"Paciente Y Psicóloga"

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Wanda miró su cuerpo, hematomas se encontraba en el, provocando miedo en ella, se dio media vuelta y comenzó a caminar, soltando pequeños quejidos, tenía dolor en su vientre, un dolor infernal, siguió caminando hasta llegar a la cocina, donde come...

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Wanda miró su cuerpo, hematomas se encontraba en el, provocando miedo en ella, se dio media vuelta y comenzó a caminar, soltando pequeños quejidos, tenía dolor en su vientre, un dolor infernal, siguió caminando hasta llegar a la cocina, donde comenzó a cocinar para ella y Brahms, él se encontraba escuchando música clasica a todo volumen en el salón. Ya habían pasado semanas desde aquel incidente, una chica llegaba dejando la despensa.

Brahms entró a la habitación con su máscara puesta, se encontraba limpio, y su cabello estaba revuelto, dejando caer enfrente de la máscara algunos rizos. Wanda ya se había acostumbrado a verlo limpio y sucio cuando salía de las paredes, el se acercó a ella y observo lo que estaba haciendo de comer.

—Brahms, no —sentenció Wanda al ver como Brahms quería meter su dedo índice a un boul que tenía chocolate derretido.

Brahms la miró fijamente, para acercarse a ella, haciendo que le diera un escalofrío. Su espacio personal estaba siendo evadido por él.

—Quiero... —comenzó dejando que sus palabras se fueran volando, mientras acercaba su rostro de porcelana al cuello de ella, oliendo su fragancia, mientras Wanda se quedaba estática dejando de hacer lo que estaba haciendo.

—Brahms, no —comenzó a decir intentado alejarlo de ella, tratando de empujarlo, pero le era difícil, Brahms ya había demostrado tener una gran fuerza descomunal.

Brahms la tomó del cuello, y comenzó a estrujarla, mientras Wanda trataba de empujarlo con uno de sus brazos mientras con el otro trataba de agarrar la mano de él y alejarlas. Pero le era casi imposible, lágrimas comenzaron a caer en sus mejillas, provocando que un odio llegara a ella, odiaba llorar cada vez que se trataba de Brahms, no quería, por ningún momento, llorar enfrente de él, verse débil frente de él.

—¡Brahms! —gritó Wanda con toda la fuerza que tenía provocando que él la soltara, comenzó a toser con fuerza mientras sostenía su garganta con ambas manos, levantó la mirada para verlo a los ojos—. ¡Vete a escuchar música! —exclamó, pero no funcionó, Brahms ya se la habían hecho una vez, y no iba a dejar que se la volvieran hacer, sin pensarlo ni por un segundo la golpeó, haciendo que cayera al suelo con más lágrimas en los ojos, y con sangre escurriendo por su nariz y a un lado de su labios.

Brahms se inclino para tomarla de los brazos y cargarla como costal de papas, Wanda comenzó a golpear la espalda de él gritando que la dejará, pero no funcionó, lo único que logró fue que Brahms la lanzará a una de las camas y saliera de la habitación cerrando la puerta con llave. Wanda corrió hacia ella y comenzó a golpearla con fuerza y esperanza.

—¡Brahms! ¡Brahms! ¡Por favor! ¡Sácame de aquí! ¡Brahms, por favor! —gritaba Wanda, pero dejo de hacerlo al escuchar música clásica a todo volumen en la parte de abajo, lágrimas salieron cayendo, al mismo tiempo que ella se tumbó en el suelo y comenzó a llorar, abrazando sus rodillas.

Las horas pasaban, la música ya había dejado de sonar, Wanda moría de hambre cuando en la puerta comenzó abrirse, de alejo de ella para levantarse del suelo, Brahms entraba con un Sandwich en un plato, que estaba sobre una charola, junto al Sandwich había un vaso de vidrio con agua.

—¿Brahms? —llamó Wanda al ver que lo dejaba en la mesa de noche y se sentaba en la cama, Wanda se acercó y observo el Sandwich, tenía miedo, miedo que tuviera el Sandwich otro tipo de tranquilizante.

