Esta mañana estábamos durmiendo tranquilamente hasta que, de la nada, empezó a sonar Tusa a todo volumen, lo cual hizo que nos levantáramos sobresaltados.
Cuando salimos a mirar quién estaba poniendo Tusa a todo volumen a las 10 de la mañana, vimos a Fabio descojonándose, así que le sacamos el dedo, apagamos el altavoz y volvimos a entrar en la habitación para vestirnos.
Cuando estuvimos vestidos, bajamos a desayunar y todos nos dijeron buenos días, excepto Mónica, que tenía cara de estar de mal humor;y Joel, que estaba distraído con un trozo de pan.
El desayuno fue bastante ameno y, después de desayunar, Envy nos dijo que cogieramos las mochilas para ir a hacer paintball.
Naim fue a por su mochila al salón y yo fui a por la mía a la habitación.
Cuando iba hacia la habitación, Mónica pasó por mi lado empujandome, así que la agarré del brazo y le dije:
-Ya basta, porqué estas de tan mal humor con Naim y conmigo?? Se puede saber qué te hemos hecho?? Estás súper rara desde la anterior Envy House.
-Ya, ahora te importan mis sentimientos, que novedad.
-No sé de qué hablas, pero quiero recuperar a mi mejor amiga.
-Ya, no sabes de qué hablo, vete con Naim.
-Ya basta, Mónica, qué te pasa??
-Quieres saber qué coño me pasa?? Pues te lo voy a decir.
Nada más terminar esa frase, me agarró y me besó. Intenté resistirme, pero me agarró de las muñecas de forma que no podía hacerlo.
Cuando conseguí que se separara, miré hacia el lado y vi a...Naim, no puede ser.
Naim me miró fijamente un segundo con los ojos llorosos y se fue corriendo a su habitación llorando.
-NAIM, ESPERA!!!! NO ES LO QUE CREES!!!!
Ni bien terminé esa frase, Naim cerró la puerta de un portazo.
Sentí mi corazón romperse en mil pedazos.
Me arodillé y comencé a llorar.
Mónica se acercó y me dijo:
-Mira el lado bueno, ya podemos salir juntos, ya no tienes a Naim.
La miré con rabia, me levanté y me planté en frente de ella bajo la atenta mirada del corrillo que se había formado a nuestro alrededor, compuesto por Envy y todos los demás influencers.
Después de recuperar el aliento y aún con los ojos llorosos, le dije a Mónica:
-No vuelvas a hablarme en tu puta vida, nuestra amistad se ha acabado para siempre. Nunca más vuelvas a hablarme. Y no te meto una ostia porque eres una chica, que si no te la llevabas.
-Pe...pero Sieteex, y...yo.... - Dijo Mónica, casi sin palabras y con la voz quebrada.
-NI SIETEEX NI OSTIAS!!!- Le chillé lo más fuerte que pude con toda mi rabia, lo cual provocó que los demás se asustaran, pues nunca nadie me había visto a tal punto de enojo- Lo que has hecho no tiene nombre, nos has hecho daño a mí y a una de las personas que más me importan en esta vida. En tu vida vuelvas a hablarme, me oíste?? Para mí has muerto totalmente. Y me voy a la habitación porque como no me vaya te acabo arreando una ostia.
Dicho eso, me alejé bajo la espectante mirada de todos, que se habían quedado sin palabras, excepto Joel, que estaba a lo suyo.
Fui hacia la habitación, la cual estaba cerrada y llamé:
-Naim, soy Sieteex, por favor abre- Dije llorando.
-DÉJAME EN PAZ!!!!- Me gritó entre sollozos.
-Por favor, déjame explicarte- Dije entre sollozos.
No obtuve respuesta, así que me senté frente a la puerta, apoyé la cabeza en las rodillas y comencé a llorar sin consuelo.
Unos segundos después, sentí unas suaves palmadas en el brazo, así que levanté la cabeza y vi a mi pequeño Joel, el cual me miraba con un atisbo de preocupación en su expresión.
-Papá, poqué tais llorando tú y Papi??- Me preguntó inocentemente.
Le miré con una sonrisa llorosa y los ojos ardiéndome de tanto llorar, le cogí en brazos aún estando sentado y le dije con la voz quebrada mientras le acariciaba la cabeza:
-Cosas de mayores, mi vida, cosas de mayores, no pasa nada.
-Pera, ahora engo.
Se apartó de mí y fue corriendo a su habitación.
Unos segundos después, apareció con su osito de peluche y me dijo:
-Abazalo y ashi podas deja de llorar
Me rei con ternura y le abracé durante un largo rato.
Después de abrazarle, le dije:
-Ve fuera con el tito José Julio, corre mi amor, ve con él.
Cuando se hubo ido, volví a llamar a la puerta pero no dije nada.
