L U J U R I A [Draco Malfoy y tú]

En menudo lío nos has metido, Granger.

Sus labios haciendo presión contra los míos indicaron que eso sería para largo. Mis mejillas estaban acompañadas de un débil sonrojo y mi cuerpo acalorado, la temperatura había empezado a subir o yo comenzaba a tener fiebre.

Mi cuerpo temblaba por la estúpida presión que sentía contra el de él, estúpido Malfoy.

Lo apartaste de un sopetón, observando como sus hermosos ojos de color plata brillaban bajo la tenue luz de aquél lugar; uno de los cubículos del baño de hombres, en el cual te tenía acorralada contra la puerta de este.

Gruñiste en su contra al sentir como una de sus manos subía por tu muslo izquierdo hacia la parte interior de él, proporcionando caricias suaves y cargadas de dobles intenciones, siempre hacía lo mismo.

Si quería sexo, se lo dabas, te daba igual lo que los demás pudieran pensar a cerca de eso, al fin y al cabo; nadie lo sabía. Lo empujaste contra la pared y, con rabia, saliste del baño de hombres, dirección hacia la sala común de los leones.

Si algo tenías claro, es que no te ibas a dejar pisotear por esa mierda, y mucho menos... Después de que la zorra lo haya besado. Y sí, por zorra se refería a Pansy. Y sí, Malfoy no se apartó cuando eso sucedió.

La rabia de la joven pelinegra era tal, que cualquiera que la mirara, se aterraba de tan solo sentir su imponente presencia.

—¡Hey, little snake! —habló una joven peliplata, pasando su brazo por los hombros de la ojiaqua y le sonrió, palmeando su cabeza con la mano del otro brazo.

—Aida... —Murmuró la muchacha, disipando su enfado al nivel de sonreírle de forma amplia y con gratitud.

—Princesses shouldn't be sad, lady. —Respondió la ojigris, llevando una de sus manos al cabello de la joven pelinegra, acariciándolo. Ella era unos centímetros más alta, no mucho pero lo suficiente para que se notara un poco la diferencia.

—Lo sé, pero... Ese maldito.. —gruñiste, odiabas que te tratasen así, y era de esperar, cualquiera estaría echando humos.

—I get it but... take it easy, okay? —volvió a hablar la rubia, acariciando con cuidado tu cabello, provocando aue te tranquilizaras casi al instante.

—Deja de hablarme en Inglés, Aida, por favor. —Pediste, haciendo un pequeño puchero.

La contraria iba a responder, pero un ruido las interrumpió. Hermione y Nellie venían a toda prisa a nosotras, la castaña con un frasco en sus manos, mientras observaban hacia atrás. Sus rostros mostraba terror. ¿Qué coño estába pasando? Hasta que vimos como detrás de ellas, venía una criatura extraña.

Más que extraña, la criatura era aterradora. Tragué saliva, horrorizada, mientras mi cuerpo se paralizaba al ver tal monstrualidad. Granger seguía corriendo en nuestra dirección, acompañada de Nellie, la cual casi se tropieza corriendo.

—¡CORRAN POR SUS VIDAS, CORRAN! —los gritos atemorizados de la castaña te alertaron más de lo que ya estábas, y, haciéndo caso a sus gritos, tomaste la mano de la ojigris a tu lado, y corrieron por el largo pasillo, pero algo pasó.

Notaste a la rubia un poco decaída, mientras no se apresuraba a correr, lo cual te alertó. Corriste con más fuerzas, y, Hermione que notó todo, cogió a tu amiga por la mano contraria para hacer que corriera más. Nellie venía justo pisándonos los talones.

Corríamos asustadas, al menos la castaña, mi hermana y yo.

Llegamos a un lugar donde había una pequeña puerta, así que entramos todas al pequeño cuarto.

Maldecías todo eso. ¿Qué cojones estába pasando y por qué esa... Cosa las perseguía?

—Ese era Claus... —la ojigris habló, haciendo que las tres prestásemos atención a sus palabras.