—¡Ese animal acaba de firmar nuestra sentencia de muerte, mi señor! —gritó Aron Kwak, el comandante de las fuerzas armadas de Goguryeo —. El rey de Baekje ya anunció, públicamente, que el guardián del rey de Goguryeo atentó contra su vida. Sabe bien que tal insolencia se paga con la muerte y si no le entrega el lobo al rey Kim, iremos a guerra.
Jimin golpeó con su puño contra la mesa de roble cuando las palabras del otro hombre terminaron por abrumarlo.
—¡No entregaré a Yoongi como un simple sacrificio! Kim pisó mi reino con ese propósito desde el principio y no seré quien le dé el gusto. Si quiere guerra, guerra es lo que tendrá. ¡Estoy harto de ese bastardo!
—Pero, su alteza... —habló ahora, Choi Siwon, tratando de que el soberano pensara en las consecuencias —. No estamos listos para una guerra. Si bien nuestro territorio es más inmenso que Baekje, en los últimos años hemos invertido más en infraestructura que en armamento. Se perderán miles de vidas.
—No me interesa —sentenció Park, poniéndose de pie para dar por finalizada la reunión. Su palabra era la última y él no estaba dispuesto a ofrecer a Yoongi como pago o disculpa. Antes que eso, él mismo sería capaz de enfrentar solo a cientos de hombres, si eso significaba mantener a su cachorro vivo —. Kwak, quiero que comience a alertar a sus hombres. Mujeres y niños serán evacuados de las fronteras hacia la primera capital y no se habla más de este asunto. Para mañana mismo quiero elaborado un plan de ataque para estar listos.
—Mi rey —volvió a hablar Kwak, antes de que el soberano abandonara la sala. Jimin giró apenas su rostro, mirando con desdén al hombre mientras éste se ponía de pie, hurgando entre papeles con premura —. Esta misma mañana el mensajero real dejó esto en mis manos. Es para... su lobo... —susurró lo último, bajando la mirada cuando los ojos del rey llegaron a intimidarlo —, es una invitación... a morir.
Jimin suspiró y se dejó caer en el sillón de su alcoba, sintiendo sus hombros horriblemente tensos. Una vez más miró el papel plegado que todavía tenía en sus manos y pensó en si sería correcto abrirlo. No necesitaba indagar demasiado para saber quién era el remitente. Algo ya le decía que sería otro golpe bajo de parte de su hermano mayor.
No, nada de hermano. Aquel bastardo jamás sería tal cosa. Más nunca.
De la nada, una efímera paz recorrió el cuerpo del rey cuando sintió el toque de su cachorro. Desde aquel día Yoongi no había vuelto a cambiar a su forma humana y Jimin sospechaba que se debía a causa de la vergüenza que sus actos le habían provocado. Pero no lo culpaba, sabía que su intensión solo fue protegerlo.
Dejando la carta de lado, Jimin golpeó sobre sus muslos para que su cachorro subiera al mueble y se acomodara a su lado. Yoongi ni siquiera esperó otra invitación cuando ya tuvo su cabeza reposando en el regazo del rey, esperando por mimos. Pero entonces se tensó momentáneamente cuando Jimin tocó su pata vendada. Los hombres lobos eran de recuperación temprana, pero incluso con eso, los rastros de aquella mordedura seguían allí, amenazando con volver a sangrar si aplicaba mucho esfuerzo al caminar. Por la expresión que vio en Yoongi durante la pelea, Jimin supo que había dolido bastante.
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El perro guardián del rey [YoonMin]
FanfictionPark Jimin no solo era el soberano más hermoso que había pisado la faz de la Tierra en sus veintiséis años de vida, sino también el más despiadado. Su reinado era único y sin igual, su pueblo lo aclamaba tanto como le temían. El rey siempre era just...