Desde que Urahara la mandó de compras la primera vez, a cada oportunidad que tenía le pedía que volviera a usar su gigai para alguna clase de mandado. Rukia podría haberse enojado y reclamado que entorpecía en su misión, pero no lo dijo. A ella realmente le gustaba usar el gigai y pasear por Karakura y dejar un poco de lado su trabajo. La excusa de Urahara era que la rutina de Ichigo no iba a cambiar y ella sabía que tenía razón. Rukia no recordaba alguna vez haber tenido una ruina tan aburrida como la de Ichigo. Es decir, pasó muchos días con papeleos y demás situaciones que como teniente debía cumplir, pero en general su rutina laboral era más divertida que la vida diaria de Ichigo. Bostezó aburrida mientras lo observaba estando en clases. Al parecer, por el bostezo de Ichigo a la par suyo, él también estaba aburrido.
-Ahora es una persona común y corriente- pensó- es normal, supongo.
Ichigo miró por la ventana, sin escuchar lo que el profesor estaba diciendo. Era la historia de Japón de hace más de trescientos años, era mucho que no se haya dormido hasta el momento. Casualmente, su vista se posó en la rama en la que Rukia estaba apoyada y si no fuera porque ella tenía plena certeza de que él no podía verla, se sentiría observada. Desde que volvió no ha tenido el valor de acercarse lo suficiente. Siempre ha estado a unos metros por detrás, vigilándolo de lejos. Mucho menos cuando Inoue y los demás, pero en especial Inoue, están a su lado. No ha vuelto a hablar con ella desde que le hizo ese pedido y solo saluda a Ishida y Chad desde su posición como vigilante.
Con un extraño sentimiento de culpa y pesar se preguntó cuánto más duraría esa misión. No le gustaba estar espiando a Ichigo de esa manera y que no lo recuerde solo hace que le duela más, pero poder verlo y saber que está bien le aportaba algo positivo a todo eso.Cuando escuchó el timbre que daba fin al día de clases, se levantó y bajó del árbol en un salto. Esperó un poco a que Ichigo saliera y cuando estaba punto de seguirlo su celular sonó.
-¿Qué querrá Urahara ahora?-murmuró entre dientes, revisando el mensaje que le había mandado.
-"Puedes venir por favor, Kuchiki-san? Te necesito!"
Suspiró y guardó el celular. Observó una vez más a Ichigo mientras hablaba con Ishida, Chad e Inoue.
-No va a pasar nada-se dijo y partió hacia lo de Urahara usando shunpo.
.
O eso creyó...
.
-Hace mucho no vamos a lo de Urahara- dijo Ichigo mientras caminaban fuera del instituto.
-Es cierto, seguramente hay cosas nuevas que contar- comentó Ishida disimulando picardía. Chad a su lado solo asintió.
-Ah... ¿No podemos ir otro día? Tal vez Urahara-san esté muy ocupado- intentó convencer Inoue. Ishida la miró con las cejas alzadas.
-¿El sombrerero loco? Debe estar acostado abanicándose junto a ese gato raro.
-¿Gato raro?- pensaron los tres amigos. Ishida no esperaba poder contarle a Yoruichi-san cómo la había llamado el chico. Iba a terminar rasguñado por toda la cara.
-¿Y bien? ¿Vamos a ir?- preguntó Ichigo.
Los demás se miraron, y aunque Inoue no parecía muy convencida, aceptó ir.
-No va a pasar nada malo- pensó, mientras se dirigían hacia la tienda.
.
Realmente nada malo ocurriría.
ESTÁS LEYENDO
Deathberry una vez más
RomantizmDespués de dos meses de la batalla contra el rey Quincy, Ichigo vive una vida normal. Sin grandes peleas, sin poderes, sin nada que lo vincule a su antigua vida. Una misión del comandante general lleva a Rukia una vez más al mundo humano. ¿Qué pasar...