Confrontación

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Desde esa mañana, en la que vieron a Rukia como siempre acompañar a Ichigo, la notaron más seria de lo habitual. Sonrió cuando los saludó, pero su cambio de expresión fue rápido y evidente. Durante las clases, la shinigami parecía más ensimismada en sus pensamientos que en Ichigo, y eso comenzó a preocupar a sus amigos. Ishida decidió, a la hora del almuerzo, acercarse a ella para tratar de averiguar lo que le pasaba, pero Rukia le dijo que no se preocupara, que solo eran cuestiones de su misión. Sin embargo, el Quincy no le creyó.

Cuando ambos subieron a la terraza, para encontrarse con todos reunidos, fue Keigo quien lo recibió con una noticia.

-¡Oi, Ishida!- exclamó, levantando la mano como si éste no los viera- ¡Hemos decidido ir al centro de juegos a la tarde! ¿Vienes con nosotros?

-Es inútil Keigo- le dijo Ichigo sin interrumpir su almuerzo- Ishida nunca viene con nosotros, es un amargado.

-Lo que sucede, Kurosaki, es que yo si tengo obligaciones que cumplir.

-¿Cómo dices?

-¿Eres sordo acaso? ¿O no te has lavado bien las orejas?

-Tu... maldito bastardo...- murmuró Ichigo levantándose para enfrentarse al pelinegro, pero Inoue trata de impedirlo poniendo sus manos en su brazo para atajarlo.

-Tra-tranquilo Kurosaki-kun, Ishida-kun solo está bromeando.

-Si Kurosaki, sólo bromeo- dijo burlón el Quincy.

-Termina de comer tu maldito almuerzo, Ichigo. Keigo no te va a perdonar.

-¡Maldita Tatsuki!- exclamó Keigo al verse sorprendido sacando la comida de Ichigo.

-¡Consíguete tu propia comida, idiota!

-¿Y bien, Ishida-kun?- preguntó de nuevo Inoue, sonriente- ¿Vendrás con nosotros?

Él la miró, normalmente negaría esa invitación, pero cuando lo iba a hacer se le ocurrió una idea.

-Está bien- asintió y Orihime sonrió satisfecha- Pero me gustaría invitar a alguien, si es posible.

-¿Ah? ¿A quién quieres invitar?- preguntó Keigo con la boca llena.

-¿Acaso a tu novia?- dijo Mizuiro, despegando su mirada de la pantalla de su celular.

-Claro que no, solo es una amiga.

-No me importa, mientras más seamos, mejor- contestó Tatsuki- ¿Quién es?

Ishida sonrió y Rukia temió lo peor.

-No te atrevas- le dijo con un tono amenazante. Chad e Inoue la miraron de reojo y luego a su amigo otra vez.

-No me digas que es...- murmuró Ichigo, mientras alejaba la cara de Keigo de su comida.

-Se llama Rukia, Kuchiki Rukia.

-¡Ishida!- exclamó disgustada.

-¿Kuchiki Rukia?- dijo Tatsuki al aire- El nombre se me hace extrañamente familiar.

-A mí también- murmuró Mizuiro y Keigo asintió.

-¿Por qué la invitas a ella?- preguntó Ichigo, con el ceño más fruncido.

-Yo también quiero saber eso- contestó la shinigami.

-Creo que ha estado trabajando demasiado estos días, le vendría bien un descanso.

-¡Me parece una genial idea!- exclamó Inoue, juntando sus manos emocionada- Hay que ir a la tienda de Urahara para avisarle.

-Tú también Inoue...- y ella sólo sonrió más.

Deathberry una vez másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora