La pelinegra miraba hipnotizada los ojos curiosos de Valentina, la cual no paraba de mirar emocionada a su alrededor como si fuese una niña pequeña.
Juliana la entendía, entendía que todo era nuevo para ella y que no podía comportarse de otra forma.
Eso no quería decir que ella no se sintiese embriagada por aquella completa desconocida que caminaba al lado suyo, recorriendo el paseo marítimo de aquella ciudad llamada Málaga.- Ósea ¿me estás diciendo que todo esto está abierto hasta altas horas en la madrugada?
La rubia se giró para mirarla impresionada, con los ojos bien abiertos y la boca entreabierta.
- Si, aquí en España la verdad es que somos muy juerguistas, nos gusta bastante la fiesta. Es más, la hora perfecta para salir aquí a cenar es como a las nueve y media diez. Es casi pecado salir a cenar antes de esa hora.
- ¿Es enserio? A esa hora ya deberías de estar en el antro.
Juliana río divertida al ver sus caras de asombro e incredulidad.
- No, nada que ver aquí, esto es otro mundo.
Valentina volvió a retomar su marcha, encantada con toda la vibra y magia del momento.
Sin duda su favorito hasta el momento eran la cantidad de puestos que habían colocados a un lado del paseo, en los que se vendían todo tipo de cosas.
Desde piezas de madera, hasta pañuelos, bolsos y hasta comida.
Valentina estaba que no salía de su asombro.Juliana sacó su billetera de la mochila que cargaba, quería que ella se llevase un recuerdo de su país.
- Ven, vamos a comprar algo para que te lleves a casa.
- No Juliana, solo tengo dinero para el bus de mañana.
Valentina la miró apenada sonrojandose, y Juliana no pudo evitar mirarla enternecida.
- Vamos ven.
Tomó su mano y prácticamente la arrastró hacia los puestos, peleando con ella para poder regalarle algo.
- Vamos no seas cabezona.
- Es que no Juliana que oso. Ya has hecho mucho por mi acompañándome.
Juliana frunció el ceño. No había hecho ni la mitad de lo que pretendía con aquella chica.
- Enserio Valentina, no es nada, no voy a dejar que te quedes en la calle sabes.
La rubia abrió y cerró la boca varias veces, intentado formular correctamente la pregunta.
- ¿Cómo así?
Juliana sonrió divertida por sus expresiones, no estaba acostumbrada a ellas.
- Pues tu dijiste que no tenías donde pasar la noche y obviamente no te voy a dejar en la calle.
- No ósea tu estas loca, no voy a aprovecharme de ti.
- Tu que sabes, a lo mejor soy yo la que quiere aprovecharse de ti.
La rubia quedó muda, no podía creer que aquella extraña chica la estuviese invitando a dormir en su casa.
- Ahora vamos a comprarte algo. No se te ocurra decir nada, te lo vas a llevar mañana si o si.
No le dio tiempo a hablar cuando volvió a tomar su mano para ver todos los puestos.
Juliana no había parado de mirar a la rubia, que de alguna manera todavía no se había dado cuenta.
Ambas se pararon en una pequeña tienda de textiles, que vendía todo tipo ropa y accesorios.- Wow, ¿que es eso?
La pelinegra sonrió mirándola una vez más antes de coger la prenda que acababa de señalar.
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Atreverse a olvidar - Juliantina
FanficEn busca de encontrar la oportunidad de vivir su propia vida, Valentina lo deja todo atrás para realizar un inesperado viaje. Lo que empezó siendo un intento de libertad, se convierte en un viaje con numerosos inconvenientes y con la inesperada comp...