—¡Espere un segundo!
—Sí, señor Min. No estamos entendiendo nada. ¿El rey Park se convirtió o no en un monstruo? —cuestionó uno de los niños que escuchaban la historia.
—¡Yo tampoco entiendo! —chilló una niña — ¿Y si todo fue un sueño del rey?
—No sé, díganme ustedes —se burló el mayor, ganándose afiladas miradas, para nada intimidantes.
El pequeño que parecía dirigir el grupo, se cruzó de brazos, mirando molesto al mayor antes de ponerse de pie y salir a correr.
—¡Sus historias no son divertidas! —. El resto de niños rio y corrió detrás de aquel lobito. Ninguno había entendido la historia y tampoco estaban muy interesados en descubrir el final. Y Min estaba bien con eso. Solo eran niños, ya de grandes estarían listos para conocer la historia completa.
Pero entonces se percató de una presencia que no había abandonado su puesto sobre el suave césped. Esos grandes ojos azules continuaban observándolo con curiosidad, inocencia y mucha admiración.
—Pobrecito rey Park, debió sufrir mucho.
—¿Lo crees así, Ciel?
—¡Claro que sí, tío! —chilló y se arrastró más cerca del mayor, para acomodarse en su regazo —. Pero cuéntame qué pasó después. ¿La guerra terminó? ¿Qué pasó con los lobos pardos y con el lobo negro que estaba con ellos? ¿El rey Park volvió a reinar sobre Goguryeo? ¡¿Es ahí cuando papá y mamá le piden a la diosa Luna que me envíe en una lechuza?!
Min sonrió enternecido y acarició los blancos cabellos de su adorada sobrina antes de continuar la historia.
—Pues...
—Jeon está muerto —bufó Namjoon, lanzando un pequeño cobre de bronce sobre la mesa —. Sus hijos nos dejaron el corazón como una nuestra de rendición. Pero, según la nota, no planean ser juzgados. Huyeron con un pequeño grupo de lobos pardos, que estuvieron dispuestos a seguirlos. Tampoco especificaron adónde.
—Quizás, fuera de los límites de los reinos —opinó Jackson, husmeando un poco dentro del cofre, solo... para estar seguros.
—La pregunta aquí es, ¿qué pasará ahora con Goguryeo? La noticia del rey bestia se esparció como la pólvora. Park apenas despertó y cuando el pueblo se entere, más de uno querrá su cabeza. Dudo que su reino lo quiera de regreso como gobernante.
Todos miraron a Taehyung cuando Krystal terminó con su discurso. El rey de Shilla frunció el ceño y dejó su taza de té sobre el plato.
—Lo que pase con Goguryeo no es mi decisión. Además, eso es algo que se debe hablar en presencia de Jimin.
—Esta situación le convendría, rey Kim —habló la anciana de las lobas blancas —. Con el rey Park indispuesto, los tres reinos serían suyos.
—Pero no quiero eso —espetó, sintiéndose ofendido. Jamás, nunca hubiera deseo esto, y no pensaba quedarse con todo. Quizás Seokjin lo hubiera hecho, pero él...
—Mi sobrino ya no tiene derecho a opinar —habló SeoJoon, refiriéndose a Park. Él y sus hombres habían escuchado lo que se decía del rey bestia, y lo único que el pueblo pedía era justicia por los inocentes que cayeron bajo sus garras.
—¡Pero Jimin no lo hizo estando consciente!
—Rey Kim, así las cosas, deben ser. Park debe ser juzgado.
En ese instante, Yoongi ingresó al salón de reuniones del palacio, y el silencio reinó. El lobo negro ya se veía bastante molesto por tener que dejar a su compañero que acababa de despertar, nadie quería ser el elegido para comunicarle la resolución a la que habían llegado.
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El perro guardián del rey [YoonMin]
FanficPark Jimin no solo era el soberano más hermoso que había pisado la faz de la Tierra en sus veintiséis años de vida, sino también el más despiadado. Su reinado era único y sin igual, su pueblo lo aclamaba tanto como le temían. El rey siempre era just...