ALGUNA ESTRELLA

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Jim contemplaba el cielo en busca de alguna estrella que estuviese a punto de dejar de brillar. Le preocupaba verla caer dentro de la oscuridad, que se perdiese en el vacío para toda la eternidad y que nadie la acompañase durante ese trance.
Todo el mundo andaba ensimismado en sus cosas, en llegar a fin de mes, que comer, como vestir o que nuevo libro leer.

Se movió el aleteo de una mariposa, un gato gordo y bigotudo se zampó a un ratón flaco y mudo. Las sirenas de las ambulancias seguían sonando, como la llamada de auxilio, en un callejón estrecho, solitario y frío.

Se apagó una luz en el firmamento y Jim se dejó mecer por las nubes, la suave brisa del ondear del viento, los últimos destellos de su humanidad, pero sonreía pletórico de felicidad, al saberse a salvo lejos de la Tierra, teniendo como única amiga, a la última estrella que había dejado de brillar.

RELATOS DE UN MICROMUNDO Where stories live. Discover now