⚜Capítulo V⚜

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—Mi señor, la expedición que acaba de llegar informa que tampoco tuvo resultados favorables —el hombre se encogió de hombros cuando una copa se estrelló contra el suelo.

—¡Pues envía otra! ¡Envía las que sean necesarias para traerme lo que quiero! —demandó el rey de Baekje y el hombre hincado en el suelo, levantó apenas la mirada para observar a su rey con miedo.

—Haz lo que mi hermano pide, Sir —ordenó Taehyung, más amable y el hombre sonrió más tranquilo, asintiendo de inmediato.

—Sí, mi señor. De inmediato, mi señor.

En cuanto ambos hermanos quedaron solos, en aquella sala, Taehyung le echó una mirada a Seokjin, quien observaba el jardín privado del rey, sentado en el borde de las puertas corredizas. Su ceño, más fruncido que horas atrás, revelaba que estaba harto de esa eterna espera. No estaba dispuesto a dejar que un año más pasara frente a sus ojos sin que él lograra poner las cosas en su lugar.

—Hermano... ¿no crees que... estamos yendo un poco lejos? —preguntó Taehyung, dejando ir sus pensamientos cuando las palabras de su esposa llegaron una vez más a su mente.

«Él no está bien, mi rey. Tu hermano está dejando que el odio lo consuma desde dentro.»

—Han pasado veintisiete años y...

—Y dije que no iba a parar hasta destruirlo, Taehyung —sentenció el mayor de los reyes, mirando al de ojos chocolate con la ira y la determinación, tatuadas en los suyos —. Sé que él planea lo mismo, por eso ha estado buscado lo que nosotros. Un ejercito de hombres lobo sería todo lo que Park necesitaría para borrarnos del mapa y recuperar el resto de su territorio.

—Nuestro hermano no sería capaz de...

—¡Park! ¡Dile Park! ¡No oses llamarlo hermano en mi presencia! ¡Jamás será nuestro hermano! ¡Entiéndelo de una maldita vez!

Taehyung suspiró rendido y asintió, solo para complacer al otro hombre. Optó por no decir más, porque estaba seguro de que, dijera lo que dijera, Seokjin siempre se tomaría todo como un ataque hacia su persona. Le dolía tanto ver a su hermano en aquel estado porque Seokjin siempre había sido su pilar en la vida. Con solo ocho años y el tres, su hermano mayor lo protegió de todo cuando perdieron a su madre y jamás dejó que él siquiera dejara ir una lágrima por la pena.

De alguna manera, Taehyung sentía que ahora era el momento de retribuirle todo eso al mayor. Sin embargo, el hecho de que Seokjin actuara así, hacía que su mayor miedo cobrara forma. Temía pensar que aquel hombre ya no era su hermano mayor. Su inmensa sed de venganza había terminado por apartarlo incluso de su familia. Sus hijos le temían y su esposa ya ni siquiera compartía el castillo con él. Bora había sido desterrada por su mismísimo esposo cuando le pidió que dejara esa venganza atrás. Que lo hiciera por sus hijos y por ella.

Lástima que la pobre mujer nunca supo que Seokjin solo la había desposado para que el anterior rey Park le cediera el suroeste de ese gran reino, Apenas una décima parte, donde él ahora gobernaba.

—Tengo algunas piezas por mover —soltó burlón el hombre de rubias hebras y ojos tan oscuros como la noche, y rápidamente se puso de pie antes de que Taehyung pudiera detenerlo —. Infórmame si tus estúpidos soldados logran descubrir algo —agregó, echándole una última mirada a su hermano menor por cinco años. Ni siquiera agregó una despedida, mucho menos un cálido, «cuídate». Las palabras de afecto habían muerto hace tiempo para Seokjin.

En cuanto el rey de Baekje se fue, Taehyung se dejó caer hacia atrás sobre uno de los almohadones del suelo. El simple hecho de escuchar a Seokjin ya lo dejaba exhausto, y que su hermano también decidiera utilizar a sus hombres para las expediciones a las montañas, no aligeraba la carga sobre sus hombros.

El perro guardián del rey [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora