Jornadas de casi 24 horas. Extenuantes, agotadoras, jugando a ser un Dios, una vez más. Enfundando mi esencia con guantes de látex y escondiendo mi propio miedo tras la mascarilla. No podía imaginarme (ni en la peor de mis pesadillas) que viviría en mis propias carnes, una pandemia. Una pandemia de tal magnitud. Hasta la fecha, en el fondo, no me importaba nadie más que yo y mi sueldazo. Mi Ego siempre fue tan inmenso que arrasaba con el resto. Hoy no pude hacer nada por ella, la mujer que me crió. Con 70 años se fue de mi vera. Nada de lo que hice me sirvió. Una vez en casa, con una copa en la mano, ahogando mi culpa, con el whisky adecuado, la ví aparecer ante mí. Radiante, con una sonrisa de felicidad. El Altísimo la había enviado. Su mensaje. Solo para mí. No te des por vencido. Aprende de lo ocurrido.
- Sánate cuidando de otros y cambiarás por dentro.
Me desperté de la pesadilla. Menos mal que solo era un sueño. Tenía 15 años y quería ser youtuber, pero desde aquel instante, empecé a leer libros de medicina. No sabía porque no comprendía, a que se debía el cambio. Solo sabía que debía estar preparado. Todo empezó por ver a mi madre desde otro lado, desde el lado del agradecimiento y el amor, desde el corazón.
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RELATOS DE UN MICROMUNDO
Short StoryHistorias cortas, breves, de un mundo imaginario tan real como la propia ficción