—¿Entonces...?—
En el doloroso silencio, la otra voz emitió un quedo suspiro. El teléfono en su mano tembló sutilmente en espera de una respuesta.
—Entonces...— dijo al fin el otro hombre, pesando cada uno de los fonemas. –Entonces es definitivo, Xiao Zhan. Sabes que está fuera de mis manos y es una decisión ya tomada.—
La habitación se había hecho más pequeña desde su percepción, sintiendo cómo los ojos se inundaban en lágrimas. Se movió un poco, tan sólo apoyando su mano sobre el sofá para poder sentarse; intentando conseguir las fuerzas para poder establecer de nuevo su voz.
—¿Por qué...? Conseguí el papel, manager...—
Su tono se desvaneció al final, sintiéndose hasta avergonzado por ello. Estaba humillándose y lo sabía, consiguiendo que se mordiera fuerte el labio inferior, sin darse cuenta que las lágrimas habían caído por sus mejillas.
Del otro lado de la línea, el hombre tuvo que suprimir un nuevo suspiro.
—Lo sé, Xiao... En verdad lo sé. Pero dijeron que el dinero perdido en X-NINE ya era demasiado y no se podía invertir más... El drama recién está empezando y saldrá en emisión en unos meses... Dijeron que no podían esperar más tiempo.— había hablado rápido, pausando tan sólo para tragar la amargura en su propio tono de voz. –Tengo que ir a Chongjin para acompañar al nuevo grupo, pero... ¿Sabes?... Si puedo ayudarte en algo, lo haré, ¿mh?—
La aclaración había sido tan sólo una punzada en el dolor que ya sangraba. Porque sabía que su manager siempre lo había acompañado, aún cuando no recibía compensación por las horas extras y proyectos fallidos. Entonces, ¿cómo podía siquiera llorar cuando sabía era esperable?
Su voz no pudo formularse y cubrió su rostro, sintiendo que ahora tan sólo era lamentable.
—Lo siento mucho, Xiao...—
Quería responderle, quería asegurarle que entendía y que no estaba molesto con él, pero no podía; sus emociones golpeaban profundamente su mente y en medio de esa elipsis la llamada se terminó. Xiao Zhan dejó el teléfono celular sobre el sofá, encogiendo sus hombros y temblando por los breves sollozos que se colaban por sus labios.
No estaba seguro cuál era el sentimiento dominante, si la molestia, el enojo o la frustración, todos con destinatarios diversos y para él mismo. Porque era un terco, un idiota soñador y un testarudo en seguir aquel camino que ya le había cerrado las puertas innumerable cantidad de veces.
Sus ojos estaban cerrados con fuerza, tapándose con las palmas de sus manos, por lo que no llegó a escuchar cómo la puerta se abría y alguien ingresaba con pasos ligeros como pluma.
"¡Wei Ying!"
Esa voz ronca lo golpeó sobresaltándose, abandonando su patética postura para enderezarla al reconocer aquel tono de voz. Y en efecto, justo en frente de él estaba la figura de Wang Yi Bo, ligeramente inclinado hacia él. Pero a gran diferencia de la forma furiosa en la cuál le había gritado, los ojos del menor expresaban una preocupación evidente.
Xiao Zhan quiso golpearse, porque el set de grabación no era lugar para colapsar. No deseaba causar más problemas de los ya acarreados. Con gran rapidez se secó el rostro, buscando recuperar la sonrisa de siempre—
—¿Esa es la forma de hablarle a un ge? ¿Por qué me gritas, Bo didi?—
Yi Bo miró con cierta extrañeza a sus palabras, porque él no había hablado en lo absoluto al ingresar, pero su compañero de reparto se veía tan afectado que no quiso contradecirle. Era cierto que no tenían una relación estrecha y que la diferencia de edad era notoria, pero iban a trabajar por meses a la par, debía preocuparse por él y ayudarlo, ¿verdad?
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Déjà vu
RomanceXiao Zhan estaba desesperado y buscaba en The Untamed una oportunidad para salvar su carrera... pero encontró algo más. ¿Por qué no podía desprenderse de Wei Wuxian? ¿Por qué sentía las escenas como un viejo recuerdo? ¿Por qué en los ojos de Wang Y...