—Líder —habló alguien a espaldas del hombre, y este se giró, dejando de contemplar el valle que se encontraba bajo su absoluto dominio. Una de sus cejas se elevó, despectivamente, cuando encontró a su hija menor allí y sin intenciones de prestarle mucha atención, regresó la vista hacia el paisaje cubierto de blanco y verde.
—Habla, L.
—J envió un mensaje —comenzó diciendo, a medida que desdoblaba la carta que le había enviado su hermano mayor —. Logró poner de su lado el rey de Baekje. Dice que el hombre está bastante desquiciado y por eso fue fácil manipularlo. Al parecer su odio hacia su hermano, el rey Park, es mucho mayor que la duda de pensar por qué de la nada aparece un lobo, ofreciendo la ayuda de los suyos en una guerra que no le concierne. Aunque también J aclaró en la carta que el rey de Shilla no confía del todo en él, pero tampoco es un problema porque quien parece dar las ordenes es el mayor se los Ki-
—Ve directo al grano —gruñó el hombre, cuando tanto parloteo comenzó a aturdirlo. No entendía por qué su hija tenía que ser tan insoportable.
La joven de liso y castaño cabello carraspeó y bajó la mirada, algo avergonzada. Siempre se dejaba llevar, pensando que, por ser su padre, el lobo querría escucharla. Que equivocada estaba. Al igual que el resto de la manada e incluso todo el clan, el líder la despreciaba. Todo por haber nacido mujer, siendo la hija del alfa.
—J dice que esperan nuestro apoyo para dentro de tres días. Atacarán la segunda capital de Goguryeo y quieren que los nuestros estén en el frente.
—Bien —sonrió el líder, poniéndose en marcha sin siquiera agradecerle por el informe a su hija. En lo único que podía pensar aquel hombre lobo, era en que, esta vez, no se le escaparía el heredero de Ciel.
—Por fin podré reunirte con otro de tus cachorros, querida mía —sonrió de forma perversa dispuesto a asesinar con sus propias garras a aquel lobo negro.
Sin más dilaciones, de un salto, cambió a su forma animal, convirtiéndose en una gran bestia de pelaje marrón, y gris en algunas partes. Un lobo con muchas batallas sobre el lomo, a ojos de todos. Cuanto antes debía bajar de esa ladera y reunirse con su manada. Al fin era momento de atacar a ese rey que protegía a su presa y acabar con la vida del último lobo que podía quitarle su posición. Una vez el lobo negro muerto, el sur sería su último objetivo y entonces, Los tres reinos estarían bajo su poder. Los lobos ya no tendrían que vivir nunca más bajo la sombra de los simples humanos.
—¡Mi rey, nos atacan! —entró gritando uno de los centinelas, sin siquiera importarle no haber tenido la autorización del rey.
Jimin inmediatamente se puso de pie y todos los hombres, que se encontraban alrededor de la larga mesa, le siguieron. Ninguno esperaba que Kim actuara tan pronto, pero estaban dispuestos a dar pelea con tal de proteger al reino y a su rey. Solo necesitaban que el soberano diera las órdenes para actuar.
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El perro guardián del rey [YoonMin]
FanficPark Jimin no solo era el soberano más hermoso que había pisado la faz de la Tierra en sus veintiséis años de vida, sino también el más despiadado. Su reinado era único y sin igual, su pueblo lo aclamaba tanto como le temían. El rey siempre era just...