Brahms no contestó, sólo se quedó ahí sentado observándola, Wanda tomó el Sandwich y comenzó a comerlo lentamente, seguía teniendo miedo, Brahms la tomó de los brazos con suavidad y la sentó a lado de ella, en donde él comenzó a verla fijamente el como comía.

—¿Puedes hablar? —preguntó Wanda perdiendo la razón por fin—. Estoy teniendo miedo ahora, no haz hablado desde el incidente, y tengo mucho miedo...

—Greta viene —soltó sin emoción alguna, Wanda lo miro confundido, ¿quién era Greta? ¿Era igual a él, o peor? Miedo volvió apoderarse de ella.

—¿Quién es? —preguntó con dificultad, tenía miedo y estaba confundida, ¿que significaba aquello?

Brahms no contestó, sólo bajó la mirada para ver su herida que ya estaba curada, dolo tenía una cicatriz, Wanda ya se había repentido antes de haberlo curado, de haber cuidado de él.

—¿Ella te hizo la cicatriz? —preguntó Wanda, por un lado le agradaba que volviera, si ella volvía, iba querer acabar con Brahms y eso le daría oportunidad a ella de escapar, pero por otro lado, si eso llegaba a suceder, Wanda cargaría con una muerte en su espalda. Brahms asintió sin decir nada, el sonido de algo moverse entre las sábanas hizo que Wanda volteara a ver, Brahms que tenía la mano en las sábanas, movió su mano para acercar a la de Wanda y tomarla, parecía tímido, temeroso y con pena, por un momento, Wanda pensó que él no era malo, que era inocente, pero entonces, volvió a repetirse aquellas escenas, todo lo que le hizo, no alejo su mano, no quería que le pasará algo—. Pues si va venir, tenemos que actuar rápido... Debes esconderte, y yo debo actuar como si pudiera salir, como si fuera libre, como si tu no existieras en mi vida...

Brahms tomó la mano de Wanda con más fuerza, haciendo que soltara un quejido de dolor.

—Sí intentas escaparte iré por ti y te mataré —amenazó tomándola del cuello, provocando el miedo en ella, lo observo a los ojos fijamente, en ese momento, él tenía la máscara, y eso sólo provocaba más miedo para ella—. No me dejarás...

—Y-yo... No, no... —intentó hablar Wanda, pero no podía, ni siquiera sabía que decir, ya había intentado de todo, hasta que por fin algo hizo "click" en su cabeza—. Brahms, eres mi niño... Nunca me alejaría de ti, quizás eh intentado escaparme... —comentó, llevando su mano al rostro falso de él para acariciarlo, mientras una sonrisa tierna que hacía en sus labios, Brahms alejo su mano del cuello de ella, aún con la máscara, podía sentir el tacto de ella—, pero, es porque no te conocía. Nunca me iré, me quedaré contigo, y te cuidaré todo lo que sea necesario, lo juro...

Brahms sonrió debajo de su máscara, llevo su mano a la mejilla de ello, provocando que un escalofrío llegará a la espalda de ella.

—¿Lo juras? —preguntó Brahms cómo niño pequeño, Wanda nunca lo iba a jurar, no podía jurar algo así, pero si prometer.

—Lo prometo —sonrió, a veces, Wanda le encantaba ser psicóloga y abogada, porque así podía predecir a las personas, y está vez, no iba ser impulsiva, ya no, iba comenzar a calcular todo.

Para salir de aquel infierno.

Miró el reloj que estaba a lado de la cama, sonrió aún más.

—Brahms, es hora de dormir —comentó levantandose de la cama, tomó la mano de él y lo comenzó a guiar hacia su habitación, tenía que comenzar analizar todo, él iba ser su paciente, y ella, ella iba ser su psicóloga.

















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¿Me extrañaron? Por supuesto que si, sorry, andaba viendo la casa de papel xd

Espero les haya gustado el capítulo, no olviden votar y comentar, eso me ayuda mucho en seguir con la historia.

𝐏𝐢𝐞𝐫𝐝𝐞 𝐞𝐥 𝐌𝐢𝐞𝐝𝐨 || ʙʀᴀʜᴍꜱ ʜᴇᴇʟꜱʜɪʀᴇ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora