Antes de que la espada fuera enterrada en la garganta de Hoo Ye, uno de sus lobos saltó sobre Jimin, para alejarlo de su líder. Aunque ese simple arrebato fue suficiente para que los guerreros ocultos del rey, atacaran, cortándoles el cuello a los lobos que tenían cerca. ¿En qué momento los habían rodeado, sin que se dieran cuenta? Jeon no lo sabía, pero tampoco pensaba quedarse allí para averiguarlo.
—¡Cambien! —ordenó el lobo pardo al mismo tiempo que él se escabullía entre su manada para huir de Park. Su visión no era muy buena en los calabozos, como para lanzarse a la lucha con el rey.
—¡Chen, Kai!
—¡Sí, mi rey! —respondieron ambos hombres, yendo tras Jeon sin que su rey les dijera más. Jimin tenía el objetivo de salvar a su cachorro, pero no por eso dejaría escapar a ese maldito lobo. Algo le decía que no tenía que dejarlo con vida.
Reaccionando, luego de enviar a dos de sus hombres tras Jeon, frenó el zarpazo de un lobo y lo pateó en el pecho antes de enterrarle su espada en la garganta, donde la torció para terminar de romper sus cuerdas bocales. Al segundo siguiente, tomó su pequeño puñal y se lo clavó en el ojo a otro que lo atacaba por la espalda y cuando un tercero saltó hacia él, retiró su espada del primer lobo y se encogió en su sitio, cortando una de las patas del lobo para detener su ataque. De unos pocos empujones terminó de quitarse a los animales de encima y les arrebató la vida antes de correr unos pocos pasos hacia el pelinegro tirado en el suelo.
—A-Amo...
—Shh... silencio, lobo tonto. Más tarde suplicarás perdón —soltó Park, molesto.
A pesar de ello, los ojos de Yoongi no hicieron más que cristalizarse y sus labios embozaron una enorme sonrisa cuando aquel hombre lo sostuvo entre sus brazos. Yoongi sabía lo fuerte que era su amo y, aun así, ese hombre ahora se encontraba temblando mientras lo sostenía en sus brazos.
—Estoy... bien...
—Lo noto. Seokjin se trató como a un rey —soltó con sarcasmo, al tiempo que lo ayudaba a ponerse de pie. Ese sin duda era el mecanismo de defensa de Park, ser sarcástico en los momentos menos oportunos.
Jackson, quien siguió a su rey luego de que todos llegaran hasta el palacio, terminó cargando en su espalda al lobo cuando supo que éste no podría salir caminando de allí. No tenían mucho tiempo antes de que Shilla también enviara refuerzos, así que debían salir cuanto antes de esas tierras.
—Llévate a Yoongi, yo debo ir por Seokjin —ordenó Jimin, pero, así como sus palabras salieron, Yoongi lo sujetó de sus prendas, impidiéndole avanzar lejos de él —. Yoongi, suelta. Tengo que encontrar a-
—No me dejes —suplicó, sintiendo las palabras arañar su garganta. Su cuerpo se sentía tan pesado, que incluso hablar le resultaba difícil. Pero incluso sintiéndose terrible, su parte animal le pedía que no perdiera de vista a su compañero. Si algo le pasaba a Jimin por su culpa, jamás se lo perdonaría.
—Señor... —habló Jackson, desesperado por una nueva orden. Ver como su rey se había quedado allí, tan quieto, solo contemplando a lobo sobre su espalda, lo ponía tan tenso como a Yoongi.
—¡Mi rey, todos los lobos fueron eliminados! —anunció un guardia, de la nada, haciendo que tanto el soberano, como su centinela, dejaran vagar su vista por todo el sótano de los calabozos. Los únicos que quedaban en pie eran la guardia de Goguryeo.
Solo por eso, Jimin ya no lo pensó más y ordenó a todos que lo siguieran. Incluyendo a Jackson quien cargaba a Yoongi. Inmediatamente, los guardias con menos heridas, se formaron al frente para proteger al rey, mientras que el resto se quedó en la retaguardia. Salir de los calabozos no les llevó mucho tiempo, pero el verdadero problema llegó cuando toda una tropa de Baekje los esperaba, protegiendo la entrada del salón dorado.
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El perro guardián del rey [YoonMin]
FanfictionPark Jimin no solo era el soberano más hermoso que había pisado la faz de la Tierra en sus veintiséis años de vida, sino también el más despiadado. Su reinado era único y sin igual, su pueblo lo aclamaba tanto como le temían. El rey siempre era just...