Ya lo sé todo

El gran reto de Lynn

Lynn ya se imaginaba la grandiosa bienvenida que recibiría, después de todo se trataba de ella, la campeona número uno de la casa Loud, de quien toda su familia se sentía muy orgullosa. Con el puño tocó con fuerza y energía la entrada de su casa mientras hacía a un lado su bolsa deportiva, sobre los hombros llevaba además una mochila, tuvo que repetirlo varias veces antes de que alguien se dignara a abrirle y esa resultó ser la pequeña Lily.

—¡Lily! ¡Tu hermana favorita ya regresó!

Dándose todas las libertades que creía merecer, la joven de corto cabello castaño de dieciocho años la tomó por la cintura y la cargó con mucha facilidad dándole algunas vueltas que la terminaron de marear, pero que de cualquier forma hicieron reír a la niña por lo divertido que le resultó la acción.

—¡También me alegra verte, Lynn!

Regresó de nuevo al suelo. Lily tuvo que apoyarse del pasamanos de la escalera para no caerse al perder el equilibrio debido al mareo. Lynn miró a su alrededor un tanto decepcionada de no ver a nadie más.

—¿Dónde están todos? —de pronto se le ocurrió una idea. Miró suspicaz a su hermanita—. No me digas, ¿será acaso que todos están en la sala esperando a que aparezca para darme una sorpresa? ¿Por eso te mandaron sólo a ti para abrirme y no levantar sospechas?

—¿Qué dices?

La niña apenas y consiguió recuperarse cuando sin hacer ruido cual bailarina de ballet, Lynn ágilmente se dirigió de inmediato a la sala, donde se dejó caer haciendo escándalo.

—¡Sorpresa familia!

—Pero en la sala no había nadie.

La sonrisa se desvaneció de su rostro. Lily consiguió darle alcance.

—Lynn, ¿con quién hablas?

—Supongo que solamente contigo. ¿Dónde están todos?

—Leni está jugando con la bebé de Lori y su bebé —Lynn enarcó una ceja ante esto—. Luan volvió a subir para seguir hablando con Luna que también llegó hace unas horas. No me dejaron estar con ellas porque decían que hablarían de cosas de grandes. Supongo que son sus cosas de bisexuales —La niña aún tenía ciertas dudas con respecto a ese término, quizá Lynn también no lo entendía del todo, a juzgar por la cara que puso al escucharla—. Lisa está arriba aún con Darcy haciéndole la tarea para que ella no le diga a nadie lo que le hizo a Lincoln con la boca mientras estaba dormido —Su hermana mayor lanzó un quejido—. Mamá está hablando por teléfono con su jefe que espero ya deje de pedirle su ropa interior, mientras papá sigue haciendo la cena al mismo tiempo que piensa en qué falda comprarse.

—Querrás decir qué falda comprarle a mamá.

Estaba por preguntarle acerca de ella y su jefe, cuando la pequeña negó con un gesto.

—No, la falda papá la quiere para usarla él mismo. Mamá está de acuerdo con eso, aunque creo que da igual. Pienso que ella prefiere al doctor Feinstein para hacer esas cosas tan extrañas después del trabajo que no entiendo —Lynn meditó esto sorprendida, mientras la niña continuaba—. Lucy está dándose gusto a sí misma en el ático —la deportista se asustó al imaginarse lo que su hermana inmediata estaba haciendo—. Fue extraño lo que me enseñó.

—¿Te... enseñó eso?

—Pues sí, pero no le digas a nadie que lo hizo, Lucy cree que podría meterse en problemas —eso que ni qué, Lynn sentía que al menos con ella ya se había metido en problemas por estar enseñándole esas cosas a la pequeña—. Lana está escondiéndose de Liam, el amigo de Lincoln. Está asustada por algo horroroso que le mostró con su ganso cuando se la llevó al cobertizo de su granja —Lynn rechinó los dientes, tal vez tendría que ir a la granja de ese pequeño degenerado para darle una lección—. Lola estaba cambiándose. Por cierto, estoy de acuerdo con ella de que el diablo se llevó a Lance y a Lum —¿Quiénes serían esos? ¿gente que se puso en el camino de su hermana? ¿Lo del diablo fue una metáfora acaso que los hizo desaparecer? Finalmente Lily terminó—. Y Lori y Bobby siguen arriba en una habitación hablando en voz muy alta sobre las cosas que Lori no debería de contarle a nadie, o algo así creo que les entendí cuando pasé por ahí hace un momento. Eso es todo.