Si Kira tuviera que describir a Josuke, simplemente diría que es ruidoso, lindo, infantil y a ratos muy tiernos. No lleva más de una semana de estarle hablando, pero de alguna manera, se sentía bien estarle hablando. Que le dijera hola cada vez que se encontrarán, era un bonito sentimiento, aparte de, poder tocar sus manos, sin estar necesariamente escondido para hacerlo; era un bonito sentimiento, el que experimentaba cuando estaba con Josuke.
Y lo detestaba.
No quería, de verdad, estar sintiendo algo de afecto por un niño de 16, pues aquello podría ser una complicación a futuro si es que, por alguna razón, descubriera sus asesinatos, o peor aún, que alguien los viera y le tacharan de posible pedófilo. Más no lo podía evitar; la sonrisa del chico era realmente bella, al grado de que no podía no sentir que debía protegerla a toda costa, sumando su amabilidad con él, las veces que le hacía plática de camino a su preparatoria, sus suaves besos en sus mejillas eran todo lo que necesitaba para mantenerse tranquilo un buen rato antes de que una ansiedad lo atacará.
Había que algo que le impedía dañar a este chico, y eso mismo, provocaba que buscará su bienestar a toda costa, protegerlo. Era raro- no podían ser sólo sus manos quienes hicieran el efecto de hacerle aquello. Sobretodo, viendo que se acostumbraba al contacto de las mismas, y ya no debería ser un boom, aunque viendo lo cortas que se quedaban las manos de las demás mujeres con las de él, normal que las prefiriera y les diera un trato digno de la realeza.
— Kira, ¿Estás bien?.
Una voz ya conocida le saco de sus pensamientos, y le miro, encontrando una sonrisa nerviosa, un brillo de preocupación en sus bellos luceros, como si sintiera que algo estuviera mal con él, pero aquello no le alarmaba lo suficiente como para dejarle.
Estaban en el parque, disfrutando tranquilamente de la vista que ofrecía un tranquilo lago llenos de cisnes, mientras comían helados. Mientras su contrario disfrutaba uno de mora, el simplemente escogió uno de vainilla, algo simple, como él.
— Estoy ... Bien. Sólo estoy, feliz. — Contesto, sin pensarlo mucho, obteniendo simplemente que el otro se recargará en su hombro con bastante confianza, sonriente, aún tratando de acabarse su helado con rapidez. Kira no vió porque no apurar el paso con el suyo, tardó sólo un poco más que Josuke en terminar el suyo.
No tuvo la voluntad de moverse, de hecho, disfruto la compañía del otro de aquella manera tan cercana. Acariciaba su mano con delicadeza, apreciando sus matices, recibiendo alguna que otra risa de Josuke por los contactos, que al ser tan inusuales en él, simplemente le sacaron unas risas, pues le causaban cosquillas.
Era una reacción linda a los ojos del rubio de ojos amatistas, quién simplemente, siendo discreto, disfruto sus reacciones; las manos pueden ser maravillosas en estos casos. Era curioso estar viendo más al dueño que a las manos en si, más que importaba.
Por unos breves momentos, Kira podía disfrutar un rato calmado y sin ansiedad, estando con este individuo, quién parecía sacar un lado más amable de lo que le gustaba en general. Aunque no hubiera queja alguna al respecto, ciertamente, le era preocupante pensar que el pobre se vería involucrado en su maraña de mentiras, bombas, y asesinatos sin aviso. Pensar que algo podría pasarle estando con él, al principio no lo carcomía, pero ahora que le está conociendo, fue imposible no preocuparse aunque fuera un poco por el tema, pues aunque le costará creerlo, realmente él le estaba importando.
Una canción conocida sonó no muy lejos de ellos, y sonrió con levedad al escucharla, recordando cómo decidió nombrar a su stand. “Killer Queen”, así se llamaba la canción que sonaba, misma de la que tomó su nombre para poder llamar a su stand. Escuchando la nota, noto como su acompañante parecía estarla siguiendo, moviendo su cabeza levemente al ritmo.
Aquello casi lo agarraba de un ataque de ternura, y no pudo evitar sonreír un poquito más al verlo, terminando por desviar la mirada, simplemente, acariciando su mano, y poniendo la que tenía libre alrededor de la cintura del otro.
Le ganaba de altura sólo por unos 3 cm, pero eso no le hacía exactamente quién llevará las riendas en su, creciente amistad, de hecho, él siendo más maduro y experimentado, podía considerarse a si mismo quién llevará el control de la mayoría de las situaciones en las que se veían.
Josuke aún era un niño, un tanto crecido, pero seguía siendo eso, un niño de 16 que hacía amistad con un asesino; se hubiera alejado de él cuando pudo, pues ahora, simplemente no puede quitarlo de su pacífica vida, al ya esté formar parte de la misma sin quererlo.
Aún escuchando la canción, sabiendo la letra, simplemente había una parte que le jugaba una mala jugada cada que la escuchaba. “Guaranteed to blow your mind, anytime”. No le daba miedo explotar las cabezas de a quienes se le cruzaran, pero le estaba dando pavor pensar, que si llegaba esto a un punto en el que deba terminar al grado de que se vea en la obligación de eliminarlo, teme no poder hacerlo.
No le gustaba pensar a futuro, eso le daba bastante ansiedad, pero a veces no lo evitaba al escuchar aquella línea. Pensar que debería volar la cabeza de alguien tan hermoso si es que su secreto salía a la luz, no le hacía nada de bien a su salud mental, inexistente, pero que estaba ahí, en lo más profundo de su cabeza.
Josuke le estaba causando muchas emociones en esos momentos, pero el otro simplemente no lo notaría, al estar cayendo dormido en su hombro, cómodo en sus brazos, sin saber sus perversos pensamientos, que rondaban a su alrededor. Se quedaron un buen rato ahí, hasta que unas cuantas canciones más pasaron, sin tener una noción exacta del tiempo, Kira sólo pudo pensar en algo: en Josuke.
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[Obsesión Ascendente] (KiraJosu)
FanfictionKira Yoshikage sólo deseaba una vida pacífica, mientras Josuke Higashikata buscaba pasarla bien en los bullicios. En cuanto le conoce, su ritmo de vida se ve amenazado, porque sus manos ahora están en la mira. Y más porque él no deja de acercarse. ✓...