—Entonces... sería un placer trabajar con usted. ¿Podría venir a buscar el libreto hoy? Al director le gustaría darle unas indicaciones adicionales.—
Xiao Zhan fue aturdido, sintiendo que sus piernas estaban a punto de fallarle y su voz titubeaba. Sus dedos se terminaron aferrando al teléfono móvil, moviendo su cabeza varias veces en un asentimiento que del otro lado no podían ver. Al darse cuenta de su idiotez, se golpeó la frente con su mano libre.
—¡S—Sí! Sí. ¿En una hora está bien? ¡Estaré allí!—
Una suave risa acompañó el gesto gentil de su interlocutor.
—Claro, lo estaremos esperando.—
El silencio anunció que la llamada había terminado; sin embargo, el corazón de Xiao Zhan latía con fuerza. Retrocedió hasta sentarse torpemente sobre el sofá y contener el remolino de emociones que golpeaban su pecho.
Su primer protagónico iba a ser una serie basada en una novela homosexual. La sola idea sabía que podía ser sumamente estúpida, pero en aquel punto no tenía espacio para dudar. Si el staff confiaba en él, Xiao Zhan iba a creer en ellos también y no iba a defraudarlos.
Sus manos aún temblaban cuando decidió llamar a su empresa. Ese día su manager no se encontraba disponible para él ya que uno de sus compañeros tenía un programa de variedades en otra ciudad. Desde el declive de popularidad de X-NINE, el compartir un solo manager se había vuelto una odisea y un recordatorio de cómo sus actividades iban decayendo con el tiempo. [1]
Alejó los malos pensamientos y marcó, convenciéndose que debía notificarles su próximo trabajo y la necesidad de un transporte. Sin embargo, lejos de compartir su ímpetu, no hubo respuesta del otro lado. El único staff que había recibido su llamada le había asegurado que no tenían a nadie que pudiera asistirlo.
—Está por debutar un grupo nuevo, Xiao Zhan... ¿Sabes lo que eso significa, no? Lo siento, pero ya no tenemos responsabilidad de ayudarte...—
Una sensación amarga corrió por su garganta. No pudo pronunciar palabra alguna cuando la llamada simplemente terminó, dejándolo con aquel sentimiento de desolación en el pecho. Cualquier rastro de felicidad y entusiasmo que había tenido hace unos minutos atrás, ahora se veía opacada.
¿Qué estaba haciendo? ¿Realmente ya era tarde...?
Su mirada vacía se movió hacia el libreto de la audición que aún descansaba sobre la mesa del living. Arriba, sobre la tapa, relucía el nombre de Wei Wuxian con una caligrafía torpe y, sin darse cuenta, una lágrima cayó de sus ojos.
"¿Realmente deberíamos escuchar a los demás? Yo... Sé que A-Xian es bueno."[2]
Por unos segundos su mirada se había perdido y el suave aroma a loto había profanado sus sentidos. Pero, así como llegó como un murmullo, Xiao Zhan sacudió su cabeza y se encontró de nuevo en la realidad, en aquel pequeño departamento alquilado y frente a una decisión que debía tomar.
Sus ojos observaron una vez más el libreto, comprimiendo fuerte sus labios.
—No es un error...—
Su voz quedó en el vació de la habitación y movió su mano a limpiarse el rostro. No tenía tiempo para detenerse a llorar, así que encapotó todos sus sentimientos y se movió con rapidez. Se lavó la cara y buscó algo de dinero, se aseguró de tener su documentación y por último tomó una chaqueta, saliendo del edificio en busca de un taxi.
Si todo el mundo le daba la espalda, si ya nadie confiaba en él... no le importaba. Xiao Zhan creía que era capaz de hacerlo y estaba dispuesto a demostrarles que se equivocaban, que valía la pena darle una oportunidad.
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Déjà vu
RomanceXiao Zhan estaba desesperado y buscaba en The Untamed una oportunidad para salvar su carrera... pero encontró algo más. ¿Por qué no podía desprenderse de Wei Wuxian? ¿Por qué sentía las escenas como un viejo recuerdo? ¿Por qué en los ojos de Wang Y...