💎 Family 💣

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Josuke, tras muchas peticiones y ruegos a su madre, finalmente obtuvo el permiso de quedarse en la casa del adulto, con la condición de que no hiciera cosas subidas de tono con el mismo, o se iniciará una cosa turbia entre ambos; realmente a Josuke no le importaba si terminaban llendo las cosas por esos lados ... No era ninguna mentira que estaba pensando en esas cosas, desde hacía un tiempo.

Ambos estaban recostados en la cama, viendo una película de comedia romántica bastante buena, abrazados, el ambiente era meloso y de lo más tierno para ambos. Josuke estaba acostado en el torso de Kira, con su melena suelta, lo que le daba un aire más tierno e inocente que el usual. Kira estaba acariciando dichos cabellos a ciertos ratos, con una pequeña sonrisa en su rostro; su única mano libre de hacer aquello, estaba reposando en la cintura del otro, como ya era costumbre a este punto de su amistad.

— ¿Me vas a contar cómo fue tu día?, Hoy llegaste más tarde de lo usual. — Comentó de la nada el otro, al ver que pasaban comerciales, interrumpiendo la película. Josuke suspiró, cansado, mirando al adulto que tanto apreciaba con una mirada un tanto afligida.

Claramente Yoshikage se alarmó ante aquella expresión, y decidido a aunque sea, aminorar el sentimiento tan afligido que mostraba. Acarició su mejilla, y acomodo sus rebeldes cabellos detrás de la oreja del otro, aunque estos volvieran a dar en su cara, tapando uno de sus ojos como solía hacer; Josuke sólo puso su mano en la muñeca del otro, recargando su mejilla en su mano, soltando unas lágrimas, al mismo tiempo que tembló su labio, al punto de morderlo, soltando un sollozo muy quedo, casi inaudible, pero que alcanzó los oídos de quién estaba con él.

— Mi papá ... Él. — No hubo necesidad de decir más, Kira simplemente lo acercó a él para abrazarlo, y permitió que aquel adolescente tan bello llorara sus penas en su hombro.

No era un secreto que era muy difícil tocar con la debida delicadeza el asunto del padre biológico de Josuke; siendo que el mismo creció sin conocerle, sin saber del amor paterno realmente en términos generales. De hecho, esa falta le había perjudicado bastante en su vida, extensamente, no sólo reduciéndose a él, si no incluyendo a su madre, abuelo, u demás personas que se hicieron llamar amigos de Josuke.

— Mi papá ... Me dejó una herencia, y-y la rechacé. M-Mi existencia arruinó un matrimonio. — Las palabras de Josuke salían con un toque amargo inusual en él, así como sus sollozos quedos, pero dolorosos al sentir la carga emocional que había en ellos.

Si había un tema del que no hablaban ambos, era el dilema de las bromas de Josuke sobre su existencia. A Kira no le hacía gracia que su obsesión dijera que su existencia era un error, que no debió nacer, que no servía para nada la existencia de ser en aquel pueblo tan conservador arruina vidas.

— Lo peor es que ... Ni siquiera vino él, vino alguien más, p-porque su esposa no lo dejaba. — Aunque la película estuviera en curso, Kira apagó el televisor, decidido a estar enfocado en el adolescente, quién simplemente parecía estarse sumiendo en aquel espiral de culpa, que claramente en absoluto tenía.

La forma en la que su cuerpo temblaba, en como sus labios parecían tensarse, sus tartamudeos, los suaves sollozos, el como sus lágrimas bajan y las mejillas rojas, eran una vista hermosamente triste, una bella expresión que merecería estar expuesta en un museo para que todos la vieran y apreciarán.

— Josuke ...

— Lamento molestarte con esto, pero no quería que mi mamá me viera así. — Sus miradas se encontraron, Kira limpió las lágrimas del chico con su pulgar, y beso ambas mejillas de aquel hermoso ser con el que tenía suerte de estar.

No estando seguro, beso sus labios con una dulzura tan impropia de su persona, acariciando con una delicadeza que desconocía la espalda de otro, quién parecía confundido, pero calmado.

— Tu existencia es lo mejor que pudo pasar, eres especial e importante para cualquiera que te conozca ... Para mí. — Palabras simples para cualquiera, pero esas palabras le pegaron fuerte a Josuke, quién se lanzó a besar con delicadeza a quien le beso anteriormente.

Seguía temblando, llorando incluso con más fuerza, pero era porque lo estaba sacando todo. La lluvia que caía afuera, era justo igual de fuerte como el dolor de Josuke que guardaba dentro de sí; el choque de las gotas parecían un llanto eterno, pero porque eran una liberación de todo lo almacenado en las nubes, justo como las lágrimas y temblores de su chico, eran la liberación de su dolor más guardado, poco tocado, que creció por tanto tiempo hasta que llegó a ese aquel punto.

Duró un buen rato aquel llanto tan desgarrador, hasta que el otro callo dormido, en los brazos del otro, quién beso la única lágrima que logró salir del otro antes de dormir, dejándolo recostado y tapado en la cama. Él se levantó, mirando por la venta la lluvia tan ruidosa como constante, cerrando las cortinas, haciendo su rutina antes de acostarse junto a su obsesión. Admirando sus mejillas rojas, y su expresión adolorida, sus espasmos y quejidos dignos de qué estaba pasando una muy mala pesadilla.

— Eres incluso más hermoso sufriendo. — Pensó en voz alta, acariciando los cabellos del otro, quién pareció calmarse bastante, dejando de tener aquellos quejidos y espasmos, pero manteniendo su expresión, apesar de todo.

Aunque la sonrisa de Josuke fuera hermosa, lo expresivo de su rostro sufriendo junto a aquellas mejillas coloreadas de un carmesí suave, no estaban nada mal. Una faceta tan sensible y delicada como si fuese porcelana, era una de las cosas con las que estaría obsesionado apartir de aquel momento; la manera en como Josuke busco su afecto, lloraba, y parecía tan indefenso estando de esa manera, sería su nueva droga desde aquel mismo instante en el que vio su expresión retorcerse.

[Obsesión Ascendente] (KiraJosu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora