EL ARMA

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EL ARMA

Carlos tenía preparada su arma. Eran ya muchos los días dedicados a ensayar minuciosamente todos y cada uno de los pasos. Tenia fijado el objetivo desde hacía meses, una anciana solitaria, triste y amargada cuyo único aliciente en la vida era dar de comer a las palomas.
Llegó el día señalado. Aquella tarde mientras mientras la sexagenaria señora desmigaba cuscurros de pan para alimentar a sus únicas amigas, Carlos, como buen cazador, escondido entre la maleza, fijó su objetivo en la mirilla y disparó a traición.
Cuando la mujer mayor recibió la fotografía no dejó de sonreír en todo el día, y Carlos siguió con su vida, a la búsqueda de una nueva presa para su camara de fotos.

RELATOS DE UN MICROMUNDO Where stories live. Discover now