La lección de Luna

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Este capítulo va dedicado a ezeroblack32 por el maravilloso y hermoso arte de portada que me brindó para esta historia.

* * *

Lily respiró profundamente un par de veces antes de alejarse de la habitación de Leni. Había resultado una experiencia un tanto pesada el tratar de usar con ella el método de Darcy. Aunque al final se quedó con las manos vacías, agradecía el haberse equivocado sobre el malentendido que había tenido con ella.

Escuchó el timbre. Bajó corriendo y en segundos llegó al recibidor, al mismo tiempo que Luna abrazaba a sus padres tras entrar a la casa cargando un par de maletas.

—¿Qué pasó chicos? ¿Cómo han estado?

—Perfectamente, hija —la saludó Rita—. Que alegría verte de regreso. ¿Qué tal estuvo el viaje?

—Pesado. Necesito estirar un poco las piernas.

La pequeña niña también estaba feliz por volver a verla. Hizo como si tuviese tos para hacerse notar. Cuando voltearon a mirarla, Rita sonrió, su padre de pronto pareció nervioso, pero Luna se mostró feliz.

—¡Lily, hermana! Te veo más grande que la última vez que vine.

Cuando Lily se acercó y vio mejor y de frente a la rockera, de pronto notó un cambio en ella. ¿Era cosa suya o el busto de Luna parecía más grande a como recordaba que lo tenía un año atrás? Sin duda era algo más prominente, o quizá sólo se trataba del escote de su blusa lo que causaba tal efecto.

—Tú también te vez más grande.

Luna sonrió y la abrazó con gran afecto pensando que se refería a su estatura. Complacida, Rita le explicó anticipándose a la pregunta que supuso le haría.

—Lori y Bobby todavía no han llegado. ¿Por qué no te pones cómoda en lo que lo hacen? Luan no está, pero puedes dejar tus cosas en su habitación.

—Perfecto. Ya quiero ver de nuevo mi vieja cueva. ¿Seguro que no habrá problemas?

—Esta sigue siendo tu casa, hija —le aclaró su padre—. Adelante.

Tras unos momentos más de intercambiar palabras de alegría por su visita, Luna subió las escaleras y Rita salió a comprar algunas cosas que quizá le harían falta. El señor Loud miró brevemente a Lily con miedo antes de regresar a lo que estaba haciendo en la cocina.

La niña se quedó en el recibidor durante unos segundos mirando ansiosa hacia donde sus padres se habían marchado. Tras pensárselo unos momentos, siguió a Luna, quien al notarla, le sonrió y le permitió pasar a la habitación con ella.

—¡Hey, hermana! ¿Cuéntame cómo has estado? —No le molestaba que la acompañara a platicar mientras se quitaba la chaqueta y las botas para ponerse cómoda—. ¡Ah! Así está mejor. No tengo nada contra los dormitorios de la universidad, pero no hay nada en comparación al estar en casa de vuelta.

—Sí, supongo.

Lily no estaba muy segura de comprender del todo a lo que Luna se refería, quizá sólo se trataba que extrañaba mucho su hogar tanto como la niña a ella. Ese fue el momento cuando Luna la notó afligida.

—¿Lily? ¿Estás bien? ¿Te pasa algo, hermanita?

—Yo... quería hablar un momento contigo a solas.

Bastante intrigada, dejó lo que hacía con las maletas para sentarse en la cama con las piernas cruzadas e invitándole a que hiciese lo mismo a un lado de ella. Luna temió que se tratara de algo grave como para que no confiara decirle mejor lo que fuese que estuviese inquietándola a sus padres, a Leni o incluso a Lincoln como estaba suponiendo.

Ya lo sé todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora