La fiesta de los gemelos Weasley.

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Domingo, 6:00 a.m.

Mis ojos empezaron a abrirse, y en el momento de intentar moverme, mis caderas empezaron a arder un poco

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Mis ojos empezaron a abrirse, y en el momento de intentar moverme, mis caderas empezaron a arder un poco. El escozor no era mucho, pero el suficiente como para que doliera.

Maldecí internamente al rubio que se encontraba durmiendo a mi lado y me levanté sin despertarlo, colocándome nuevamente la ropa interior que él mismo se había encargado de regar por el suelo ayer.

Fui hacia su armario y le robé una camiseta que, me llegaba hasta los muslos. Recogí mi ropa y me marché de la habitación sin hacer ruido. Ahora lo difícil sería pasar el pasillo.

Tomé aire y miré a ambos lados, no había nadie, así que rápidamente camine hacia la salida pero, mi desgracia fue enorme, las caderas me ardían a cada paso que daba y era insoportable.

Seguí mi camino hasta que unas manos me taparon los ojos. Ahí sentí como mi alma salía de mi cuerpo. Me tensé, tragando saliba.

—¿Poqué estás en el pasillo de nuestros dormitorios, nena? —preguntó una voz que conocía a la perfección, así que me relajé al momento— ¡Y así vestida! Que sinvergüenza. —Rió por lo bajo, quitando las manos de mi rostro.

— ¡Zabini! —exclamé en un susurro, dándome la vuelta para abrazarlo—. Sácame de aquí antes de que alguien más me vea, no quiero que piensen cosas que aún que sí sean, se malinterpreten—. Le pedí como favor al moreno, haciendo un pequeño puchero.

—Vamos, anda vamos, que tampoco me haría mucha gracia que te vieran así, Malfoy me mataría. —alegó, mientras cogía mi mano y me llevaba con velocidad a la sala común, donde no se encontraba nadie.

Normal, ¿quién estaría a las seis de la mañana despierto un domingo? Nadie, nadie excepto Zabini y yo.

—¡Gracias Zab! Nos vemos más tarde~ —sonrió la pelinegra, desapareciendo por el pasillo de los dormitorios de mujeres, mientras entraba a su habitación.

Suspiraste una vez dentro y, observaste a la lechuza de su padre esperándo en la ventana. Con rapidez la abriste, dejando que entrara. La lechuza tomó agua, pero antes, dejó la carta sobre tu escritorio.

—Perdón por la espera Luhy—. Te disculpaste con la pequeña criatura, acariciando su pelaje.

Tomaste una ducha antes de abrir la carta y te vestiste, pero no con el uniforme. Te colocaste unos pantalones ajustados de color negro y la camiseta de Malfoy, sonriendo en el espejo, mientras secabas tu cabello.

Después de arreglarte, te acercaste al escritorio y te sentaste. Abriste la carta de tu padre.

"Querida Tn,

Espero que te encuentres bien, pronto se acerca la fecha de tu cumpleaños y, por lo tanto he decidido escribirte antes, para informarte sobre algo.

Sé que nunca te gustó pertenecer a una familia descendiente de Slytherin por que somos mortífagos, pero debes entender que lo hacemos para protegerte.

L U J U R I A [Draco Malfoy y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora