rato con los Stoll, eran muy divertidos y hacían chistosas bromas. Internamente ella quería hacerse su amiga porque no quería sufrir una de sus bromas.

Comió pensando en las palabras de Will: nunca sería buena curando por lo que se descartaba ser hija de Apolo, además no se parecía a ellos. 

Necesitaba que la reconocieran, así encontrar su lugar en ese extraño campamento.

Terminó de comer y observó a su alrededor. Muchos campistas sonreían pero o eran falsos o eran verdaderos o por cortesía, ella sabía distinguir las expresiones.

Menos las pocas expresiones de un campista, hace un día lo había visto y ardía de desesperación en conocer sus misterios. En verdad ese chico vestido todo de negro le atraía, pero sólo por su comportamiento. 

"Deberá ser lindo cuando sonríe, si lo hace."Pensó.

Se levantó de la mesa y pasó al lado de él yendo a la enfermería, Will ya había comido.

Senia miró de reojo al chico y sintió algo en su ser, pero no sabía qué era. 

"Me estoy volviendo loca."Concluyó.

Unos extraños sentimientos (Nico di Angelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora