El amor y el sexo normalmente no se suelen mezclar, querida [T/n], y tú eso lo sabías perfectamente.
Pensaste que sólo sería para satisfaceros pero, todo empieza a tomar otro rumbo cuando él, el chico más "temeroso" de Slytherin, empieza a tratart...
— ¡Mierda, mierda y más mierda! —la joven no dejaba de maldecir internamente lo que había pasado.
— ¿Cómo ha podido suceder? ¿Porqué se lo han llevado? —el lamento del chico a su lado era cada vez más desesperado.
El pelinegro, abatido, se dejó caer contra la pared, con su cuerpo desplomándose hacia el suelo con lentitud. Sus manos agarraban su cabello en desespero, mientras su pecho se oprimía con fuerza dentro de él.
Si no lo hubiera dejado sólo, se lamentaba el pelinegro.
La peliblanca corrió hacia donde se encontraban los que algún día fueron sus compañeros, Marcus y Milena, preocupada.
— Marcus, Marcus.
Llamó ella, con desesperación, acercándose a donde se encontraba el rubio junto a una castaña. La mirada de la chica se oscureció.
— Ya escuchamos los gritos... Aida, sabes que es difícil recuperar al chico, ¿verdad que sí? —preguntó él, intentando no hacer una mueca.
— Tengo que ver a Hades.
— Sí... —susurró esta vez Milena, suspirando y pasándole la bebida que había pedido.
La joven se la bebió de un trago y, por consecuencia de la ira, desapareció en dos milisegundos.
— Tendremos que llevarlos a todos a junto de ella, no pueden separarse si quieren regresar. —Espetó marcus, suspirando.
— Aida volvió a las andadas.
— Tal parece ser que sí, querida.
Ellos se acercaron hacia los demás, explicando la situación...
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Comenzó a verlo todo borroso, su vista era nublada y antes de desaparecer sólo pudo sentir cómo un grito desgarrador lo llamaba a la lejanía, pero no podía abrir los ojos debido al cansancio mental y físico que ahora llevaba encima.
Sintió como era arrastrado por el lugar donde se encontrase ahora mismo.
Sintió un metal chocar contra otro, pensó que sería cadenas, o algo chocando, como si fueran engranajes.
Sus párpados dejaron de pesar tanto y, poco a poco, fue abriendo los ojos con dificultad. Su respiración era desigualada y dificultosa. Intentó abrir los labios, pero le parecía imposible.
Aún tenía la vista nublada, así que su visión tampoco ayudaría a identificar el lugar, pero el olor era horrible. Tanto así que creía que vomitaría en cualquier momento.
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