Un instante después, oí el ruido de la puerta y, al abrirse, vi a Naim con la cara llorosa.
Me acerqué y le besé suavemente, y él me correspondió al beso.
Cuando nos separamos por la falta de aire, le pregunté:
-Ahora sí me dejarás que te explique??
-Está bien- Me dijo mientras se reía con ternura
Respiré hondo para calmarme y comencé a contarle todo:
-Cuando iba a por la mochila, Mónica pasó por mi lado empujándome, así que la paré y le pregunté que qué coño le pasaba y que esa no era la Mónica que yo conocía y me besó, e intenté resistirme pero me agarró de las muñecas para que no pudiera y...bueno, eso es lo que viste. Lo siento.
-Te perdono, mi amor, te perdono.
-Gracias, mi vida. Te prometo que no te fallaré.
-Ah por cierto, oí todo lo que le gritabas a Mónica, yo creo que se oía hasta en nuestra casa jaja, me imagino la cara de Mónica, pobrecita jaja.
-Aver, le hizo daño a una de las personas que más me importan.
-Te amo, mi vida.
-Yo más, Naim, yo más.
Nos abrazamos, cogimos la mochila y a Joel fuimos con el grupo.
Cuando estuvimos todos, Envy nos avisó de que Mónica no vendría al paintball "porque se encontraba indispuesta" y, acto seguido, nos dirigimos a la zona de paintball.
Cuando llegamos, todos nos pusimos la equipación y cogimos la pistola de pintura y, acto seguido, todos se adentraron excepto yo, que me quedé unos instantes pensando en qué haría con él hasta que se me ocurrió ponerle la equipación, darle una pistola de pintura de las pequeñas(le hice una foto porque se veía monísimo con la equipación y la pistola de pintura) y subirlo a mis hombros, y, acto seguido, nos adentramos.
Después de casi tres horas, sólo quedábamos Kiara, Naim, Guillem y yo con Joel.
De repente, oí el sonido de una pistola cargándose a mis espaldas, así que me giré y vi a Kiara y a Guillem apuntándome con las pistolas de pintura y Joel me dijo al oído:
-Apunta y cuando guite Fego diparamo lo do a la ve papá.
Asentí y apunté a Guillem mientras Joel apuntaba a Kiara y, en menos de un segundo, Joel gritó "¡¡¡FEGOO!!! y disparamos los dos a la vez y ambos quedaron eliminados, así que sólo quedaba Naim, el cual apareció delante nuestra y, antes de que pudiera ni siquiera cargar la pistola, Joel le disparó una bola de pintura y gritó "¡¡¡GANAMOS, PAPÁ, GANAMOS!!!", lo cual provocó que Naim y yo nos echáramos a reír.
Después de reírnos, bajé a Joel de mis hombros y los tres fuimos caminando a la entrada, donde nos esperaba el resto del grupo.
Cuando estuvimos todos, nos dirigimos a la casa para ducharnos y cenar.
Cuando terminamos de ducharnos, Naim y yo fuimos a la habitación un rato y, unos minutos después, apareció Mónica en la puerta con los ojos hinchados de tanto llorar.
-Lo siento- Musitó Mónica en un tono casi inaudible.
-Es tarde para eso, Moni- Respondió Sieteex en tono de desprecio.
Miré a Sieteex con una mirada compasiva, a lo que él respondió:
-Está bien, vamos a escucharla.
-Lo siento, no debí hacer lo que hice, no debí interponerme en vuestra preciosa relación, fui una estúpida y me arrepiento mucho. Sentí cada cosa que me gritaste, Sieteex, y lo que más me dolió fue lo de que había muerto totalmente para ti, cuando escuché eso mi mundo se cayó en pedazos. No quiero perderte, Sieteex, no quiero perder a mi mejor amigo- Dijo Mónica llorando y con la voz quebrada.
-Yo te perdono, Moni- Dijo Naim.
-Yo...no puedo, Mónica, no puedo perdonarte, te pasaste demasiado de la raya y cuando dije que habías muerto para mí lo dije de verdad, no quiero volver a hablar contigo.
-Es...está bien, lo entiendo- Dijo Mónica con la voz quebrada y aguantando el llanto con la cabeza agachada y, acto seguido, se alejó.
Cuando Mónica se hubo ido, fuimos afuera a cenar.
Cuando nos sentamos, Envy preguntó por Mónica y, en ese preciso instante, Kiara apareció y dijo:
-Dice que se niega a cenar, que quiere estar sola.
Y, acto seguido, se sentó en la mesa con todos nosotros.
La cena pronto se animó con las bromas de Fabio y los piques entre Abe y Melias.
Cuando terminamos de cenar, fuimos dentro a ver Élite y, un rato después, nos fuimos a dormir.
