CAPÍTULO 16

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Ha pasado un día entero desde que saliste de Allerdale Hall con Finlay rumbo a la ciudad donde vive la tía Dianna. No podías soportar más tiempo lejos de Thomas, morirías sin saber nada de él. Estabas segura que cada vez te volverías loca, aún más de lo que ya estabas.

—Señorita ________ —Se escuchó la voz del anciano desde la parte superior del carruaje.

—Dígame, señor Finlay —contestaste.

—Hoy halle una nota de mi querida sobrina Sophie, donde me escribe que se ira a buscar un mejor futuro fuera de aquí. Y quería pedirle disculpas por su salida furtiva —explico el hombre apenado por la situación.

Sonreíste con malicia por escuchar las palabras del viejo. Él se había creído todo lo que decía la carta, carta que tú habías escrito imitando la letra de la tonta Sophie.

—No te preocupes. Espero que le vaya bien en el lugar donde se encuentre —Mordiste tu labio para no reír.

—Gracias por entenderlo. Usted es un pan de Dios, señorita ________.

Si, si, si, pensaste rodando los ojos. Si supiera que su lerda sobrina estaba muerta y hundida en un pozo de arcilla, y que su asesina se encontraba conversando con él.

Cada vez se acercaban más hacia el lugar. Divisaste una pequeña mansión, eso sí, se veía muy ostentosa. Se detuvieron en la entrada, mientras un hombre que parecía ser el mayordomo se acercaba hacia ustedes.

—Podrían identificarse —Pidió el estirado hombre.

—Soy Lady ________ Sharpe —Abriste la puerta y bajaste—. Sobrina de Lady Dianna Oxford.

—Siento decirle que Lady Oxford no se encuentra —comento el sirviente.

—Pues no me moveré de aquí —contestas irritada mirando a Finlay y luego al tipo.

—Bueno como desee Lady Sharpe —Estaba a punto de retirarse, cuando tú hermano menor salió intempestivamente de la casa. Él había oído tu vos y de inmediato se acercó a la ventana de su habitación desde donde te había estado observando. Deseaba que esto no fuera un sueño como los que usualmente tenía. Así que, de esa manera corrió por las escaleras.

No podía esconder su felicidad al verte a escasos metros de distancia. Corriste hacia él ignorando al mayordomo y lo abrazaste como si después de años no se hubieran visto. Thomas te abrazo como nunca lo había hecho, sus brazos acaparaban toda tu cintura, hasta se podían sentir los latidos acelerados de dos corazones necesitados.

—Thomas —Apenas pudiste vocalizar mientras tocabas su rostro.

—Ven. Entremos hermana —dijo llevándote hasta la puerta, pero fue interrumpido por el sirviente.

—Joven Sharpe, mi señora dio estrictas órdenes de no dejar entrar a nadie cuando ella no esté —explico el hombre acercándose a ustedes.

—Ella es mi hermana, por lo tanto, es de mi familia —sentencio el pelinegro entrando contigo a la mansión.

Finlay espero que entraran y se retiró del lugar. Le habías pedido que te dejara ahí y regresara a vuestra casa.

Tu guapo hermano te había ofrecido asiento en el salón. Mientras preocupado te preguntaba cómo te encontrabas. Después de calmarse empezó a contarte las noticias de los últimos días.

— ¿Pero con qué derecho te va a mandar a ese lugar? —Frunciste el ceño molesta.

—No olvides que aun soy menor de edad. Además, obtuvo mi custodia.

𝐀𝐌𝐎𝐑 𝐈𝐍𝐂𝐎𝐍𝐃𝐈𝐂𝐈𝐎𝐍𝐀𝐋 ━━ Thomas Sharpe y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora